Anuario iSanidad 2023
Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos
El año 2023 no ha sido un año cualquiera. En él se ha cerrado una legislatura marcada por la pandemia de Covid, que ha convulsionado al mundo entero, que nos ha hecho replantearnos a futuro los sistemas de salud y cuyas lecciones nos van a acompañar siempre. Pero también ha sido un año en el que a nivel mundial hemos traspasado el Ecuador de la Agenda 2030, enfilando contrarreloj la recta final para alcanzar a tiempo los grandes Objetivos de Desarrollo Sostenible que nos hemos fijado todos los países para resolver grandes problemas globales como la desigualdad, el cambio climático o el acceso a la sanidad.
Iniciamos ahora en 2024 ese segundo tiempo de la Agenda 2030 y una nueva legislatura en España que van a resultar cruciales para el futuro de la sanidad y para nuestra propia salud. Problemas como las incidencias en el suministro de medicamentos, el riesgo de nuevas pandemias, las resistencias a los antibióticos, la falta de profesionales sanitarios, la desigualdad en el acceso a la sanidad, la despoblación de las zonas rurales, la soledad no deseada, los crecientes problemas de salud mental o la cronicidad y el envejecimiento de la población son ya acuciantes. Exigen soluciones urgentes, pero con vocación de futuro, capaces de trascender el cortoplacismo de los ciclos electorales. Y en ese camino hacia la construcción de un sistema sanitario más resiliente capaz de afrontar estos retos, la farmacia puede aportar mucho, tanto en España como en la futura Unión Europea de la Salud.
La profesión farmacéutica está preparada y dispuesta a dar un paso adelante para ser parte de esa solución que precisan los sistemas sanitarios, ofreciendo más servicios asistenciales desde la farmacia comunitaria que den soporte sanitario y social a la población más vulnerable y, a la vez, refuercen el sistema sanitario y la exhausta atención primaria aprovechando la capilaridad de la red de farmacias para llegar donde el resto de las infraestructuras sanitarias y profesionales no alcanzan. La farmacia puede y quiere hacer más. Es un camino hacia una mayor integración en el sistema sanitario que ya ha comenzado y que está ofreciendo muy positivos resultados con servicios como los cribados de cáncer, los programas de adherencia terapéutica, las campañas de vacunación, los programas para la detección de violencia de género o soledad no deseada.
Potenciar la intervención del farmacéutico en la dispensación en situaciones excepcionales puede ayudar también a paliar problemas como la falta de suministro de algunos medicamentos
Aprovechar todo el potencial de la red de farmacias exige también su integración en las redes y estrategias de salud pública y acercar la innovación terapéutica al ciudadano a través de la dispensación colaborativa entre servicios de farmacia hospitalaria y comunitaria y revisar las actuales reservas singulares. Potenciar la intervención del farmacéutico en la dispensación en situaciones excepcionales puede ayudar también a paliar problemas como la falta de suministro de algunos medicamentos.
Confiar, en definitiva, en los conocimientos sobre el medicamento en los que es especialista la profesión farmacéutica y aprovechar el potencial de la infraestructura sanitaria más capilar de la que disponemos, la red de farmacias va a ser crucial en esta legislatura para poder llegar a trazar una solución a los problemas a los que se enfrenta la sanidad. Una farmacia más sostenible, más social, más asistencial e integrada en nuestras estructuras de vigilancia y salud pública nos permitirá construir un sistema sanitario más accesible, más equitativo y resiliente.
