Redacción
¿Puede el exceso de andrógenos en las mujeres influir en la respuesta de su cuerpo a los procesos metabólicos? ¿puede esa respuesta estar influenciada por la obesidad? Son preguntas sobre las que dos investigaciones del Hospital Ramón y Cajal – Irycis y el área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del Ciber (Ciberdem) han trabajado para mostrar que existen diferencias en el metabolismo intermediario entre hombres, mujeres y pacientes con síndrome de ovario poliquístico que no son tenidas en cuenta a la hora de manejar la enfermedad metabólica.
Un primer estudio mostró que el perfil metabolómico en sangre era diferente en hombres y mujeres, y que existía una masculinización del metabolismo intermediario en mujeres con síndrome de ovario poliquístico
En la investigación se han utilizado técnicas avanzadas de espectroscopía de resonancia magnética nuclear de protones para analizar los perfiles metabolómicos en muestras de sangre. Los resultados se han publicado en Biology of Sex Differences. El síndrome de ovario poliquístico es el trastorno endocrino-reproductivo más frecuente en mujeres premenopáusicas y se asocia a resistencia a la insulina, obesidad y problemas de salud cardiometabólicos.
Un primer trabajo, liderado por Héctor Escobar Morreale y Mª Ángeles Martínez-García, en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid/ Irycis, reveló que el perfil metabolómico en sangre era diferente en hombres y mujeres, y que existía una masculinización del metabolismo intermediario en mujeres con síndrome de ovario poliquístico, lo que sugiere aún más la influencia del sexo y las hormonas sexuales en la regulación metabólica.
“Queríamos estudiar si el exceso de andrógenos en las mujeres también induce cambios a nivel metabólico, y si esta influencia se veía afectada por la obesidad” explica la investigadora del Ciberdem/ Irycis Mª Ángeles Martínez García. En el estudio participaron 53 adultos jóvenes incluyendo mujeres con síndrome de ovario poliquístico, que se caracterizan por presentar una clínica y/o bioquímica de exceso androgénico y disfunción ovulatoria, mujeres sin hiperandrogenismo y con ciclos menstruales regulares, y hombres sanos.
“El impacto negativo de la obesidad en el perfil metabolómico se limitó a las mujeres, con o sin el síndrome de ovario poliquístico”
La mitad de los participantes en cada grupo tenían obesidad, definida como un IMC igual o superior a 30 kg/m2. A partir del suero de muestras de sangre obtenidas en ayunas se identificaron 36 metabolitos de bajo peso molecular mediante espectroscopía de resonancia magnética nuclear de protones.
En esta parte del trabajo ha participado Xavier Correig, coordinador de la Plataforma de Metabolómica e investigador del Ciberdem en el Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili, Universitat Rovira i Virgili de Tarragona: “La metabolómica trata de comprender y analizar la composición global de los aminoácidos, ácidos grasos, carbohidratos, etc. en el organismo, en un momento dado, para darnos información sobre el estado de salud, la respuesta a tratamientos médicos o intervenciones dietéticas, y ayudar a identificar marcadores moleculares asociados con enfermedades o condiciones específicas”.
“Es importante destacar que el impacto negativo de la obesidad en el perfil metabolómico se limitó a las mujeres, con o sin el síndrome, ya que los hombres obesos no mostraron un deterioro adicional en comparación con los varones sin obesidad” concluye el equipo investigador.
Dr. Luque Ramírez: “Que nuestro cuerpo responda de manera diferente a las comidas dependiendo de si somos hombres o mujeres se debe principalmente a cómo la insulina actúa después de comer, especialmente si tenemos sobrepeso”
El cuerpo de hombres y mujeres responde de manera diferente ante las comidas
Otro de los estudios llevado a cabo por el mismo equipo de investigación trataba de ahondar en las diferencias entre sexos en la respuesta postprandial tras la ingesta de distintos macronutrientes (glucosa, lípidos y proteínas). El análisis del perfil metabolómico indicó que las diferencias parecen ser impulsadas principalmente por los efectos de la insulina después de las comidas, y que especialmente la obesidad, y en menor medida el síndrome de ovario poliquístico, ejercen un papel modulador sobre estas respuestas, probablemente derivado de la resistencia a la insulina.
“Que nuestro cuerpo responda de manera diferente a las comidas dependiendo de si somos hombres o mujeres se debe principalmente a cómo la insulina actúa después de comer, especialmente si tenemos sobrepeso” explica Manuel Luque Ramírez, investigador del Hospital Ramón y Cajal-Irycis y Ciberdem y último firmante. Además, añade, “la obesidad puede afectar a nuestra capacidad de adaptarnos y procesar diferentes tipos de alimentos, pero también el sexo y las hormonas sexuales juegan un papel importante en cómo nuestro organismo regula el metabolismo tras su ingestión”.