Redacción
Normalizar la actividad de la sanidad privada como parte de nuestro sistema sanitario, con una integración natural, es necesario e incuestionable, a la luz de la aportación que el sector privado hace en términos asistenciales, la imposibilidad del sector público de atender por sí solo la demanda de la población y al modelo de los sistemas europeos de referencia. Así lo ha señalado el presidente de la Fundación IDIS, Juan Abarca, subrayando que el sector privado y el público son vasos comunicantes y “es imprescindible que colaboren para que el sistema sanitario funcione”. En este sentido, ha afirmado que el primero se deteriora por el mal funcionamiento del segundo y ahí existe una oportunidad de mejora en beneficio del paciente y de la propia sostenibilidad del sistema.
Juan Abarca: “La colaboración público-privada en sanidad es beneficiosa para el funcionamiento de nuestro sistema sanitario”
Juan Abarca ha participado en la jornada ¿Cómo equilibramos la relación entre el SNS y el sector privado?, organizada por Funcas, en la que ha mantenido un diálogo con José Manuel Freire, profesor emérito de la Escuela Nacional de Sanidad, con la moderación de Félix Lobo, profesor emérito de la UC3M y director de economía y políticas de salud de Funcas. Durante la sesión ha indicado que existen retos para ambos sectores de provisión que requieren una colaboración conjunta. Por ello, ha apostado por el entendimiento entre las administraciones públicas y el sector sanitario privado en un ecosistema de sinergias e iniciativas de colaboración que se apoye en dos claves: regulación de indicadores y resultados sanitarios y confianza.
“El futuro del peso del sector público no depende de que haya más o menos colaboración público-privada, sino que depende únicamente de él y de las reformas que tiene que hacer para adaptarse a las demandas de la población. La colaboración público-privada en sanidad es beneficiosa para el funcionamiento de nuestro sistema sanitario y las aportaciones del sector privado al servicio público son buenas tanto para uno como para otro: para el sector privado porque le permite aumentar su actividad y mirar más allá de los resultados económicos mejorando el servicio al paciente; y, para el público, porque puede abordar problemas puntuales como las listas de espera, por ejemplo, y porque promueve la competitividad para ser productivo”, ha destacado Juan Abarca.
El presidente de la Fundación IDIS apuesta por el entendimiento entre las administraciones públicas y el sector sanitario privado en un ecosistema de sinergias e iniciativas de colaboración
Además, ha recordado que existen requisitos para que esa colaboración sea posible, que pasan, en el caso de las administraciones “por tener claras las prioridades públicas, ser capaces de medir la calidad y aportación de las empresas y entender la lógica de su funcionamiento; y, por parte de las empresas, por ser capaces de entender las prioridades de las administraciones públicas, tener visión a largo plazo, aportar valor y adaptarse a trabajar con equipos de ideología diversa”.
“Forma ideal” de gestión del sistema público
Durante su exposición, el presidente de la Fundación IDIS ha mencionado la que considera la “forma ideal” de gestión del sistema público, a través de entidades públicas intermedias con personalidad jurídica y bajo el régimen laboral del estatuto de los trabajadores (empresas públicas, consorcios o fundaciones públicas) bajo el control de indicadores y resultados.
Aun así, destacó los beneficios de los modelos de colaboración privada-pública y recordó la coexistencia de otras fórmulas de gestión en forma de colaboración que son beneficiosas, entre otras cosas, por el efecto que tienen para impulsar la competitividad del sector público. Destacan entre estos el mutualismo administrativo, modelo al que Abarca pidió dotar de la financiación adecuada, los conciertos y las concesiones, así como otras posibilidades como son las empresas mixtas y la limitación de beneficios. “Todos estos modelos han de estar basados en la confianza y dejar las reglas claras para ambas partes y pensando en la atención al paciente”, añadió.
Juan Abarca ha reconocido los logros de los dos sectores de provisión, señalando que existen retos para ambos en los que se hace necesario colaborar
Planificación de los recursos humanos
En cuanto a la política de recursos humanos, Juan Abarca ha comentado que debe hacerse énfasis en la demanda asistencial y los recursos disponibles para poder abordarla. En su opinión, las políticas de recursos humanos, incluyendo la planificación, deben tener un papel central de las políticas sanitarias, lo cual cree que no ocurre. Además, ha resaltado que deberían contemplar el nivel retributivo, la necesaria estabilidad laboral, los incentivos, la incorporación de los valores del profesionalismo, las posibilidades de formación y desarrollo profesional y el acceso a actividades de investigación. “Todo ello, junto con el cambio de roles profesionales, el impacto de la tecnología en esos roles y la necesaria incorporación al sistema sanitario de nuevos perfiles profesionales”, ha expuesto.
Además, Juan Abarca ha manifestado la capacidad de las entidades sanitarias privadas para participar en el servicio sanitario público, atendiendo a la aportación de valor que hacen, a la flexibilidad y agilidad en la gestión y a la innovación. En este sentido, ha recalcado que la normalización de la actividad del sector privado como parte del sistema debe apoyarse en el aprovechamiento de los recursos, priorizando siempre la eficiencia en la gestión.