Anuario iSanidad 2023
Dr. Juan Antonio Vargas Núñez, jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda
La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) define la medicina interna como “una especialidad médica troncal de ejercicio fundamentalmente hospitalario, que ofrece a los pacientes adultos una atención integral a sus problemas de salud. Utiliza un abordaje médico en la prevención, diagnóstico, indicación terapéutica y seguimiento de las enfermedades del adulto, incluyendo también su rehabilitación y paliación. Los internistas aportan su polivalencia en hospitalización de agudos y en las urgencias, son el eje vertebrador en el hospital, ejercen funciones de consultoría en atención primaria y ofrecen aspectos innovadores en las áreas alternativas a la hospitalización convencional y en el ámbito sociosanitario”, “los internistas se caracterizan por una gran capacidad de adaptación a los cambios de su entorno, tienen un papel avanzado en la formación de otros profesionales sanitarios y están preparados para el ejercicio de la investigación clínica”, “el campo de acción del internista se deriva de sus principales valores y capacidades, en especial de su visión integradora y su polivalencia, centrándose por ello en la atención al enfermo pluripatológico, al enfermo con diagnóstico difícil, así como a la atención a todas las enfermedades prevalentes del adulto en al ámbito hospitalario”.
La Medicina Interna es una especialidad médica nuclear cuya misión asistencial es la atención médica integral de los pacientes adultos y adolescentes con enfermedades agudas o crónicas y enfermedades sin diagnóstico definido
Por tanto, la Medicina Interna es una especialidad médica nuclear cuya misión asistencial es la atención médica integral de los pacientes adultos y adolescentes con enfermedades agudas o crónicas y enfermedades sin diagnóstico definido. Los internistas se forman bajo el principio de que ninguna enfermedad o problema clínico del adulto es ajeno a su incumbencia y responsabilidad. Esta actitud ha favorecido su participación en la mayoría de los retos asistenciales a los que ha tenido que hacer frente nuestro sistema sanitario, como ha sido el Covid-19 en estos últimos tres años, donde ha atendido al 80% de los pacientes hospitalizados no críticos.
Desde la Medicina Interna se viene reclamando la necesidad de recuperar la visión global del enfermo, asumiendo al paciente como una única biografía con episodios de necesidades abordables en diferentes niveles (primaria, especializada, hospitales, unidades de día o centros sociosanitarios) con criterios de integración. La continuidad asistencial supone armonizar la alta especificidad con la polivalencia mediante un adecuado flujo de pacientes, permitiendo que cada enfermo sea tratado en el nivel asistencial adecuado. Los procesos asistenciales integrados, que definen las actividades y la calidad exigida de las actuaciones en cada nivel asistencial, son una herramienta útil para la atención continuada.
Desde medicina interna reclamamos recuperar la visión global del enfermo, asumiendo al paciente como una única biografía con episodios de necesidades abordables en diferentes niveles con criterios de integración
El envejecimiento poblacional conlleva una mayor prevalencia de pacientes mayores frágiles, pluripatológicos y crónicos complejos persistentemente sintomáticos. Algunos estudios señalan que el 2,5% de los pacientes ingresados en los servicios de Medicina Interna protagonizan el 10% de los ingresos y generan un promedio anual de 3,5 asistencias a consultas externas y 4,5 visitas a urgencias. Así mismo, se ha comunicado que sólo el 15% de los pacientes ingresados tienen patologías únicas órgano-dependiente y que entre el 72% y el 96% de los pacientes mayores presentan trastornos crónicos siendo el número medio de enfermedades crónicas declaradas por ellos entre 1,2 y 4,2.
En documentos publicados por la SEMI, se han indicado las posibles tendencias que influirán de forma determinante en la práctica de la Medicina Interna de los próximos años. El hospital deberá experimentar un profundo cambio para insertarse dentro de una red integral de servicios sanitarios y sociosanitarios. Por otro lado, el desarrollo de un nuevo liderazgo médico, dentro de equipos multidisciplinares que presten una asistencia centrada en el paciente. Los internistas deberán jugar un papel muy importante para coordinar el cuidado de los pacientes que, en muchas ocasiones, son tratados por médicos de diferentes especialidades. Se producirán importantes cambios tecnológicos, cuya curva de incorporación dependerá de la flexibilidad, el desarrollo de equipos multidisciplinares, la formulación y diseño de carreras profesionales y el desarrollo de perfiles de puestos de trabajo que reflejen esos cambios.
Los internistas deberán jugar un papel muy importante para coordinar el cuidado de los pacientes que, en muchas ocasiones, son tratados por médicos de diferentes especialidades
Las tecnologías de la información (TICs) tenderán a modificar el funcionamiento del sistema sanitario y las relaciones entre los pacientes y los profesionales. El control sobre el gasto sanitario y la rendición de cuentas sobre la eficacia de los recursos destinados a sanidad tenderán a aumentar. Y, por último, las expectativas más exigentes de los ciudadanos, que pasarán de ser “consumidores” de asistencia sanitaria a “gestores” de su salud. En palabras de Miguel Vilardell, ex presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna, la Medicina Interna es “integradora, ha sido, es y será un elemento de cohesión, dará una visión global de todo el proceso asistencial y, sobre todo, racionalizará la asistencia y mejorará su calidad”.