Anuario iSanidad 2023
Fernando Domínguez Cunchillos, consejero de Salud del Gobierno de Navarra
Tras años convulsos debido a la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, los sistemas sanitarios de todo el estado afrontamos ahora una legislatura crucial, una legislatura en la que es el momento, necesario y vital, de afrontar los cambios que durante años se han postergado y apostar por otras áreas determinantes para mantener una sanidad pública sólida y sostenible.
Uno de los principales cambios a realizar en el corto plazo afecta de forma directa a la atención primaria; ámbito que tiene la oportunidad de recuperarse y hacerlo con un papel primordial en una nueva realidad sanitaria y social, con un rol esencial en la comunidad y en sus determinantes sociales y con unas características y funciones propias, que merecen un presupuesto acorde, perfiles acordes y, por encima de todo, el prestigio que le corresponde ya que en los últimos años, por múltiples factores, se ha perdido.
Tenemos por delante unos años con déficit de profesionales médicos en algunas especialidades que comienza a ser ya un problema estructural
Quizás en Navarra sea uno de los retos más grandes que afrontamos en los próximos años, el que sin duda más tiempo y consenso va a precisar pero, lo más importante, el que la ciudadanía más va a notar en su relación con la sanidad pública y la atención que recibe y demanda. A pesar de ello nuestro fin es claro: lograr reconvertir a la primaria en el ámbito en el que los pacientes son asistidos en todas las etapas de su vida por profesionales preparados y motivados para ello que cuentan con los recursos necesarios para llevarlo a cabo en las mejores condiciones y con la máxima calidad. Un objetivo muy ambicioso pero a la vez necesario en el que ya estamos trabajando y que pronto esperamos poder implementar de manera progresiva. En el ámbito hospitalario los retos no son menores.
Tenemos por delante unos años con déficit de profesionales médicos en algunas especialidades que comienza a ser ya un problema estructural; la tecnología avanza a una velocidad increíble, con sus aspectos positivos y negativos; las listas de espera arrastran cifras que ya no se pueden mantener más tiempo; y la hiperespecialización de los profesionales están ampliando la cartera de servicios muy por encima de lo que la infraestructura o la propia plantilla está dimensionada. Entre otras cuestiones de relevancia. Situaciones que se afrontan, y así se seguirá haciendo, de la mano de los profesionales de todos los estamentos, que son parte del diseño de las medidas o políticas que solucionen estos problemas, en algunos casos, y aprovechen las oportunidades, en otros.
Uno de los principales cambios a realizar en el corto plazo afecta de forma directa a la atención primaria
También es momento de poner el foco, por fin con la misma intensidad que los ámbitos asistenciales, en los planes y estrategias de salud pública donde la prevención y promoción de la salud tienen un papel esencial para el mantenimiento de un sistema sanitario útil, sostenible y eficiente. El envejecimiento de la población, la cada vez mayor esperanza de vida y el aumento del número de pacientes crónicos, impulsan a trabajar para prevenir las enfermedades, no solo con un buen sistema de salud, sino construyendo un entorno social, económico y ambiental que favorezcan la calidad de vida de las personas. Y en esta tarea tan intangible como esencial para el futuro de la sociedad es responsable, por supuesto, la administración. Pero también es responsable cada persona sobre sí misma y sobre su entorno (autocuidados y cuidados integrales). Para ello necesita la información y las herramientas que le permitan construir dicho entorno, tarea que recae sobre las áreas de salud pública de las comunidades autónomas donde tienen un largo camino por recorrer.
Los tiempos están cambiando, la sociedad ha cambiado, las prioridades de los profesionales y de los pacientes han cambiado, las herramientas disponibles también están en pleno cambio y el nivel de exigencia hacia el sistema por parte de los usuarios también ha cambiado. Por tanto, solo cabe que el sistema también cambie y se adapte a esta nueva realidad. Tarea compleja la que tenemos por delante, pero al mismo tiempo un reto que sienta las bases de un futuro próximo con un sistema sanitario público sólido y sostenible.