Los inhibidores del cotransportador-2 de sodio y glucosa: una revolución en el tratamiento de enfermos renales y cardiacos

El SGLT2i tiene un profundo efecto renoprotector y cardioprotector en pacientes con enfermedad renal crónica

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Victoria Guillén
Actualmente, la enfermedad renal crónica (ERC) afecta aproximadamente a 47 millones de personas en la Unión Europea y en España se estima que afecta a 1 de cada 7 adultos, de los cuales dos de cada tres pacientes desconocen que padecen esta enfermedad. Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ERC es una de las 10 enfermedades más preponderantes y se prevé que en 2040 esta patología se sitúe entre las cinco primeras causas de muerte en el mundo. Asimismo, un 6,8% de los españoles mayores de 45 años y cerca de un 20% de mayores de 85 padecen insuficiencia cardiaca, siendo la primera causa de hospitalización en mayores de 65 años en España.

En este sentido, el Dr. Manuel Praga Terete, médico especialista del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, y el Dr. Ramón Delgado Lillo, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, han destacado en Doryos, una plataforma de conocimiento médico hecha por y para médicos, el papel de los inhibidores de contransportador-2 de sodio y glucosa (SGLT2i) en enfermedades renales crónicas e insuficiencia cardiaca.  En concreto, los especialistas han manifestado que “el SGLT2i tiene un profundo efecto renoprotector y cardioprotector en pacientes con enfermedad renal crónica, tanto diabéticos como no diabéticos. Sus efectos favorables, tanto renales como cardíacos, se asocian a la cuantía de la reducción de albuminuria”.

En España uno de cada siete adultos padece enfermedad renal crónica

“Asimismo, la asociación de SGLT2i con otros fármacos renoprotectores (agonistas de GLP-1, antagonistas de endotelina, nuevos mineralocorticoides) puede expandir aún más nuestras armas terapéuticas contra la progresión de la enfermedad renal crónica”, ha apuntado el Dr. Delgado Lillo.  Por su parte, el Dr. Praga Terete, ha manifestado que “en los estudios de riesgo cardiovascular realizados en 2009, los inhibidores del cotransportador-2 de sódio y glucosa demostraron unos efectos absolutamente revolucionarios. Según el especialista, todos los efectos beneficiosos desde el punto de vista cardiovascular se asociaban también a efectos beneficiosos desde el punto de vista renal. Es decir, no progresión de la insuficiencia renal y no elevación de la creatinina.

De hecho, las Guías de tratamiento de pacientes con diabetes tipo II y enfermedad renal crónica incluyen como primera opción cambios en el estilo de vida, nutrición y pérdida de peso. En el siguiente escalón, se recomienda la metformina cuando la función renal tiene un filtrado superior a 30, Además, se incluyen ya los inhibidores del cotransportador-2 de sodio y glucosa.

“En las guías de insuficiencia cardiaca europeas también se han incluido ya los inhibidores del co-transportador sodio-glucosa al mismo nivel que los inhibidores del sistema de renina angiotensina, los betabloqueantes o los antagonistas mineral corticoides”, ha señalado el Dr. Delgado Lillo.

La asociación de SGLT2i con otros fármacos renoprotectores puede expandir aún más nuestras armas terapéuticas contra la progresión de la enfermedad renal crónica

Así, el estudio DAPA-CKD analizó dapaglifozina en pacientes con enfermedad renal crónica. Todos los pacientes presentaban diferentes grados de insuficiencia renal. “Cerca de un 60% de los pacientes eran diabéticos tipo 2, pero el 42% restante tenían diversos tipos de nefropatías proteinuricas. En todos ellos se compró dapaglifozina 10mg con placebo”, ha destacado el Dr. Praga Terete. Los resultados mostraron que los enfermos tratados con dapaglifozina tenían una significativa reducción en la progresión de la enfermedad y muerte renal o cardiovascular. En concreto, los pacientes tratados con este medicamento presentaban una reducción del riesgo cardiovascular y renal un 39%.

“Se está comprobando que el efecto favorable renal y cardiovascular está ligado a la reducción de la albuminuria basal. Se trata de un hecho muy importante para la práctica clínica porque la reducción de la albuminuria que podemos conseguir con un inhibidor del SGL2i es el mejor predictor de que vamos a conseguir un efecto favorable renal y cardiovascular con estos fármacos”, ha detallado el especialista.

Los inhibidores del SGLT2i disminuyen el consumo de oxígeno renal, presentan propiedades antiinflamatorias, antifibróticas y antioxidativas, entre otras acciones. En este sentido, el Dr.  Delgado Lillo ha destacado que “muy probablemente a nivel renal, el principal efecto beneficioso de estos medicamentos está motivado por cambios en la hemodinamia renal”.

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