Luis de Haro, director general de iSanidad
En el siglo XXI, la salud mental se ha convertido en una epidemia tabú, silenciosa, que afecta a millones de personas en todo el mundo. A medida que avanza el tiempo se hace cada vez más evidente que es esencial conocer y abordar la realidad. En salud mental hay que investigar, diagnosticar y tratar, y hay que conocer muy bien el suelo que se pisa.
A pesar de los avances en la sociedad, la medicina y la tecnología, este sigue siendo un tema tabú. Las personas que luchan con problemas de salud mental a menudo se enfrentan a estigmatización y discriminación, lo que dificulta aún más que busquen ayuda. Esta crisis invisible tiene un impacto profundo en la calidad de vida de las personas y en la sociedad en su conjunto.
Ansiedad, depresión, adicciones, psicosis, TDAH o trastornos bipolares son problemas crecientes. La pandemia del Covid-19 solo ha potenciado estos problemas
Las estadísticas son elocuentes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Se estima que más de 264 millones de personas tienen problemas de salud mental. Además, aproximadamente una de cada cinco personas en todo el mundo experimentará un trastorno mental en algún momento de su vida. Ansiedad, depresión, adicciones, psicosis, TDAH o trastornos bipolares son problemas crecientes. La pandemia del Covid-19 solo ha potenciado estos problemas. El aislamiento, el miedo y la incertidumbre asociados con la pandemia han llevado a un aumento en los trastornos de ansiedad y depresión en todo el mundo.
No solo hay una carga social, también hay una fuerte carga económica que no puede subestimarse. Las personas que luchan con problemas mentales a menudo tienen dificultades para mantener empleos estables o para llevar una vida normal. Tiene un impacto significativo en la economía porque se pierden miles de millones de euros en productividad cada año debido a la salud mental precaria.
Para abordar la epidemia de salud mental en el siglo XXI, es esencial aumentar el conocimiento y la conciencia pública sobre el tema
También el sistema sanitario se ve afectado. La falta de recursos y la falta de acceso a la atención adecuada contribuyen a un sistema sobrecargado. No solo no se pueden satisfacer las necesidades de estas personas, sino que se los profesionales también las sufren.
Para abordar la epidemia de salud mental en el siglo XXI, es esencial aumentar el conocimiento y la conciencia pública sobre el tema. La educación sobre la salud mental debe comenzar en la escuela y continuar a lo largo de la vida. La comprensión de signos y síntomas de los trastornos mentales, así como la eliminación del estigma, son pasos cruciales en la lucha contra esta epidemia.
Para combatirla, también es necesario invertir en recursos adecuados y garantizar un acceso equitativo a la atención. Esto implica mayor financiación y la eliminación de barreras que impiden que las personas busquen ayuda. Afrontar un tema tabú como la salud mental es una responsabilidad de toda la sociedad. Los gobiernos, el sistema sanitario, el educativo y el social deben trabajar juntos para abordar esta epidemia.