Pacientes y profesionales apremian a tener en cuenta el sueño en la anamnesis en atención primaria

La Alianza por el Sueño, FEP y Asenarco han celebrado la jornada “España tiene sueño, un problema a resolver por la sociedad” con el objetivo de debatir las estrategias que fomentan hábitos saludables para mejorar la cantidad y calidad del sueño

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Redacción
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala tres pilares claves para gozar de una buena salud: alimentación, ejercicio y descanso. Sin embargo, este último elemento, el sueño, no está todavía presente en las anamnesis de la mayoría de profesionales de atención primaria. Esta ha sido una de las principales conclusiones de la jornada España tiene sueño, un problema a resolver por la sociedad organizada por el Foro Español de Pacientes (FEP), la Asociación Española del Sueño (Asenarco) y la Alianza por el Sueño, donde expertos en la materia han abogado las principales pautas para cambiar los malos hábitos de mida y mejorar así la calidad y cantidad de sueño de la población.

“Estamos ante un problema de salud pública que afecta a casi el 50% de la población española. Se trata de una epidemia social que nos está restando productividad y felicidad”, ha destacado el Dr. Manuel Armayones Ruiz, coordinador del Behavioural Desing Lab en el eHealth Center de la UOC. Actualmente, entre un 10 y un 15% de la población padece insomnio crónico, más de 5 millones de personas y el 48% de los españoles tienen problemas para descansar. Además, se calcula que al año un 38,2% de la población va a padecer algún problema de salud mental debido al insomnio, ansiedad o la depresión. Esta falta de sueño en España ha derivado en el consumo abusivo de benzodiazepinas entre los pacientes, posicionando a nuestro país líder mundial en el consumo de hipnóticos.

Entre un 10 y un 15% de la población española padece insomnio crónico

Pese a ello, todavía existe una falta de formación entre los profesionales en este campo. “Los profesionales sanitarios tenemos poca información en sueño. Es importante concienciar a la población de que el sueño es un pilar tan fundamental como la alimentación o el ejercicio para gozar de una buena salud. El mal dormir deja huella para toda la vida”, ha manifestado el Dr. Gonzalo Pin, pediatra y experto en trastornos del sueño en niños.

“La población infanto-juvenil necesitan dormir más horas porque se encuentran en una época de crecimiento físico, intelectual y emocional. Este déficit de sueño en esta población deja una importante huella en su salud cuando son adultos y en su desarrollo mental. El sueño cumple una función critica para el cuerpo, ya que restaura y elimina las toxinas de nuestro organismo y repara nuestros órganos. Uno de los riesgos asociados con esta población es el aumento de probabilidades de sufrir obesidad, presentando 2,23 veces más de riesgo de presentar sobrepeso u obesidad. La falta de sueño restaurador también favorece un desarrollo irregular de la capacidad emocional, del crecimiento e incluso del sistema cognitivo del niño, por lo que pueden presentar síntomas que asemejan al Déficit de Atención con Hiperactividad sin padecerlo”, ha explicado el Dr. Pin.

En concreto, un sueño inadecuado e insuficiente puede ocasionar otros problemas de salud como la hiperactividad, la impulsividad e incluso el bajo rendimiento académico, entre otros. También expone a los niños a tener un mayor riesgo de padecer enfermedades mentales, como ansiedad, depresión, o abuso de sustancia. El 35% de las enfermedades mentales se inician antes de los 14 años.

España es el país de Europa con mayor consumo de benzodiazepinas y líder mundial en el consumo de hipnóticos

Importancia en la detección y tratamiento precoz del insomnio

Es importante que los pacientes, ante cualquier síntoma de trastorno del sueño, acudamos al médico para consultar esta situación y que puedan realizarnos un diagnóstico precoz y etiológico sobre la historia del sueño que permita realizar un buen abordaje clínico y terapéutico de esta enfermedad. También debemos seguir unas pautas de higiene del sueño, de eliminación de consumo de sustancias tóxicas y adoptando hábitos y rutinas imprescindibles, tales como respetar los ritmos circadianos, no utilizar pantallas durante la noche, etc., para que éste sea verdaderamente restaurador y se pueda disfrutar de una buena calidad de vida y bienestar emocional. Es imprescindible no automedicarse, aunque sean productos sin receta médica”, expone Ana Jiménez. Presidenta de la Asociación Española de Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI).

En este sentido, seguir una serie de recomendaciones tanto en tratamientos farmacoterapéuticos para aquellos que lo precisen como de higiene del sueño es clave para mejorar la salud y el bienestar de las personas, debido a que un sueño adecuado y reparador permite restaurar el organismo, reducir el riesgo de aparición de enfermedades crónicas y neurodegenerativas y mantener el corazón sano. Además, favorece el rendimiento, la resistencia aeróbica y refuerza el sistema inmunológico.

Padecer insomnio crónico incrementa el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, como la hipertensión, o el riesgo de enfermedades coronarias

Por su parte, Dra. Carmen Bellido Cambrón, Coordinadora de Grupo de Trabajo, Económica y Empresa de la Alianza por el Sueño e Investigadora y Coordinadora del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales en el Hospital de Castellón, ha declarado que “la evidencia científica ha identificado que la falta de sueño reparador sostenido es un factor de riesgo para la mortalidad y debemos tomárnoslo en serio, formando y sensibilizando a la población en establecer medidas de hábitos saludables con el sueño”

Asimismo, ha puntualizado que “No revertir esta mala tendencia que afecta a la calidad de sueño, y mantenerla a lo largo del tiempo, hasta padecer insomnio crónico, incrementa el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, como la hipertensión o el riesgo de enfermedades coronarias, trastornos metabólicos o endocrinos, como la diabetes u obesidad, así como alteraciones inmunológicas, que pueden provocar procesos inflamatorios o neoplásicos. También afecta a la salud mental, en forma de ansiedad y depresión, a la memoria, a los procesos cognitivos y al envejecimiento”. 

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