Redacción
En agosto de 2023, se informaron detecciones esporádicas de un nuevo sublinaje Omicron altamente mutado, BA.2.86, dentro y fuera de la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo (UE/EEE). Se ha observado que es muy divergente de las variantes del SARS-CoV-2 que circulan actualmente, lo que genera la posibilidad de un aumento de reinfecciones, por este motivo el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) pide a los países una vigilancia continua y aumentar campaña de vacunación.
Según el ultimo informe, por el momento han confirmado muy pocas detecciones de casos a nivel mundial y se sospecha una transmisión comunitaria de bajo nivel de esta variante en varios países. No obstante, su aparición subraya la importancia de una vigilancia continua del SARS-CoV-2 mediante el fortalecimiento de los sistemas de vigilancia representativos en la atención primaria y secundaria para detectar tendencias en la transmisión de COVID-19 y enfermedades graves.
“Siempre que sea posible, todas las muestras positivas para SARS-CoV-2 de sistemas de vigilancia representativos deben secuenciarse y notificarse a la Iniciativa global para compartir todos los datos sobre la gripe (GISAID) y/o al Sistema Europeo de Vigilancia (TESSy) para facilitar la evaluación continua de los datos circulantes”, afirma.
A nivel mundial, hasta el 4 de septiembre de 2023, se han notificado a GISAID 30 casos del nuevo sublinaje de Omicron en 8 países
A nivel mundial, hasta el 4 de septiembre de 2023, se han notificado a GISAID 30 casos de BA.2.86 en 8 países. En la UE/EEE, estos fueron Dinamarca (12), Francia (1), Portugal (2) y Suecia (5). Fuera de la UE/EEE, estos fueron Israel (1), Sudáfrica (3), el Reino Unido (2) y Estados Unidos (4). Se ha informado de la detección de esta variante en muestras de aguas residuales de varios países más, tanto dentro como fuera de la UE/EEE.
Por otro lado, admite el aumento de casos en las últimas semanas, aunque recuerda que los niveles previamente eran muy bajos en la UE y el EEE. “Es probable que factores no relacionados con la evolución genética del SARS-CoV-2 contribuyeran a los aumentos observados en los indicadores epidemiológicos, como las grandes reuniones y el aumento de los viajes durante las vacaciones estacionales, así como la disminución de los niveles de protección inmunológica contra la infección, pero no contra la enfermedad grave, en la población”, explica.
No obstante, el SARS-CoV-2 sigue siendo capaz de adquirir mutaciones que “facilitan su circulación continua en momentos impredecibles a lo largo del año”. Los aumentos observados recientemente en la transmisión del SARS-CoV-2 han coincidido con la aparición y posterior dominio de un grupo de sublinajes de Omicron relacionados, variantes similares a XBB.1.5 que portan la mutación F456L.
Por otro lado, no hay indicios de que la infección con las variantes XBB.1.5-like+F456L o BA.2.86 estén asociadas con una enfermedad más grave o una reducción en la eficacia de la vacuna contra la enfermedad grave en comparación con las variantes que circulan actualmente. Aunque, añade, “las personas mayores y aquellas con enfermedades subyacentes siguen teniendo un mayor riesgo de sufrir consecuencias graves si se infectan”.