Redacción
El cáncer de próstata es el más común en hombres mayores de 50 años, el 90% de los casos se detectan en fases localizadas. Sin embargo, el índice de remisión completa a los 15 años es del 95%. Así lo ha manifestado el jefe de la sección de Uro-Oncología del Servicio de Urología de La Paz, el Dr. Emilio Ríos-González, en una entrevista en Europa Press. “El diagnóstico de tumores de próstata se va a incrementando año a año, cada año son más el número de varones que tienen diagnósticos de cáncer de próstata en España, estamos en alrededor de 36.000 nuevos casos al año y está creciendo, de hecho, en 2040 se prevé que se diagnostiquen 50.000 nuevos casos. Hoy en día es el tumor más frecuente en varones. El 21-22% de los cánceres del varón son de próstata“, ha asegurado.
El principal factor de riesgo es la edad, aunque la predisposición hereditaria también juega un papel importante. A pesar de no estar claro si ciertos hábitos influyen, tener antecedentes familiares aumenta las posibilidades de desarrollar la enfermedad. El cáncer de próstata se manifiesta en la glándula prostática, vital en la producción de semen. Aunque raro en etapas iniciales, los síntomas incluyen problemas urinarios y, en etapas avanzadas, sangre en la orina o impotencia sexual.
El principal factor de riesgo del cáncer de próstata es la edad, aunque la predisposición hereditaria también juega un papel importante
El diagnóstico precoz del cáncer de próstata es esencial, siendo la prueba del antígeno prostático específico (PSA) fundamental. A partir de los 50 años, se recomienda su realización periódica, con especial atención a los hombres con antecedentes familiares, sugiriendo revisiones desde los 45. El cáncer de próstata, siendo la tercera causa de muerte por cáncer en hombres en España, destaca la importancia de la concienciación y la detección temprana para abordar eficazmente este desafío de salud pública. En cuanto a los tratamientos, cirugía y radioterapia son las opciones actuales. Aunque pueden tener secuelas, avances en técnicas como la laparoscopia y cirugía robótica minimizan los efectos secundarios, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Rápida recuperación
Según ha explicado el Dr. Ríos-González, en la cirugía “la recuperación es relativamente rápida, porque es una técnica mínimamente invasiva como es la laparoscopia o la cirugía robótica”. Y, en el caso de la radioterapia, “el paciente puede necesitar ir más días al hospital para aplicar las próximas prescritas de radiación“. Aunque los avances terapéuticos cada vez son mayores, estos tratamientos “pueden producir algún tipo de secuelas en cuanto a la continencia de la orina, en cuanto a preservar o alterar la función sexual, que son las dos secuelas más importantes de estos tratamientos“.
“Cada vez, con el paso del tiempo, las técnicas de radioterapia son mejores, son más precisos a la hora de no dañar órganos de alrededor. Y la cirugía se ha hecho también con la radiografía, la laparoscopia y la cirugía robótica mucho más precisa, de manera que los casos de incontinencia son muy bajos y la disfunción eréctil también o la impotencia también se ha reducido de forma importante“, ha explicado el experto apuntado que “también depende de otros condicionantes” como “si el paciente previamente ya tiene alguna alteración“.