Victoria Guillén
El mutualismo administrativo está insuficientemente financiado y la presión del modelo esta aumentando debido al envejecimiento de la población, al aumento de las enfermedades crónicas y al incremento de costes. Una precaria situación que podría acabar con la sostenibilidad de un modelo que actualmente ahorra al Estado más de 890 millones de euros al año. Esta es una de las principales conclusiones del informe “El mutualismo administrativo: Modelo predictivo sobre la elección de los mutualistas y escenarios futuros” presentado por la Cátedra de Salud Sostenible y Responsable de la Universidad Complutense de Madrid en colaboración con la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE).
Como consecuencia de esta insuficiencia en la financiación, el informe de la UCM señala que los mutualistas están sufriendo una pérdida en la calidad de la prestación del servicio, a través de la disminución de su accesibilidad por la limitación por parte de las aseguradoras de los cuadros médicos, del incremento de los tiempos de espera y por el aumento de la complejidad y la burocracia de los procesos administrativos “La financiación insuficiente está generando una situación insostenible, afectando a la accesibilidad del mutualista a la atención sanitaria y provocando mayores tiempos de espera. En este contexto, las reclamaciones por los mutualistas se han incrementado un 26% en 2022 respecto a 2019”, indica.
Las reclamaciones por los mutualistas se han incrementado un 26% en 2022 respecto a 2019
En los 10 últimos años, el número total de mutualistas se ha reducido un 2,5%, debido a que, a pesar de que el número de titulares ha crecido un 9,4%, el número de beneficiarios asociados es menor. En este sentido, las mujeres representan un porcentaje mayor de los mutualistas, un 56,3%. Por edad, la media de los mutualistas se sitúa en los 57,8 años, registrando asimismo un 38,8% de personas jubiladas. La mayor parte de los mutualistas titulares de Muface, el 75% pertenecen al grupo A.
En este sentido, el informe de la UMC destaca que, en un plazo de tiempo no superior a dos años, se debería llegar a equiparar la prima por mutualista al gasto sanitario real por ciudadano para garantizar su sostenibilidad. Así, dentro de esta equiparación de las primas con el gasto sanitario público, se debería aumentar el número de os tramos actuales de edad de aplicación de las primas, con el objetivo de ajustarlas de forma más precisa a la frecuentación. De esta forma se conseguiría equilibrar la siniestralidad.
Además, el documento subraya que en el caso de que no se consiguiera el objetivo de financiación “debería plantearse una posible fórmula de financiación adicional a través de la aportación para determinadas prestaciones por parte de los metalistas”.
Por otro lado, el informe manifiesta la necesidad de mejorar la eficiencia y la gestión de los recursos para garantizar la sostenibilidad del mutualismo administrativo. En este sentido, destaca que “la eficiencia en la gestión financiera es esencial para equilibrar costos, ofrecer tarifas competitivas y mantener la rentabilidad; así como la optimización de procesos, la gestión de la cadena de suministros, la innovación en la atención médica, la formación y retención de los profesionales de la salud, la colaboración interinstitucional y la transparencia y comunicación, entre otros”.
En los 10 últimos años, el número total de mutualistas se ha reducido un 2,5%, debido a que el número de beneficiarios asociados es menor
El informe de la UCM también propone un cambio en el modelo en la atención primaria. Es decir, asignación por libre elección del mutualista de un médico de cabecera y su equipo de cuidados en domicilio, sobre todo para el modelo de la atención domiciliaria. “Este cambio de modelo permitiría gestionar la integración de las opiniones de los diversos médicos especialistas que atienden al mutualista, con el conocimiento de la realidad de cada enfermo, cuyo gestor sería precisamente el médico y el enfermero que ha elegido el propio mutualista”, apunta.
Otras aspectos que el documento aborda para paliar con la precaria situación del modelo son el uso racional de los servicios de salud por parte de los mutualistas, el uso de la inteligencia artificial para la segmentación de clientes, la oferta de soluciones flexibles y adaptadas al mutualista y la investigación y análisis de nuevos modelos de colaboración entre los agentes participantes en el mutualismo administrativo.
En definitiva, el documento concluye que la sostenibilidad del mutualismo requiere una combinación de financiación adecuada, eficiencia en la gestión, enfoque en la prevención, adopción de innovaciones en la atención médica y la colaboración estratégica de todos los agentes de la cadena de valor. “Solo el abordaje de estos desafíos de manera integral puede contribuir a garantizar la calidad y accesibilidad de la atención médica a largo plazo y la sostenibilidad del modelo”, incide.
