Anuario iSanidad 2023
Dr. Luis Carlos Blesa Baviera, presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP)
En los últimos años, y de manera más acentuada desde el comienzo de la pandemia del Covid-19, hemos sido testigos del alarmante deterioro de la salud mental en niños y adolescentes en España. Antes de la pandemia, ya se estimaba que aproximadamente el 10% de los niños y el 20% de los adolescentes padecían trastornos mentales, cuyas consecuencias pueden extenderse a lo largo de toda la vida. En la actualidad, los pediatras observamos un aumento preocupante en casos de ansiedad, síntomas depresivos, trastornos por déficit de atención e hiperactividad, trastornos de la conducta alimentaria, así como un creciente número de casos de autolesiones y conductas suicidas entre los adolescentes.
Este fenómeno multifacético no tiene una causa única. Sin embargo, hemos podido constatar como la interrupción de rutinas y las restricciones sociales durante la pandemia han llevado a un uso excesivo de tecnologías, alteraciones en los patrones de sueño, aislamiento social y limitación de la actividad física, entre otros efectos perjudiciales que persisten en la actualidad. La sociedad observa con inquietud estos cambios en los patrones de comportamiento de los jóvenes, y los pediatras comparten esa preocupación por el sufrimiento que generan estas situaciones en los menores y sus familias, así como por sus potenciales efectos a corto, medio y largo plazo en la salud infantil y juvenil.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) está comprometida a velar por la salud de la población infantil y adolescente en su lucha contra las enfermedades, pero también a promover su bienestar. Para abordar este desafío, la AEP creó hace unos años el Comité de Promoción de la Salud, que emite recomendaciones actualizadas para reducir el impacto de las “grandes epidemias” que afectan a la infancia, como la obesidad, el sedentarismo o los trastornos mentales.
Progresivamente, emerge la evidencia de que estas condiciones comparten factores comunes desencadenantes e interdependientes. La creciente prevalencia de la obesidad infantil en España, donde uno de cada tres niños presenta sobrepeso u obesidad, está vinculada, entre otros hechos que condicionan un contexto obesogénico, al uso inadecuado de las pantallas, identificado como un factor de riesgo importante debido a su relación con el sedentarismo y el aumento de la ingesta menos consciente de alimentos no saludables. Sin lugar a duda, el cambio más significativo en los hábitos de vida de los niños y adolescentes en los últimos años ha sido la disminución drástica de la actividad física, reemplazado por un exceso de tiempo sedentario, nuevamente asociado a las tecnologías y a factores socioculturales.
Solo el 36% de los niños y adolescentes en España cumplen con la recomendación de la OMS de no superar las dos horas diarias frente a las pantallas
Una encuesta realizada en Barcelona reveló que el 45% de los adolescentes pasa más tiempo navegando en sus móviles que interactuando con amigos, y un 41% descuida sus responsabilidades para conectarse con sus dispositivos. Considerando que solo el 36% de los niños y adolescentes en España cumplen con la recomendación de la OMS de no superar las dos horas diarias frente a las pantallas, queda claro que estamos enfrentando un problema de proporciones significativas.
Como respuesta a esta situación, la AEP lanzó en 2022 un proyecto formativo/divulgativo dirigido a familias y pediatras. Este proyecto se ha materializado en el Plan Digital Familiar, una herramienta diseñada para fomentar el uso saludable de la tecnología en las familias como estrategia preventiva contra los riesgos físicos, mentales y sociales asociados a su uso excesivo. El plan ofrece recomendaciones adaptadas a las necesidades de cada hogar y la edad de los menores, basadas en evidencia científica.
Uno de los objetivos clave del Plan Digital Familiar es proporcionar a los pediatras una herramienta práctica que puedan utilizar en la consulta para informar y apoyar a las familias en la prevención de riesgos asociados al empleo inadecuado de los dispositivos. El proyecto incluye un apartado específico para profesionales, detallando la importancia del plan y cómo implementarlo en la consulta.
Con esta iniciativa, la AEP busca posicionarse en la vanguardia del concepto de salud digital. Si las tecnologías son ya una parte intrínseca de nuestras vidas y la investigación sobre su uso inadecuado revela que los niños y adolescentes son especialmente vulnerables debido a su etapa de desarrollo, los pediatras tenemos la responsabilidad de afrontar este nuevo reto en la salud infanto-juvenil proporcionando información basada en evidencia frente a la información contradictoria.
Pero educar en lo digital y mitigar los riesgos asociados al uso inadecuado de la tecnología en los más jóvenes requiere, sobre todo, una reflexión profunda por parte de las familias sobre el papel que quieren que jueguen las pantallas en sus hogares. Ello incluye también predicar con el ejemplo, como espejo en el cual puedan mirarse sus descendientes. Y precisa, igualmente, un consenso entre instituciones no solo sanitarias, sino también educativas, para adoptar decisiones que protejan a los más vulnerables, así como propiciar alianzas que fomenten el uso positivo de la tecnología.
La Asociación Española de Pediatría colabora activamente con la Agencia Española de Protección de Datos y otras instituciones en esta tarea crucial. Esta alianza se ha materializado recientemente en la campaña de concienciación a la ciudadanía #CambiaElPlan, con la que se pretende promover la salud digital de los menores a través de la concienciación de sus padres y madres.
Es hora de reconocer la urgencia de abordar el impacto silencioso pero significativo de esta cuestión en la salud física, mental y social de nuestros jóvenes y trabajar juntos para construir un entorno digital que promueva su bienestar y desarrollo saludable.
