Dr. Fernando Mugarza, director de desarrollo corporativo y comunicación (Fundación IDIS)
La exención impositiva del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en la asistencia sanitaria de carácter privado emerge como un pilar importante para garantizar la sostenibilidad y equidad en el sistema de salud tal y como lo demuestran los datos de nuestro entorno geográfico más próximo. Actualmente, ninguno de los grandes países de la Unión Europea introduce una limitación a la exención, lo que confirma la extraordinaria armonización de los países europeos en esta materia.
Este beneficio fiscal no solo impacta directamente en los usuarios de servicios sanitarios privados (más de once millones de personas), sino que también tiene consecuencias positivas en forma de descarga asistencial y financiera del propio Sistema Nacional de Salud (SNS) por parte de quienes pagan dos veces un seguro, el obligatorio de carácter público y el voluntario privado; un SNS que ya de por sí enfrenta grandes desafíos financieros, estructurales, de gobernanza y operativos entre otros.
La exención impositiva del IVA en la asistencia sanitaria privada implica que los servicios médicos prestados por entidades privadas estén libres de este impuesto. Esta medida ha sido defendida por grandes expertos como un incentivo para mantener un equilibrio en los sistemas sanitarios, ya que alienta a una proporción cada vez mayor de la población a optar por los servicios sanitarios privados, aliviando así la carga de los sistemas sanitarios públicos.
La exención impositiva del IVA en la asistencia sanitaria privada implica que los servicios médicos prestados por entidades privadas estén libres de este impuesto
En nuestro país, al igual que en otros, la asistencia sanitaria privada desempeña un papel complementario y sinérgico al sistema público de salud, aliviando la presión sobre unos recursos limitados y ofreciendo opciones adicionales a los ciudadanos. La imposición del IVA a estos servicios podría tener consecuencias negativas, desencadenando una disminución en la cantidad de asegurados que optaran por la sanidad privada y por lo tanto una plétora asistencial aún mayor del sistema público de salud. En otras palabras, una disminución en la cantidad de personas que utilizan la sanidad privada tendría un efecto dominó en el sistema sanitario público y el incremento notable en la demanda podría generar una sobrecarga aún mayor sobre los recursos existentes, exacerbando la infrafinanciación crónica que padece el sistema. Este escenario plantearía serias amenazas tanto para la calidad y seguridad, como para la eficiencia y resolución asistencial en términos de resultados sanitarios.
En este mismo plano de reflexión, en cuanto a la accesibilidad, uno de los impactos más evidentes sería el aumento de las listas de espera para procedimientos y consultas médicas, unas listas que hoy por hoy son abrumadoras. Por otro lado, las infraestructuras y el personal ya de por sí sobrecargados tendrían serias dificultades para hacer frente a la creciente demanda que se generaría, lo que resultaría en retrasos mayores en la asistencia médica. Dicho de otra forma, un aumento abrupto en la demanda de servicios públicos requeriría un esfuerzo adicional por parte de médicos, enfermeras y personal de apoyo, lo cual podría conducir a una disminución en la calidad de la atención, agotamiento profesional y, en última instancia, a la pérdida de profesionales de la salud, exacerbando aún más la crisis de recursos humanos existente en la actualidad.
La relevancia de la exención impositiva del IVA en la asistencia sanitaria privada es evidente y radica en su capacidad para mantener un equilibrio entre los sistemas público y privado
Este fenómeno no solo afectaría a los resultados sanitarios, sino que también contribuiría a mayores ineficiencias y desigualdades en la distribución asistencial, afectando a variables de resolución y equidad, especialmente en cuanto al acceso a la innovación, un hecho que se vería agravado por las insuficiencias que ya de por sí padece el sistema público enfrentándose a mayores obstáculos y desafíos si cabe, lo que impactaría de nuevo en los resultados sanitarios y de salud alcanzados.
En conclusión, la relevancia de la exención impositiva del IVA en la asistencia sanitaria privada es evidente y radica en su capacidad para mantener un equilibrio entre los sistemas público y privado. La eliminación de esta exención podría desencadenar una cascada de efectos negativos en todo el sistema sanitario por lo que en este y en otros asuntos un enfoque integral en la toma de decisiones, contemplando el escenario en su totalidad, es esencial para garantizar la sostenibilidad y solvencia de una asistencia sanitaria conectada con los retos y oportunidades que nos ofrece el presente y por supuesto el futuro.