La intervención en servicios de urgencias disminuye la prescripción inadecuada de antibióticos un 16,5% y mejora un 18% su dispensación

Los resultados del proyecto Happy Patient muestran también una reducción del uso inapropiado de estos fármacos del 10% en atención primaria

antibióticos

Victoria Guillén (Barcelona)
La resistencia antimicrobiana supone un problema de salud pública de alcance mundial, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha calificado como uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la población. Sólo en Europa, cerca de 35.000 personas pierden la vida cada año debido a las consecuencias directas del mal uso de antibióticos, según datos del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades y, en España, las bacterias multirresistentes provocan al año más de 23.000 muertes. “Se trata de una amenaza a nivel mundial que mata veinte veces más que los accidentes de tráfico. Si no paramos esta epidemia, será una de las causas de mortalidad más importante en el año 2050”, ha destacado el Dr. Carl Llor, médico de familia, en la presentación de resultados de Happy Patient.

Se trata de un proyecto puntero, cofinanciado por la Comisión Europea, que busca combatir la creciente amenaza de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) mediante el abordaje del uso inadecuado de antibióticos para infecciones comunes.  Así, Happy Patient se basa en la evidencia existente e introduce un enfoque innovador centrado en el paciente. Esta estrategia implica involucrar a los proveedores de atención sanitaria, que son el principal punto de contacto para el manejo de las infecciones adquiridas. Este enfoque implica la participación de los profesionales de la salud que trabajan en atención primaria, servicios de urgencias y emergencias, residencias y farmacias.

En Europa, cerca de 35.000 personas pierden la vida cada año debido a las consecuencias directas del mal uso de antibióticos

“Una intervención simple y pragmática en estos cuatro ámbitos sanitarios sirve para mejorar el uso correcto de antibióticos, así como reducir la prescripción innecesaria, sobre todo en atención primaria donde se realiza la mayor parte de las prescripciones, un 80%”, ha explicado el Dr. Llor, coordinador del proyecto Happy Patient. “Este proyecto representa un gran avance para abordar el grave problema de salud que ya representa la resistencia a los antimicrobianos”, ha añadido el especialista.

Para desarrollar e implementar intervenciones para reducir el uso inapropiado de antibióticos, Happy Patient siguió la metodología del Proyecto de Auditoría de Odense (APO), que implica un registro antes y después de la intervención. Además, se adaptó a las características de los cuatro entornos sanitarios.  En concreto, el proyecto se ha llevado a cabo en cinco países de la Unión Europea (España, Lituania, Polonia, Francia y Grecia) entre 2021 y 2023. Además, ha contado con la participación de más de 400 profesionales de la salud. De ellos, el 84,4% completaron la intervención y se unieron al segundo periodo de registro. Se registraron un total de 10.744 infecciones comunes durante el primer registro y 10.207 casos adicionales en la segunda auditoría.

La prescripción en Urgencias y Emergencias: un punto de referencia en España

Por ámbitos de intervención, los servicios de Urgencias y Emergencias han obtenido uno de los resultados más prometedores del proyecto, con una disminución muy significativa de la prescripción inapropiada. En concreto, después de la intervención, se ha reducido en un 16,5% la prescripción innecesaria de antibióticos y en un 18,4% la prescripción errónea de estos fármacos.

En Atención Primaria, Happy Patient ha reducido aproximadamente un 10% el uso inapropiado en la atención médica general. Además, el proyecto ha resultado ser especialmente innovador en el entorno de la farmacia comunitaria. En este sentido, los participantes de España, Francia, Grecia, Polonia y Lituania aseguran haber mejorado su proceso de dispensación al realizar más controles de seguridad, proporcionar más consejos a pacientes y obtener más información fundamental sobre prescripciones.

Sin embargo, los resultados en residencias de personas mayores no mejoraron. Según ha indicado el Dr. Llor, la complejidad del entorno, la rotación de profesionales y la falta de médicos de familia, son algunos de los factores que explicarían los datos obtenidos. “Debemos empoderar a las enfermeras y establecer otros métodos de intervención que se adapten a este entorno tan complejo”, ha declarado el Dr. Llor.

Un ahorro anual de 114 millones en los presupuestos de salud de la UE

Una de las líneas de investigación más significativas de esto proyecto es la lectura económica que se hace de las mejoras registradas. En concreto, esta intervención colaborativa podría ahorrar  114 millones de euros en los presupuesto de salud de la UE en lo que respecta a AP. Así, la proyección de datos se basa en dos escenarios diferentes: un escenario realista y un escenario optimista. Mientras que el realista estimaría una reducción en el consumo de antibióticos de 23 millones de prescripciones, y generaría un ahorro económico anual de 114 millones de euros; en el más optimista, la reducción del consumo de antibióticos ascendería a 47 millones de prescripciones, lo que resultaría en un ahorro económico anual de 385 millones de euros.

Ante los resultados obtenidos, el Dr. Llor ha señalado la necesidad de “implementar más proyectos de estas características y de esta profundidad, que, a través del conocimiento y la colaboración entre países y organizaciones científicas, promuevan un futuro mejor que garantice la seguridad de los pacientes y la calidad de vida de la población”.

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