Anuario iSanidad 2023
El Dr. Jorge Alonso, facultativo especialista del área de patología y responsable de la Unidad de Inmunomediadas del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, destaca que “los inhibidores de JAKs en la DA han supuesto un salto de percepción en el manejo de la enfermedad para el paciente, aportan rapidez de acción en el paciente respondedor”. Además, habla sobre la incidencia de la dermatitis atópica, las comorbilidades asociadas, los objetivos terapéuticos, la importancia del tratamiento precoz y los retos a nivel asistencial y terapéuticos. Actualmente, la dermatitis atópica es una enfermedad incurable, pero que se puede tratar.
¿Qué incidencia tiene la dermatitis atópica en España y cuál es su gravedad?
Se estima que la incidencia es del 10% en la población, pero la dermatitis varía mucho en función del perfil de gravedad. Tenemos pacientes que sufren la enfermedad de forma leve y que pueden controlar la sintomatología con tratamiento tópico, pero hay un porcentaje de pacientes que la sufren de una forma moderada o grave que requieren tratamiento sistémico. Dentro de los tratamientos sistémicos, la aparición de los inhibidores de la vía JAK-STAT ha significado un cambio en el manejo de la dermatitis atópica, ya que actúan de manera rápida y profunda, de forma selectiva y con efecto reversible.
¿A qué objetivos terapéuticos se aspira en su abordaje?
Los objetivos terapéuticos en la dermatitis atópica tienen que ir focalizados a mejorar todo lo que podamos la calidad de vida del paciente. Muchas veces por la tradición de los ensayos clínicos buscamos valoraciones objetivas de respuesta, como puede ser el EASI 75 o el EASI 90. En la práctica clínica diaria nos interesa especialmente conocer las esferas que afectan al paciente como cuánta reducción tiene del prurito, cómo puede descansar y dormir y ahí es donde focalizamos la respuesta.
“Los objetivos terapéuticos en la dermatitis atópica tienen que ir focalizados a mejorar todo lo que podamos la calidad de vida del paciente”
¿Qué ventajas ofrece realizar un diagnóstico y tratamiento precoz de esta enfermedad?
Todas las enfermedades inmunomediadas producen una cicatriz vital o emocional. Por ejemplo, la dermatitis atópica puede afectar en decisiones vitales de la vida del paciente, como plantearse qué estudiar o trabajar y a no tener una relación debido a estar con un brote. Esto genera una cicatriz emocional y perdurable en el tiempo. Por tanto, es muy relevante iniciar el tratamiento precoz en aquellos pacientes que lo requieran para que la dermatitis atópica esté controlada, no tenga impacto en su vida y no tengan pérdida de oportunidades. La dermatitis atópica es una enfermedad que afecta de forma heterogénea a los pacientes.
¿Qué importancia tiene que los profesionales sanitarios puedan disponer de todo el arsenal terapéutico para optimizar el abordaje?
Poder disponer de todo el arsenal terapéutico es muy relevante porque es una enfermedad que ha estado huérfana. Hasta hace muy poco, solo disponíamos de un fármaco inmunosupresor con indicación para la dermatitis atópica. Por lo que hemos tenido que recurrir a otros sistémicos clásicos para intentar dar una oportunidad a los pacientes, pero no hemos tenido numerosas alternativas. Además, este fármaco no estaba indicado para el paciente adolescente menor de 16 años ni en los niños, donde lamentablemente no teníamos ninguna opción terapéutica con indicación. Esto ahora mismo supone una ventana de oportunidad muy relevante para los pacientes y para el clínico un cambio de paradigma.
“Disponer todo el arsenal terapéutico supone una ventana de oportunidad muy relevante para los pacientes y para el clínico un cambio de paradigma”
¿En qué consiste la vía JAK STAT y qué implicación tiene en la dermatitis atópica?
La vía JAK STAT sirve para tratar múltiples patologías desde la artritis reumatoide o colitis ulcerosa a la dermatitis atópica. Es un tratamiento cuya acción es intracelular y realmente no genera anticuerpos neutralizantes. Además, es de acción rápida y el paciente percibe su eficacia de forma precoz. Si hay periodo de suspensión, la reentrada del medicamento podría no implicar una pérdida de respuesta.
¿Qué ha significado la llegada de los inhibidores del JAK para el tratamiento de la dermatitis atópica? ¿Existe equidad en el acceso a estas terapias?
Los inhibidores del JAK en la dermatitis atópica han supuesto un cambio en la percepción en el manejo de la enfermedad para el paciente y aportan rapidez de acción en el paciente respondedor. En muchos casos, prácticamente desde el primer día de tratamiento los pacientes perciben una mejoría. Afortunadamente trabajamos en un sistema público que dentro de su fortaleza está la disponibilidad de un arsenal terapéutico y poder importar la innovación terapéutica. En ese sentido, si veo que hay equidad. Puede haber dificultad en el acceso a la atención especializada o a la atención que tenga capacidad, pero una vez el paciente llega tiene disponibilidad de toda la innovación terapéutica. Debemos mejorar los circuitos para que los pacientes lleguen lo antes posible a los lugares donde hay capacidad de poder administrar los tratamientos adecuados.
¿Qué valor aporta este nuevo mecanismo de acción frente a los existentes ahora? ¿En qué perfil de pacientes ofrece mayor beneficio?
Este mecanismo de acción aporta sobre todo la rapidez, una administración que puede ser más cómoda en función del paciente al ser un fármaco oral, y la versatilidad para tratar diferentes patologías. En cuanto al perfil, ofrece un mayor beneficio en pacientes en los que el prurito forma una parte importante de su percepción de la enfermedad, en pacientes que desean tratamiento oral y en los que es relevante la rapidez de acción.
“Es un tratamiento cuya acción es intracelular y realmente no genera anticuerpos neutralizantes. Además, es de acción rápida y el paciente percibe su eficacia de forma precoz”
¿Cuáles son los retos a nivel asistencial y terapéutico en el abordaje de la dermatitis atópica?
El reto fundamental es establecer los flujos. La dermatitis atópica es una enfermedad que muchas veces en su historia natural cursa en brotes intermitentes y en múltiples ocasiones se requiere asistencia de urgencia. A veces estos pacientes están infradiagnosticados y es importante poder valorarlos en unidades específicas para descartar comorbilidades y plantear tratamientos que aborden al paciente de forma integral para controlar su enfermedad de forma óptima.
