El presidente de SEOM pide incorporar a clínicos en la negociación de precio-reembolso para “dimensionar la prioridad de cada innovación”

El Dr. César Rodríguez señala durante un directo en Instagram con iSanidad cierta "sensación" de mayor "agilidad" en los últimos procesos de incorporación de nuevas terapias al SNS

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Gema Maldonado
El retraso en la incorporación a la prestación farmacéutica de las terapias innovadoras en oncología es uno de los caballos de batalla de los especialistas que tratan el cáncer, que en más de una ocasión han pedido formar parte del proceso de toma de decisiones sobre qué fármaco se financia. El Dr. César Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) se muestra convencido de que los clínicos tienen que formar parte de todo el proceso de negociación y aprobación de los medicamentos en España para dar preferencia a unas terapias sobre otras, en función de su necesidad. 

“Hay que valorar de una forma muy rigurosa cuál es el mayor problema en la negociación de precio-reembolso y esto solo se puede hacer incorporando a los expertos clínicos en todos los procedimientos”

“Hay que valorar de una forma muy rigurosa cuál es el mayor problema en la negociación de precios y esto solo se puede hacer incorporando a los expertos clínicos en todos los procedimientos, desde la evaluación de los informes clínicos hasta la negociación, porque los clínicos van a dimensionar la prioridad que tiene una determinada innovación; no todas aportan el mismo valor, ni todas van a un nicho terapéutico que no tiene alternativa”, ha explicado durante un directo en la red social Instagram con iSanidad.

Esta participación actualmente no se está dando, si bien, el presidente de SEOM reconoce que la incorporación de expertos de las sociedades científicas “es creciente” y la relación con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios “está siendo más fluida que nunca”. Se muestra tímidamente optimista con la tendencia actual en el Ministerio de Sanidad. “Hay una sensación de que las aprobaciones terapéuticas con carácter prioritario están llegando con un poco más de agilidad de la que estábamos acostumbrados”, afirma, “lo veremos cuando vayamos teniendo cifras”.

El Dr. Rodríguez señala el papel de los clínicos priorizando innovaciones en la negociación, ya que “no todas aportan el mismo valor, ni todas van a un nicho terapéutico que no tiene alternativa”

El también jefe de sección del Servicio de Oncología del Hospital Clínico de Salamanca considera que parte de los cuellos de botella que generan los retrasos se resolvería dando “transparencia a todos estos procesos” y cree que hay que evitar los retrasos derivados de procedimientos adicionales en las comunidades autónomas. “No tienen sentido”, señala, “cuando un fármaco tiene aprobación de Europa y precio-reembolso en España, no puede ser que haya procesos autonómicos que vuelvan a filtrar una decisión que ya afecta al total del Sistema Nacional de Salud”, afirma.

Recetar ejercicio físico al paciente oncológico

Pese a que existen cada vez más evidencias sobre el beneficio objetivo del ejercicio físico en pacientes con cáncer y pacientes ya tratados y curados, aún en las consultas de oncología no se pauta de manera habitual y como una forma de tratamiento más su realización. Se nos olvida a veces recetar hábitos de vida saludable en los informes que damos después del tratamiento a pacientes que ya están en seguimiento”, señala el Dr. Rodríguez, “tenemos que acostumbrarnos a hacerlo porque ya no son recomendaciones que influyan en calidad de vida, sino en pronóstico”, añade.

La literatura científica ya recoge suficiente evidencia sobre el valor del ejercicio físico tanto en la prevención del cáncer, como en el proceso de tratamiento y en la etapa posterior. El ejercicio regular y “con criterios adecuados” pueden reducir la incidencia de tumores como el de mama, vejiga, esófago, gástrico o colorrectal, hasta un 30% en población sana.

“Tenemos que acostumbrarnos a recetar hábitos de vida saludable porque ya no son recomendaciones que influyan en calidad de vida, sino en pronóstico”

En pacientes ya diagnosticados y en tratamiento, el ejercicio va más allá de mejorar el bienestar físico y emocional. “Ya hay datos que muestran que, en mujeres con cáncer de mama, el ejercicio físico puede aumentar la tasa de respuesta a terapias porque hay mecanismos relacionados con factores de proliferación con metabolismos que tienen que ver con los tumores y que se ven influidos por el ejercicio físico”, apunta el oncólogo.

En personas que ya han pasado el tratamiento y están en seguimiento, el ejercicio físico bien estructurado ha demostrado que puede reducir el riesgo de recaídas. Un efecto que “está muy estudiado en cáncer de mama”, explica el Dr. Rodríguez, “sabemos que una estrategia encaminada a ejercicio físico, prevención de la obesidad, dieta equilibrada y reducción del consumo de alcohol tiene un efecto comparable al de muchos tratamientos adyuvantes farmacológicos.

En casos de cáncer de mama “una estrategia de ejercicio físico, dieta equilibrada, prevención de obesidad y reducción del consumo de alcohol tiene un efecto comparable al de tratamientos adyuvantes farmacológicos”

El presidente de SEOM apuesta por replicar el modelo de cardiología, especialidad donde los programas de rehabilitación cardiaca están asentados y se pauta de manera habitual el ejercicio físico adaptado a los pacientes que pasan por una intervención quirúrgica o que han sufrido un infarto. De forma muy incipiente empiezan a pautarse programas de ejercicio físico oncológico y es un objetivo que se implanten, bien dentro de los centros hospitalarios o bien a nivel comunitario, pero con unos criterios y una formación adecuados por parte de los profesionales que los impartan, porque no vale cualquier ejercicio para estos pacientes”, advierte.

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