Redacción
Sedisa ha organizado Sedisa Sistema Sanitario Sostenible: Análisis y Propuesta, en colaboración con BD, en el marco de la Semana de la Seguridad del Paciente. Los temas centrales han girado sobre la mejora de la eficiencia en los procesos asistenciales o la tecnología para garantizar la seguridad del paciente. También se ha hablado de la gestión de los profesionales, la implicación activa del paciente, y la sostenibilidad en relación con la seguridad del paciente. El propósito de los directivos de la salud ha sido analizar la situación actual en el país y proponer medidas concretas. Se ha tratado de abordar los desafíos más apremiantes desde una perspectiva multidisciplinaria y estratégica, bajo el lema de “llamada a la acción“.
La consejera de Sanidad de Madrid, Fátima Matute, ha resaltado el papel crucial que desempeñan los profesionales de la salud en las organizaciones sanitarias. Particularmente se ha detenido en el papel de los directivos en la transformación de la atención médica frente a los cambios en tecnología e innovación. Además, ha hecho hincapié en la importancia de liderar el cambio y ha abogado por poner fin a la temporalidad en los empleos sanitarios. Matute también ha insistido en promover especialidades en la mejora de la seguridad del paciente.
La tecnología, la gestión profesional y la colaboración, claves para el futuro de la atención sanitaria según los directivos de la salud
Papel fundamental de la seguridad del paciente
José Soto, presidente de Sedisa, ha enfatizado el objetivo de alcanzar la excelencia en la gestión sanitaria. Para él, la seguridad del paciente juega un papel fundamental en la promoción de la calidad, la eficiencia y la sostenibilidad en la atención médica. Por su parte, Fiona Garín Mc Donagh, VP EMEA Marketing Estratégico de BD, ha subrayado la importancia de la tecnología sanitaria en la seguridad durante todo el proceso de atención a los pacientes.
Los datos actuales reflejan la magnitud del problema de la seguridad del paciente y su impacto, en términos humanos y económicos, en las organizaciones sanitarias. Además, la OMS estima que para 2030 habrá un déficit de 18 millones de trabajadores de la salud en todo el mundo. Este problema tendrá presumiblemente un impacto adicional en la seguridad del paciente y en la calidad de la atención médica. En este contexto, la gestión eficiente de los profesionales de la salud y la automatización de los procesos asistenciales emergen como las principales áreas de acción en las que las organizaciones sanitarias deben concentrarse en los próximos años para lograr un impacto tanto económico como humano que impulse la sostenibilidad del sistema sanitario.