Más de 40 millones de profesionales sanitarios reclaman a sus países cumplir con los compromisos del COP28

Los grupos hospitalarios privados se han implicado en la reducción de emisiones de CO2

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Redacción
Hace apenas una semana que concluyó la Cumbre del Clima de Dubai (COP28)con un objetivo: iniciar la “transición para dejar atrás los combustibles fósiles”. Más de 120 países firmaron este acuerdo para poner freno a un cambio climático que está poniendo en grave riesgo la salud de la población mundial. Enfermedades respiratorias, diversos tipos de tumores, infecciones provocadas por bacterias respiratorias o patologías emergentes están íntimamente relacionadas con el deterioro medioambiental que vivimos en estos días.

Esta eliminación gradual de los combustibles fósiles implica triplicar la capacidad de las energías renovables con el fin de limitar la emisiones de CO2. Más de 40 millones de profesionales sanitarios han hecho fuerza junto a la Organización Mundial de la Salud para que sus países cumplan con estos compromisos que permitirían prevenir enfermedades con un alto coste en mortalidad, en morbilidad y en la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.

“Ante los desafíos urgentes que plantean la salud y el cambio climático, los profesionales de la salud están unidos en todos los esfuerzos para mejorar los resultados de salud y abordar las crisis climáticas”, puso de manifiesto el director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante la COP28.

Más de 120 países firmaron en el COP28 Dubai la reducción progresiva de los combustibles fósiles

Los efectos del cambio climático se han multiplicado en 2023 de forma “alarmante”. Se ha registrado un incremento significativo  de desastres relacionados con el clima, incluidos incendios forestales, olas de calor y sequías, que han provocado desplazamientos de poblaciones, pérdidas agrícolas y una mayor contaminación del aire. El aumento de las temperaturas y los movimientos de población han favorecido el aumento de enfermedades potencialmente mortales como el cólera, la malaria y el dengue. El 24% de las muertes en todo el mundo se debe a factores medioambientales.

La situación actual requiere fortalecer los sistemas sanitarios para hacer frente a los retos derivados de la crisis climática. “Los sistemas de salud fuertes y resilientes son indispensables para proteger a la población de los impactos negativos del cambio climático en su salud. La construcción de sistemas de salud resilientes al clima y con bajas emisiones de carbono como protección para las vidas actuales y futuras debe considerarse una de las prioridades de la acción y el financiamiento climáticos a nivel local, nacional y global”, advirtió el director general de la OMS.

La potenciación de las políticas de salud supone un incremento de la financiación de mecanismos que apoyen sistemas de salud resilientes al clima e iniciativas sostenibles. “Es fundamental discutir la urgencia de la acción, pero también garantizar que los compromisos financieros estén a la altura de la escala del desafío”, han añadido.

Más de 40 millones de profesionales sanitarios han hecho fuerza junto a la OMS para que sus países cumplan con estos compromisos y prevenir enfermedades con un alto coste

El sector de la salud actualmente recibe apenas el 0,5% de la financiación climática mundial. “Aumentar el apoyo financiero no solo está justificado sino que es esencial para abordar eficazmente las crisis sanitarias en curso y un panorama sanitario mundial en evolución”, añadió el director general de la OMS. Al multiplicar la financiación, se fortalece la capacidad del sector para innovar, adaptar y brindar una atención óptima, garantizando una infraestructura sanitaria resiliente para los desafíos de hoy y las incertidumbres del mañana.

Desde la COP26 de Glasgow en 2021 el sector salud se ha involucrado en la reducción de la huella de carbono. Este sector es el quinto más contaminante en la actualidad. Son numerosos los hospitales que han comenzado a implantar medidas de eficiencia energética, reducción de gases anestésicos o la disminución del CO2 de los desplazamientos cuando los pacientes acuden al hospital.

El sector de la salud actualmente recibe apenas el 0,5% de la financiación climática mundial

La sanidad privada, de hecho, ha impulsado el proyecto Zero Pollution de la Unión Europea. La sanidad privada se aproxima a la sostenibilidad desde distintos frentes como la eficiencia en el consumo, la gestión de residuos y la responsabilidad sobre la huella de carbono que su actividad genera sobre el entorno. Centros como el Ribera Hospital de Molina ya han instalado su propia planta fotovoltaica en su cubierta con el finde lograr una mayor independencia energética. El objetivo es lograr un autoabastecimiento anual del 20%, un objetivo similar al de HM Hospitales y tres de las instalaciones del grupo hospitalario Viamed Salud que esperan generar cerca de 140.000 KWh al año.

Los hospitales del grupo Quirónsalud también cuentan con su propio plan de instalaciones fotovoltaicas. Actualmente, se han instalado más de 10.000 placas en una veintena de hospitales con las que obtener una media de 6,8GWh de energía al año. Esta red de instalaciones también ha implementado su propio sistema de control energético que permite monitorizar y controlar de forma más centralizada tanto la climatización como la energía generada y consumida. Por su parte, Vithas ha sido el primer grupo hospitalario privado español neutro en carbono en consumo de gas natural y electricidad.

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