El debate sobre las reservas estratégicas de medicamentos está abierto y no todo el sector sanitario piensa igual

El Congreso de los Diputados ha acogido una jornada en la que han debatido compañías farmacéuticas, distribuidores, patronales, científicos, administraciones y pacientes sobre la regulación que prepara Europa para garantizar una rápida respuesta ante nuevas crisis sanitarias

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Gema Maldonado
La Unión Europea no quiere que vuelva a ocurrir lo vivido en los inicios de la pandemia, cuando no había suficiente suministro de mascarillas, de epis y de otros productos sanitarios esenciales. La Comisión Europea ya trabaja para que se establezcan reservas estratégicas en los estados miembros, pero no es una tarea sencilla. Son muchos los actores implicados, desde las autoridades nacionales a los laboratorios y el sector de la distribución farmacéutica.

El presidente de Cofares ha pedido “diálogo” y “una adecuada definición de las reservas estratégicas de medicamentos y su articulación” para “mejorar indiscutiblemente nuestra capacidad de respuesta”

La regulación europea al respecto está cocinándose en Bruselas, mientras los sectores que se verán afectados piden “diálogo” y contar con “una adecuada definición de las reservas estratégicas de medicamentos y su articulación”, para “mejorar indiscutiblemente nuestra capacidad de respuesta”. Así se ha expresado este martes Eduardo Pastor, presidente de Cofares, que ha organizado una jornada parlamentaria sobre preparación y respuesta para afrontar las amenazas en el ámbito de la Salud y la situación de España ante el reto de la autonomía y las reservas estratégicas.

El objetivo de la Unión es reducir la dependencia de la cadena de suministro de medicamento estratégicos de terceros países, para lo que está elaborando una lista de medicamentos esenciales, un listado con el que ya cuenta España. De hecho, los estados europeos ya empiezan a tomar medidas para reforzar sus cadenas de suministro.

El presidente del Grupo Europeo de la Distribución Farmacéutica cree que las reservas estratégicas de medicamentos deberían estar en manos de los distribuidores de cada país

“Hay dos líneas de acción, por un lado, sobre los medicamentos de uso común, como los analgésicos. Algunos países empiezan a hablar de ampliar los stocks disponibles” ha señalado Matilde Sánchez Reyes, presidenta de Fedifar, la patronal de la distribución farmacéutica de gama completa, por otra parte, las acciones sobre los medicamentos específicos para atender situaciones de emergencias sanitarias, para lo que “los estados empiezan a poner sobre la mesa la creación de reservas estratégicas”.

En esta línea se ha posicionado Bern Grabner, presidente del Grupo Europeo de la Distribución Farmacéutica (GIRP), cuya propuesta es que las reservas estén en manos de los distribuidores farmacéuticos en cada país. “Cuentan con almacenes ubicados en puntos de todo el país, una ventaja frente a una reserva nacional en un único sitio. Pensamos que la mejor solución es la distribución de reservas de emergencias a todos los mayoristas”, ha defendido, una medida que facilitaría “una rotación adecuada de los medicamentos que pueden expirar, esto supone una ventaja económica”.

Emili Esteve: “Para la industria tener acumulación de medicamentos no es interesante y no puede aceptar que exista un plan de prevención de escasez para todos los medicamentos”

Grabner considera que España, en comparación con otros países europeos, “está muy lejos de llegar a niveles avanzados en lo que se refiere a colaboración de autoridades, mayoristas y farmacia”. Sin embargo, ha reconocido el sistema Cismed que permite a los farmacéuticos notificar falta de medicamentos. “España es un ejemplo en sus sistemas de predicción, permite a las farmacias informar a los mayoristas si no pueden acceder a un medicamento. Es muy útil y está por delante”.

Una visión algo distinta mantiene la patronal de las compañías farmacéuticas. Farmaindustria considera que “tener acumulación de medicamentos no es interesante y no puede aceptar que exista un plan de prevención de escasez para todos los medicamentos, ha de ser solamente para los críticos”, ha señalado Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustria. Desde su punto de vista la regulación debe incluir la previsión de la capacidad y demanda de la producción de envases.

Juan Carlos Gil ha defendido que inversiones como la realizada en España por Moderna “requieren ciertas garantías de sostenibilidad por parte de los países donde se instalan”

La industria no está contenta con la propuesta de regulación de la Comisión Europea, que “plantea lo que le parece que sería mejor para garantizar el suministro continuado de medicamentos, y que puede tener toda la mejor intención del mundo, pero a lo mejor no tiene todos los conocimientos del sector”, ha apuntado Esteve, que considera que Hay que hacer más caso a la industria que los investiga y fabrica, Europa está perdiendo competitividad”.

En esta línea se ha pronunciado el director general de Moderna, Juan Carlos Gil, que ha hecho hincapié en que las inversiones de las compañías farmacéuticas “requieren ciertas garantías de sostenibilidad por parte de los países donde se instalan”. La farmacéutica que ha desarrollado una de las vacunas de RNAm del Covid-19 ha invertido en España en torno a 1.000 millones de euros. Fuera de Estados Unidos, España es el único país con capacidad para producir la vacuna del Covid-19 de Moderna de principio a fin y tiene un laboratorio de alta tecnología que la farmacéutica ha inaugurado hace poco.

Cristóbal Belda: “La reserva científica de un país probablemente forma parte de esas reservas estratégicas, siempre que tenga dotación económica y esté coordinada en cuestión de horas”

Una legislación que reduzca incentivos a la investigación afectaría a este tipo de inversiones. “Estamos trabajando muy duro con el Gobierno para que España siga disfrutando de estas instalaciones. La competencia es feroz, no hay país en la Unión Europea que no quiera tener instalaciones de RNAm en sus fronteras”, ha advertido.

Más allá del ámbito de la industria, se ha podido escuchar en la jornada parlamentaria a otros actores clave para el medicamento: científicos y pacientes. El director del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Cristóbal Belda ha defendido que “la reserva científica de un país probablemente forma parte de esa reserva estratégica” por la que está trabajando la Unión Europea, “siempre que tenga suficiente dotación económica y esté coordinada en cuestión de horas” para tener capacidad de respuesta ante cualquier crisis sanitaria. En este sentido ha defendido la colaboración publico-privada para la innovación en fármacos, la medicina de precisión o las terapias avanzadas.

Por su parte, el vicepresidente de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Tomás Castillo, apuntó que es necesario “regular cómo vamos a participar los pacientes en todos los niveles” en el marco de la política europea de de autonomía y reservas estratégicas, y en toda toda la estrategia de Unión Europea de la Salud.

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