G. M.
Entre un 20% y un 30% de pacientes con leucemia mieloide crónica no responde a dos líneas de tratamientos actuales, lo que incide en su esperanza y calidad de vida. La reciente aprobación en España de una nueva terapia, con un mecanismo de acción diferente, “marca un hito” en el tratamiento de este tipo de leucemia. El Dr. Valentín García, hematólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal y presidente del Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica, destaca que esta nueva opción terapéutica “eficaz y segura” puede permitir mejorar la calidad de vida y la supervivencia de estos pacientes.
Hace dos décadas la llegada de los inhibidores de tirosina quinasa (ITKs) cambió la situación de los pacientes de leucemia mieloide crónica. ¿Qué supone la llegada ahora de asciminib para los pacientes y para ustedes, los clínicos, que llevan el manejo de esta enfermedad?
Efectivamente, la llegada primero de imatinib, y posteriormente del resto de ITK cambió el pronóstico de una enfermedad con una esperanza de vida de únicamente 3-5 años a una enfermedad con una esperanza de vida similar a la de la población general. Sin embargo, aún encontramos una importante proporción de pacientes que no responden de forma adecuada a los tratamientos disponibles, ya sea por falta de eficacia o por intolerancia, lo que supone un gran reto para los clínicos.
“Encontramos una proporción de pacientes de leucemia mieloide crónica que no responden de forma adecuada a los tratamientos disponibles. La llegada de asciminib supone poder disponer de una opción terapéutica eficaz y segura para estos pacientes”
La llegada de asciminib supone poder disponer de una opción terapéutica eficaz y segura para estos pacientes. Esto no solo amplía nuestras opciones terapéuticas, sino que también nos sitúa en una posición más ventajosa para optimizar la calidad de vida y la supervivencia de estos pacientes.
¿Cómo es el nuevo mecanismo de acción de este fármaco y en qué se diferencia respecto a los tratamientos que ya había?
El nuevo mecanismo de acción de asciminib marca un hito significativo en el tratamiento de la leucemia mieloide crónica, diferenciándose notablemente de los tratamientos previamente disponibles. Aunque comparte la clasificación como inhibidor de tirosina quinasa con sus predecesores, su enfoque es completamente distinto. En lugar de interferir con la unión de ATP por ABL, como lo hacen los fármacos existentes, asciminib se distingue al unirse al bolsillo de unión del terminal de mirostoril.
Este enfoque específico induce un cambio en la conformación de BCR::ABL, llevándolo de una configuración activa a una inactiva. Este cambio es esencial para contrarrestar la proliferación incontrolada característica de la leucemia mieloide crónica. La principal ventaja de asciminib radica en su inhibición altamente selectiva de BCR::ABL, sin afectar otras quinasas. Esta selectividad es la clave de su perfil de seguridad excepcional, ya que evita la inhibición de otras quinasas responsables de muchos de los efectos adversos asociados con los fármacos “tradicionales”.
“El cambio de enfoque de asciminib es esencial para contrarrestar la proliferación incontrolada incontrolada característica de la leucemia mieloide crónica”
¿A qué porcentaje de pacientes puede beneficiar?
En la actualidad, asciminib ha obtenido la aprobación para el tratamiento de pacientes que no responden a al menos dos líneas de tratamiento, abarcando aproximadamente un 20-30% de la población afectada por la LMC. No obstante, es altamente probable que este porcentaje experimente un aumento significativo, ya que actualmente se están llevando a cabo estudios que evalúan la eficacia del fármaco en líneas de tratamiento más tempranas, incluso incluyendo la primera línea.
Este enfoque más temprano en el curso de la enfermedad sugiere que un porcentaje considerablemente mayor de pacientes podría beneficiarse de asciminib en etapas iniciales, brindando así una opción terapéutica innovadora a un número aún mayor de pacientes con leucemia mieloide crónica.
“Hoy en día se están probando distintas opciones terapéuticas con la finalidad de poder erradicar la célula madre tumoral causante de la enfermedad”
¿Hablamos de respuestas profundas y duraderas en los pacientes que han respondido al medicamento?
Hoy ya tenemos un largo periodo de seguimiento del ensayo de Fase 1. En el último congreso de la Sociedad Americana de Hematología se presentaron los datos de este ensayo clínico con ocho años de seguimiento. Esto es muy importante porque no es habitual que un ensayo fase 1 se siga durante tanto tiempo. En este estudio se ha visto que no solo los datos son consistentes en cuanto a la seguridad, sino que una gran mayoría de pacientes que alcanzan una respuesta óptima mantendrán la respuesta a lo largo del tiempo, siendo algunas de estas respuestas profundas.
¿Hacia dónde se dirige la investigación en leucemia mieloide crónica? ¿Podría desarrollarse una terapia génica que evite la formación del cromosoma filadelfia termine curando esta enfermedad?
La investigación se dirige a proporcionar fármacos, como asciminib, que sean eficaces, pero también que sean lo mejor tolerados posibles, dado que una amplia mayoría de pacientes tendrán que mantener el tratamiento de forma indefinida. Hoy en día se están probando distintas opciones terapéuticas con la finalidad de poder erradicar la célula madre tumoral causante de la enfermedad. Algunas de estas investigaciones incluyen la posibilidad de combinación de tratamientos con inmunoterapia, inhibidores de apoptosis o incluso terapia celular.