Redacción
El gasto sanitario se estanca en el 6,7% del PIB tras tres años en que su peso ha ido descendiendo en la economía española. Desde 2020, la inversión en salud se ha reducido casi un punto procentual. Así consta en el Plan Presupuestario del Gobierno para el próximo ejercicio. Durante el año de irrupción de la pandemia de Covid-19, el gasto alcanzó el 7,6%. En 2021, se situó en el 7,2%; en 2022 en el 7% y el año pasado, en el 6,7%.
Este porcentaje del PIB representa el 14,5% del total de gasto de las administraciones, un dato que tampoco ha variado con respecto a 2023. Precisamente, El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, activado a raíz de la pandemia, incluye la la asignación de ayudas de más de 436 millones de euros en el sector de la salud.
Durante el año de irrupción de la pandemia de Covid-19, el gasto sanitario alcanzó el 7,6% del PIB. En 2021, se situó en el 7,2%; en 2022 en el 7% y el año pasado, en el 6,7%.
Otro de los principales focos del coste sanitario es el Perte de Salud de Vanguardia. La primera fase del plan incluía 810 millones de euros. La adenda supone unas transferencias adicionales de 500 millones de euros además de préstamos por valor de 330 millones. en total se van a invertir 1.640 millones hasta 2024. “La adenda prevé, entre otras medidas,
la implementación de un programa de apoyo a enfermedades raras como la ELA, con una dotación de 50 millones de euros. Este programa tiene como objetivo mejorar las infraestructuras, el equipamiento y la humanización de los cuidados médicos”, señala el Gobierno en el documento.
El sindicato de enfermería Satse se ha mostrado muy crítico con estas cifras. La organización sindical ha denunciado que la congelación de la inversión y ha lamentando que “la atención sanitaria sigue sin ser una prioridad para el Ejecutivo”. A su juicio, “una insuficiente inversión que impide dar respuesta a problemas que preocupan mucho a la sociedad, como las crecientes listas de espera o la saturación en los centros sanitarios”.
Satse ha advertido que el gasto se sitúa por debajo del que realizan países de nuestro entorno. Alemania destina un 11%; Francia, un 10,4%, o Suecia, un 9,6%, entre otros Estados miembros de la Unión Europea, según datos del Ministerio de Sanidad.
