Dr. VanderWeele, el epidemiólogo del “florecimiento”: “Deberíamos pensar en otras formas de educar a nuestros jóvenes médicos, prestar atención al optimismo”

El profesor de epidemiología y director del programa Human Flourishing Program en la Universidad de Harvard, ha ofrecido una conferencia en la sede del Colegio de Médicos de Madrid

Tyler J. VanderWeele
Profesor Tyler J. VanderWeele. Foto: Carlos de Rojas

Redacción
“El bienestar psicológico afecta a la salud física. Es importante reflexionar sobre la incorporación del bienestar en el tratamiento de los pacientes”
, afirmó Tyler J. VanderWeele, profesor de epidemiología y director del programa Human Flourishing Program en la Universidad de Harvard, en Massachusetts (EEUU), en su conferencia organizada por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (Icomem).

Durante la ponencia, titulada ¿Y si la salud es algo más?, el experto expuso el propio concepto de florecimiento y por qué es pertinente para la medicina y más concretamente para la psiquiatría y la psicología. “Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, no solo la falta de una enfermedad. En Harvard, definimos como florecimiento vivir en un estado en que todos los aspectos de la vida sean buenos. Es lo que buscamos como personas, a lo que deberíamos de aspirar como sociedad”, explicó VanderWeele.

“El bienestar psicológico afecta a la salud física. Es importante reflexionar sobre la incorporación del bienestar en el tratamiento de los pacientes”

Describió los rasgos o dominios de la persona que conducen al florecimiento: satisfacción vital, salud mental y física, sentido y propósito en la vida, carácter y virtud, estado financiero y calidad de las relaciones personales. “Fomentar el florecimiento ayuda a prevenir la enfermedad mental”, sostuvo en su intervención.

El profesor aportó los resultados de su investigación, con alcance internacional, antes de la pandemia (enero de 2020); seis meses después, en plena pandemia; y en enero de 2022. Basándose en la encuesta de la OMS para la salud mental, consultaron a los participantes sobre esos cinco rasgos. Por ejemplo, ¿Hasta qué punto se siente feliz o infeliz? ¿Comprende su propósito de vida? ¿Está satisfecho con sus relaciones personales? ¿Son tan satisfactorias como quisiera? Añadieron cuestiones relativas a la estabilidad financiera: ¿Con qué frecuencia se preocupa por llegar a fin de mes?

El profesor VanderWeele cree que “fomentar el florecimiento ayuda a prevenir la enfermedad mental”

“Las puntuaciones fueron a menos en general durante la pandemia. Pero algunos aspectos, como el propósito apenas variaron. La soledad subió un poco, pero no tanto como nos habíamos imaginado”. Para enero del 22, se registró una vuelta a los valores previos, “salvo en una pauta: la edad. En muchos países del mundo el estado de bienestar de los jóvenes se desplomó. En España, la franja entre los 18 y 24 años es la que muestra peores indicadores”, aseveró VanderWeele.

Tecnología y salud en los jóvenes

“Hay evidencias de que ciertos aspectos de la salud mental contribuyen al bienestar físico. La satisfacción vital reduce la mortalidad”, indicó el experto, para quien “algunos de los principales desafíos en cuanto a salud mental y física están en relación con la tecnología, sobre todo en los jóvenes“.

Foto: Icomem

VanderWeele abogó por “animarlos a que asuman responsabilidades y pasen menos tiempo conectados” y agregó: “Los colegios deberían de hacer que los niños entreguen el móvil en la entrada, esto sería bueno desde el punto de vista pedagógico pero también de la salud”.

En muchos países del mundo el estado de bienestar de los jóvenes se desplomó tras la pandemia. En España, la franja entre los 18 y 24 años es la que muestra peores indicadores”

Sobre este aspecto, la Dra. Luisa González, vicepresidenta del Icomem y presidenta de la Fundación Icomem mostró su preocupación sobre los riesgos que afrontan niños y adolescentes en internet y las redes sociales que pueden afectar a su socialización y potenciar posibles problemas de salud mental. Por otra parte, destacó la estrecha relación que guarda el incorporar el florecimiento humano en la práctica clínica con la defensa de la medicina del cuidado.

Salud de la persona y salud del cuerpo

Ante un auditorio repleto de médicos y estudiantes de algunas de las carreras sanitarias, VanderWeele abordó la pertinencia del florecimiento para la medicina, la psicología y la psiquiatría. Hizo hincapié que la importancia de “diferenciar entre la salud de la persona, el florecer, según la definición de la OMS, y luego la salud del cuerpo”.

“Deberíamos pensar en otras formas de educar a nuestros jóvenes médicos, prestar atención a otras realidades que son importantes dentro de la medicina, como el optimismo. Obviar estos aspectos nos lleva a centrarnos en una salud del cuerpo. Es importante porque el bienestar psicológico afecta a la salud física”, señaló el profesor.

VanderWeele abordó la pertinencia del florecimiento para la medicina, la psicología y la psiquiatría. “Obviar estos aspectos nos lleva a centrarnos en una salud del cuerpo. Es importante porque el bienestar psicológico afecta a la salud física”

Atención personalizada al paciente

Defendió la necesidad de incorporar el bienestar en el tratamiento de los pacientes: “Hay decisiones acerca de tratamientos en las que ayudaría pensar en el florecimiento, en tanto que permite valorar aspectos como la calidad de vida del paciente”. Además, destacó el papel que esta atención más personalizada a los pacientes tiene para la protección de la propia salud mental de los médicos, habitualmente afectados por desgaste profesional.

Tras la ponencia, se celebró un coloquio entre VanderWeele, Vicente Soriano, médico especialista en enfermedades infecciosas y vicedecano de investigación de UNIR, y Luisa González, presidenta de la Fundación Icomem y anestesista en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid.

Para Soriano, la ambición de la propuesta del florecimiento es “intentar cuantificar la felicidad y dimensionar el papel del médico. No tratamos enfermedades, sino personas” y puso el énfasis en la urgencia de “rescatar este sentido de felicidad para nuestros jóvenes. En UNIR hemos priorizado este objetivo y estamos poniendo esfuerzos en llegar a los jóvenes, a través de iniciativas de atención desde la propia escuela”. “La gran noticia que nos traen los estudios de Tyler es que nos llevan a cuestionar que la salud es más que el bienestar físico y mental”, aseguró, por su parte, Luisa González.

VanderWeele defendió la necesidad de incorporar el bienestar en el tratamiento de los pacientes: “Hay decisiones acerca de tratamientos en las que ayudaría pensar en el florecimiento”

Como despedida de la sesión, Octavio Corral, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de UNIR, aludió a la “difícil relación entre tecnología y juventud. UNIR cree en la investigación aplicada, en la investigación para resolver problemas reales, y por ello que ha querido acompañar esta línea investigadora del profesor VanderWeele, en la que ciencia y humanidades se unen para explorar el bienestar físico y mental a través del florecimiento humano”.

Tyler J. VanderWeele recibió uno de los Reconocimientos a la Excelencia en el Bienestar Emocional 2024, otorgados por UNIR, en una ceremonia celebrada previamente a la conferencia. El galardón destacó su labor en la investigación y promoción del bienestar emocional, que integra el conocimiento de las ciencias sociales cuantitativas con el de las humanidades.

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