La estimulación medular, una alternativa analgésica en dolores neuropáticos refractarios

Esta técnica mínimamente invasiva presenta escasas complicaciones postquirúrgicas

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Victoria Guillén
La estimulación medular consiste en el implante de un electrodo en el espacio epidural que, conectado a un generador de impulsos, genera un campo eléctrico que estimula los cordones posteriores cerrando la puerta de entrada al dolor. “Se trata del último escalón terapéutico en el tratamiento intervencionista del dolor crónico y una de las técnicas más utilizadas dentro en la Unidad del Dolor, siendo su principal indicación el dolor neuropático refractario posterior a cirugía lumbar”, ha destacado la Dra. Cristina Abad Salom, médico especialista de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, en Doryos, una plataforma de conocimiento médico hecha por y para médicos.

La estimulación medular es el último escalón en el tratamiento intervencionista del dolor crónico refractario

Por su parte, el Dr. Alejandro Zamora García, médico especialista en la Unidad del Dolor de dicho centro sanitario, ha incidido en que “la estimulación medular es una técnica intervencionista avanzada con muy buenos resultados en patologías con mala respuesta a tratamientos intervencionistas como el dolor tras cirugía lumbar, el síndrome del dolor regional complejo, dolores neuropáticos de toda clase y dolor vascular tanto por enfermedad arterial periférica como en la angina pectoris”.

Así, esta cirugía mínimamente invasiva presenta escasas complicaciones postquirúrgicas, favoreciendo una recuperación de los pacientes más rápida y menores estancias hospitalarias. “A través de la estimulación buscamos proporcionar períodos prolongados de alivio con el objetivo de recuperar la funcionalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, ha señalado la Dra. Abad Salom.

Esta cirugía mínimamente invasiva mejora la funcionalidad y la calidad de vida de los pacientes con dolor crónico

Pese a llevar utilizándose décadas, todavía es un campo con mucha innovación tanto en los dispositivos como en las modalidades de programación. Por ello, ambos expertos destacan que esta técnica debe realizarse, como todo implante, en el quirófano y bajo medidas estrictas de asepsia. De hecho, antes de la intervención, el paciente deberá someterse a una evaluación psicológica, dónde se descarten algunos trastornos en el estado de ánimo o de la personalidad que puedan contraindicar esta técnica.

“El entendimiento del paciente respecto al dispositivo, técnicas o las expectativas de mejora parecen tener un impacto positivo cuando evalúan los resultados de la estimulación medular. Por ello, es fundamental que el paciente se someta a un estudio preoperatorio completo, asegurándonos de que es capaz de manejar el dispositivo”, ha añadido el Dr. Zamora García.

Finalmente, han destacado que en la última década se ha introducido el implante de electrodos para estimular directamente el ganglio de la raíz dorsal (en inglés dorsal root ganglion o DRG). “Este target ha demostrado superioridad en patologías en las que hay un nivel radicular afectado y en el síndrome del dolor regional complejo. Además, ofrece ventajas en cuanto al ahorro energético puesto que el consumo de electricidad para estimular el DRG es menor que la estimulación de cordones posteriores”, han concluido.

Doryos
Doryos es una plataforma de conocimiento médico hecha por y para médicos. De todas las especialidades, desde un estudiante a un médico senior con diferentes formatos audiovisuales, ágiles y atractivos. Liderado por médicos, impulsado por instituciones del sector sanitario y con un comité editorial que vela por la calidad de los contenidos.

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