La mitad de personas con migraña crónica podrían desarrollar depresión: “Hay que tratar ambas patologías para reducir su impacto”

Atender a las repercusiones físicas y emocionales es uno de los retos que deben afrontar los profesionales sanitarios que tratan estas patologías, según explicaron el psiquiatra Fernando Mora y la neuróloga Nuria González durante la Mesa de Expertos sobre migraña, organizada por iSanidad y Teva

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Cristina Cebrián
Jennifer Casado (Fotografías)
La migraña no es solo un dolor de cabeza, conlleva muchos otros síntomas que resultan igual de discapacitantes, como náuseas y vómitos, sensibilidad a la luz y al ruido o dificultad para mantener la concentración, entre otros. Además, la prevalencia actual de la migraña en España se sitúa entre el 14% y el 15% de la población, “una cifra altísima” según la Dra. Nuria González, especialista en el Servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y experta en cefaleas, que participó en la Mesa de Expertos sobre migraña, organizada por iSanidad y Teva. Esta patología neurológica afecta sobre todo a mujeres jóvenes y en edad fértil. De hecho, “alcanza hasta una de cada cuatro mujeres, frente a los varones que son uno de cada once casos”, detalló la Dra. González.

Dr. Fernando Mora: “Hay que entender que la depresión asociada a la migraña es igual que cualquier otra depresión y debemos tratar ambas patologías para reducir tanto el impacto físico como el emocional”

Por otro lado, uno de los puntos destacados en el encuentro fue la depresión asociada a la migraña, ya que “la mitad de las personas con migraña crónica podrían tener un cuadro depresivo”, advirtió el Dr. Fernando Mora, jefe de Sección de Psiquiatría en el Hospital Universitario Infanta Leonor y profesor de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid. En cuanto a las características clínicas, los síntomas son iguales a los de la depresión no asociada a la migraña; es decir, tristeza, apatía, alteración de la concentración y problemas de sueño y de apetito.

Lo importante es que seamos conscientes de que la migraña es una enfermedad que tiene una altísima carga de enfermedad y el impacto emocional es altísimo”, explicó el Dr. Mora. De hecho, se calcula que “el 50% de las personas con migraña tiene un trastorno de ansiedad, el 20% tiene una depresión y, cuando la migraña es crónica, este porcentaje de depresión llega hasta el 50%”, insistió el psiquiatra. Por ello, tal y como expuso el Dr. Mora, el mensaje es claro: “Hay que entender que la depresión asociada a la migraña es igual que cualquier otra depresión, que la prevalencia es alta y que, por supuesto, debemos estar atentos y tratar ambas patologías para reducir tanto el impacto físico como el emocional”.

Dra. Nuria González: “Los pacientes con depresión asociada a la migraña son más complejos ya que la depresión conlleva un procesamiento del dolor que hace que la persona lo viva con más intensidad y menos capacidad de enfrentarse a él”

En cuanto al perfil de pacientes que presentan migraña y depresión, se trata de “mujeres jóvenes con síntomas muy intensos, acompañados con frecuencia de otros síntomas y con tendencia a la cronicidad”, destacó el Dr. Mora. Asimismo, se trata de “pacientes más complejos” ya que “la depresión conlleva un procesamiento del dolor que hace que la persona lo viva con más intensidad y menos capacidad de enfrentarse a él”, matizó la Dra. González.

Riesgo de un uso excesivo de medicación

La evolución de la migraña en ocasiones va a depender de la falta de tratamiento o de un uso excesivo de la medicación. Según explicó la neuróloga del Clínico San Carlos, un paciente que está mal diagnosticado o que directamente no tiene un diagnóstico, tiende a tratarse el dolor de cabeza de forma autónoma. El problema llega cuando aumenta la frecuencia del dolor y éste ya no se controla. “Aquí aumentan las posibilidades de que la persona consuma más analgésicos”, advirtió la Dra. González.

En concreto, si la persona consume más de un número determinado de fármacos al mes, durante más de tres meses, “puede desarrollar un dolor de cabeza añadido a la migraña. Es lo que se llama cefalea por uso excesivo de medicación y esto genera la cronificación”, detalló la especialista. Además, pacientes más susceptibles al dolor pueden terminar en “un estado permanente de migraña”, mucho más difícil de revertir y en el que entran en juego las comorbilidades psiquiátricas.

Si aparece la depresión en personas con migraña, hay que tratarla ya que, de no ser así, aumenta la gravedad, la evolución y la cronicidad de la depresión

A este respecto, el Dr. Mora indicó que, si aparece la depresión en personas con migraña, hay que tratarla ya que, de no ser así, aumenta la gravedad, la evolución y la cronicidad de la depresión. “Siempre le digo a los pacientes que, en la depresión, el tiempo no lo cura todo. Es decir, no hay que dejar que corra el tiempo esperando que se pase por si sola. Hay que tratar la depresión lo antes posible”, sentenció el psiquiatra.

La buena noticia en cuanto a los tratamientos es que actualmente ya existen terapias con anticuerpos monoclonales que resultan efectivas tanto para reducir la migraña como los síntomas depresivos. El Dr. Mora destacó que esto “nos da una tranquilidad añadida a la hora de utilizar antidepresivos y fármacos para la prevención de la migraña”. En esta línea, la Dra. González subrayó que la llegada de nuevas dianas terapéuticas “nos ha permitido reducir las dosis de fármacos más antiguos que, aunque eran fantásticos en algunos aspectos, también presentaban muchos efectos adversos”.

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