Redacción
En los últimos años la salud emocional ha ido adquiriendo relevancia y se han apreciado marcadas diferencias entre mujeres y hombres. La depresión y la ansiedad comportan la pérdida de 18.590,4 millones de euros a la economía española, y el 37% del coste (6.872 millones) se debe a la brecha de género causada por su mayor prevalencia en las mujeres. Así lo pone de manifiesto el informe Coste de oportunidad de la brecha de género en la salud emocional, presentado por la Asociación ClosinGap, que ha sido liderado por Merck con el apoyo técnico de PwC. El trabajo analiza las brechas de género en el estado de ánimo, la salud laboral, el autocuidado y la salud emocional de los jóvenes.
Las diferencias de género en el mercado laboral afectan a la salud emocional de las mujeres, quienes se dan el 63,1% de las bajas laborales por trastornos mentales y del comportamiento
“Han pasado 5 años desde que Merck lideró el informe sobre el coste de oportunidad que tiene la brecha de género en la salud en España, el primero de la Asociación ClosinGap. Ya entonces las mujeres estaban más expuestas a situaciones de ansiedad y depresión y su probabilidad de tener depresión era 5,5 puntos más alta que la de los hombres. Esto nos motivó a impulsar este nuevo estudio, indagando en el impacto que tiene para el país la brecha de género en la salud emocional e introduciendo además la variable generacional para conocer cómo afecta a los más jóvenes y hacer un análisis proyectado hacia el futuro del potencial de éstos para provocar una transformación social”, ha señalado Manuel Zafra, presidente de Merck en España.
Según el informe, las mujeres presentan valores inferiores en el índice de bienestar emocional (54,6% frente al 67,4% de los hombres) y valores superiores en malestar emocional (27,3% frente al 17,5% de los hombres). “Una mala salud emocional puede evolucionar a lo largo de la vida a trastornos de somatización y problemas mentales como la depresión o la ansiedad, que las mujeres tienen mayor riesgo de padecer”, advierte el informe. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en España el 7,7% de los años de vida perdidos de las mujeres son a causa de estas patologías (4,1 puntos más que en el caso de los hombres).
El informe de la Asociación ClosinGap, liderado por Merck, analiza las brechas de género en el estado de ánimo, la salud laboral, el autocuidado y la salud emocional de los jóvenes
“Las diferencias de género en ansiedad y depresión tienen su origen en que desde la infancia a las mujeres se les exige que aguanten la carga emocional de los demás, que encuentren justificación para los actos de otras personas, aunque les generen malestar, que satisfagan las expectativas ajenas y que no conecten con sentimientos transformadores como la ira. Este tipo de educación las lleva a sentirse responsables de sostener emocionalmente a las personas de su alrededor olvidándose de su propio bienestar psicológico y pagando un alto precio en su salud mental”, explica Luis Muiño, psicoterapeuta y divulgador.
Impacto de las diferencias de género en bajas laborales
Históricamente, las mujeres han encontrado barreras en su proceso de incorporación al mercado laboral y actualmente continúa existiendo una brecha de género en cuanto a salarios y oportunidades de desarrollo. Además, esta situación se agrava debido a que son ellas quienes suelen asumir responsabilidades adicionales en el ámbito familiar, lo que supone un catalizador del malestar emocional y deriva en bajas laborales por depresión o ansiedad.
El 63,1% de las bajas laborales debidas a trastornos mentales y del comportamiento en España en 2021 se produjeron en mujeres. Asimismo, éstas han sido de mayor duración en el caso de pacientes femeninas (24,4 millones de días vs 13,6 millones de días para los hombres). Como consecuencia, el impacto económico de la brecha de género en las bajas por dichos trastornos fue de 1.642,6 millones de euros.
El impacto económico de la brecha de género en las bajas por dichos trastornos mentales y del comportamiento fue de 1.642,6 millones de euros
Índice de bienestar emocional y papel femenino como agente de transformación social
Anna Merino, directora de Consultoría Estratégica y Económica en PwC, ha destacado que “este informe aborda los diferentes perfiles de la salud emocional desde una óptica cualitativa y cuantitativa”. Además, ha resaltado la “importancia de tener una buena salud emocional en el aspecto sanitario o social, pero también en el económico. España siempre ha sido vista como un país con una alta calidad de vida y podría pensarse que la salud emocional es mejor que en el resto de los países europeos. Sin embargo, el índice de bienestar emocional nos sitúa en el puesto 17 de los 26 países europeos”, ha remarcado.
Las mujeres, a pesar de contar con menos tiempo para sí mismas, son más conscientes de la importancia del autocuidado para mejorar su salud emocional (54,9% frente al 43,1% de los hombres). El 92% de los jóvenes españoles, entre 19 y 36 años, considera la salud emocional como un aspecto importante de su vida.
La mayor conciencia de las mujeres jóvenes (de 15 a 29 años) sobre su estado emocional puede propiciar el cambio en el futuro
En concreto, en el caso de los jóvenes de entre 15 y 29 años la depresión y la ansiedad son las causantes del 16% de años de vida saludable que pierden por enfermedad. Además, es en esta franja en la que la brecha de género alcanza su máximo, con un 21% en el caso de las mujeres, mientras se sitúa en el 11% en el caso de los hombres. “Las mujeres, especialmente las generaciones más jóvenes, son más conscientes de su estado emocional y toman medidas para mejorarlo, convirtiéndose así en potenciales motores de cambio para una sociedad menos discriminatoria con los trastornos de salud emocional“, ha señalado Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap.
Por su parte, Ana Polanco, directora europea de Asuntos corporativos y Acceso al Mercado de Merck, presidenta de Asebio y presidenta del Consejo Asesor de la Asociación ClosinGap, ha señalado que “fortalecer nuestra salud emocional a largo plazo permite alcanzar una sociedad más justa, inclusiva, resiliente y productiva”. Por este motivo, ha indicado que la salud emocional tiene una alta relevancia académica, social y política, y debe abordarse para encontrar soluciones globales. “Reconocer y poner en valor la relevancia que tiene el papel femenino como agente de transformación social tendría un gran impacto positivo en nuestra economía, en nuestra sociedad y por su puesto en nuestro bienestar”, ha concluido.