Merecemos una sanidad cohesionada y unida

La mejor sanidad no puede tener exclusivamente las propuestas más radicales de ruptura con el pasado, seguramente hay un camino mejor

Luis de Haro. Director general de iSanidad
El Rey Felipe ha reivindicado “el gran pacto” de 1978 y ha asegurado que “los jóvenes necesitan recibir una España cohesionada y unida”. Lo ha dicho en el Congreso de los Diputados, durante la apertura solemne de la XV Legislatura. Esta frase ha sonado tanto como las palabras de la presidenta del Congreso. La socialista Francina Armengol ha defendido en el mismo acto la legitimidad del Gobierno de coalición ante quienes “distorsionan la realidad desde la opacidad“. Ha pedido evitar la “crispación, la polarización y el ruido” y pide a sus señorías ejercitar la “escucha activa” y respetar la institución.

Armengol también ha asegurado que el entendimiento es clave. Y efectivamente, la sociedad merece el entendimiento, especialmente en sanidad. Utilizar el rodillo del poder para imponerse en las principales líneas de trabajo en sanidad no ayuda a evitar la crispación. En el s.XXI merecemos una sanidad cohesionada y unida, que no esté ni politizada ni dogmatizada. Si se utiliza el poder del Gobierno central o del de las comunidades para confrontar, no haremos lo que pide el Rey. A la ministra de Sanidad, Mónica García, Armengol le ha pedido “escucha activa”. Estas palabras debían escucharla desde los que se han ausentado del hemiciclo hasta la propia ministra.

En el s.XXI merecemos una sanidad cohesionada y unida, que no esté ni politizada ni dogmatizada

Mónica García ha empezado bien, dijo en su primera comparecencia pública que la ética tiene que “ayudar a los gobernantes a tener altura de miras para llegar a acuerdos que partan del reconocimiento del resto de actores como interlocutores válidos y que pongan el bienestar de nuestras sociedades por encima de las batallas cortoplacistas de los partidos“. Aseguró que hay que “tender puentes”. Suena de cine, pero ahora hay que creérselo y ejecutarlo. Por sus palabras, parece que Mónica García está dispuesta a liderar acuerdos. Esto significa liderar compromisos y acciones conjuntas entre todas las partes interesadas. El Gobierno, las comunidades, los profesionales, los pacientes, la industria sanitaria o la sanidad privada van a ser protagonista de estos acuerdos.

Estar en el Gobierno permite hablar y dar lecciones de consenso y de progresismo. Pero ahora hay que llevarlo a cabo, hay que escuchar y trabajar con todos los actores del sistema. Se trata de los asegurados de Muface (sistema elegido por casi dos millones de funcionarios), los hospitales privados, la industria, los pacientes… Una una sanidad cohesionada y unida no puede tener exclusivamente las propuestas más radicales de ruptura con el pasado, seguramente hay un camino mejor.

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