Luis de Haro. Director general de iSanidad
La salud es uno de los pilares fundamentales de una sociedad próspera y justa. Garantizar el derecho a la sanidad, que no es lo mismo que el derecho a la salud, es esencial para el bienestar de la población. En pleno siglo XXI es crucial tener un sistema de salud sólido y eficiente, con unos profesionales motivados y unos salarios atractivos. Sin embargo, para que un sistema de salud funcione de manera óptima, es imperativo escuchar a los profesionales de la salud que están en la primera línea de atención.
Médicos, enfermeros, farmacéuticos y odontólogos, tienen una perspectiva única sobre el sistema de salud. Trabajan directamente con los pacientes, enfrentan desafíos diarios y entienden las necesidades y limitaciones del sistema. Su experiencia en primera línea les brinda una visión valiosa sobre cómo mejorar la atención sanitaria y hacer que sea más eficiente y efectiva. Cuidar a los profesionales no solo pasa por ofrecerles unos salarios atractivos. Los profesionales de la salud son vocacionales y están en una posición privilegiada para identificar problemas sistemáticos y proponer soluciones viables al sistema. Pueden señalar ineficiencias, cuellos de botella y barreras que dificultan la prestación de servicios de calidad. Además, pueden contribuir con ideas innovadoras para mejorar las prestaciones, la gestión de recursos y la atención al paciente. Sin embargo, parece que estamos lejos porque un reciente estudio de Medscape asegura que casi nueve de cada 10 médicos está insatisfecho con su salario.
Escuchar a los protagonistas, a los asistenciales, y tener en cuenta sus opiniones no solo mejora la calidad del sistema, también aumenta su implicación y su colaboración con el sistema. Cuando los profesionales sanitarios sienten que sus preocupaciones y sugerencias son valoradas, están más motivados y comprometidos con su trabajo. También es una ayuda a reducir la rotación, aumentar la implicación y garantizar una atención de mayor calidad para los pacientes.
Si los salarios de los profesionales fueran buenos no sería necesario que casi la mitad tuvieran que realizar actividades complementarias
Los profesionales pueden identificar riesgos y áreas de mejora que contribuyen a la seguridad del paciente. Escuchar sus preocupaciones y recomendaciones es esencial para reducir errores médicos y garantizar que los pacientes reciban la atención más segura posible. Si la seguridad del paciente es una prioridad crítica en cualquier sistema de salud, ¿qué razón hay para dejar de lado las opiniones de quien trabaja con ellos directamente?
La responsabilidad de las administraciones es establecer canales efectivos de comunicación y participación para los profesionales de la salud. Esto implica crear comités y grupos de trabajo donde los profesionales puedan expresar sus opiniones y colaborar en la toma de decisiones relacionadas con políticas de salud y gestión del sistema. Pero después hay que tomar en consideración estas aportaciones. Si despues de muchos preguntar se hacen oidos sordos el resultado es mucho peor.
Un sistema nacional de salud que escuche a médicos, enfermeras, farmacéuticos, y odontólogos es un sistema más fuerte y efectivo
Un sistema nacional de salud que escuche a médicos, enfermeras, farmacéuticos, y odontólogos es un sistema más fuerte y efectivo. La experiencia y el conocimiento de quienes trabajan directamente con los pacientes permite abordar los desafíos del sistema de manera más eficaz. No escucharles es emprobrecer el sistema. La colaboración entre los profesionales y los responsables de la toma de decisiones es esencial para construir un sistema de salud más equitativo, accesible y eficiente. Pero como eso no sucede, al menos que a los profesionales les suban los salarios.