Redacción
En el marco del Día Mundial del Corazón, que se celebra este 29 de septiembre, especialistas en imagen del corazón de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram) han puesto de manifiesto que las técnicas de imagen confirman la relación inversa entre la dieta mediterránea y la enfermedad cardiovascular.
Estudios ecográficos derivados del estudio Predimed permiten constatar la disminución del grosor intima media de la arteria carótida y, por tanto, el riesgo de evento cardiovascular adverso en aquellos pacientes que siguen la dieta mediterránea
“Desde la publicación de los magníficos resultados del estudio Predimed acerca de la relación entre la dieta mediterránea y la enfermedad cardiovascular se han realizado otros estudios con técnicas de imagen que refuerzan esta relación inversa”, apunta la Dra. Antonia Arjonilla López, responsable de coordinación institucional de la Seram y jefa de Servicio de Radiología del Hospital Vithas Aravaca.
Estudios ecográficos del grosor intima media de la arteria carótida (IMT) basales y su comparación con aquellos tras la instauración de la dieta mediterránea prueban la mejoría del mismo y permiten asociarlo con un menor riesgo de accidente cerebrovascular e infarto de miocardio.
La tomografía computarizada y la resonancia magnética permiten demostrar de forma cualitativa una mejoría en la composición y vulnerabilidad las placas arterioscleróticas en aquellos pacientes que siguen la dieta mediterránea
La tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) son muy prometedoras en este sentido en un futuro próximo. Estas técnicas no solo muestran la ralentización en la progresión de las placas de arteriosclerosis en los pacientes con dieta mediterránea en términos cuantitativos, sino que además permiten determinar de forma cualitativa una mejoría en la composición y vulnerabilidad de las mismas.
Además, la Dra. Arjonilla señala que “algunos marcadores subclínicos de insuficiencia cardiaca medidos por resonancia magnética como el volumen ventricular izquierdo, la masa del ventrículo izquierdo o la fracción de eyección mejoran tras la adhesión a la dieta mediterránea”.
En concreto, algunos de los componentes comunes de la dieta mediterránea son el aceite de oliva virgen extra como fuente principal de grasa, el alto consumo de alimentos no procesados como pescado, verduras, frutas, legumbres y cereales integrales y el bajo consumo de carnes rojas.
El radiólogo debe de seguir monitorizando esta relación entre la dieta mediterránea y la disminución de eventos cardiovasculares adversos
“Como especialistas en imagen debemos seguir monitorizando esta relación inversa entre nuestra magnífica dieta mediterránea y los eventos cardiovasculares adversos para que, junto a nuestros compañeros clínicos, logremos mentalizar a la población y a los sistemas de salud de la importancia de priorizar la prevención de la enfermedad cardiovascular que es la enfermedad más prevalente”, concluye la Dra. Arjonilla.