Anuario iSanidad 2023
Manuela García, consejera de Salud de Baleare
Hace ya demasiado tiempo que la salud mental viene reclamando, de manera silenciosa, su espacio en la sociedad, en las agendas políticas, en los discursos públicos, en los presupuestos… Sin embargo, hasta hace bien poco, la salud mental y las personas que sufren algún trastorno mental estaban relegadas a un papel secundario, discreto, condenadas a un estigma social que no hacía sino agravar el problema aún más.
Nuestra sociedad ha sufrido mucho en los últimos años. La salud mental ha salido muy mal parada de la pandemia del Covid-19, y los trastornos mentales, hoy por hoy, afectan a personas de todas las edades, género, nivel socioe-conómico o lugar. Nadie se libra. Sin embargo, paradójicamente, ha sido esta misma pandemia la que nos ha abierto los ojos, la que ha conseguido romper el tabú que rodea los trastornos mentales, la que ha logrado dar visibilidad y poner la Salud Mental en el lugar que se merece. Hoy somos capaces de hablar abiertamente de Salud Mental. Y esto es una conquista que no podemos dejar escapar.
Como responsables políticos tenemos la responsabilidad de escuchar atentamente a nuestros ciudadanos, y lo que percibimos es una sociedad en la que el número de personas que sufren algún problema o trastorno de salud mental no deja de crecer. Las cifras de suicidios o tentativas de suicidio escalan cada año, la prevalencia de la ansiedad y la depresión sube estadística tras estadística, los trastornos de la conducta alimentaria se disparan, las adicciones al alcohol, el tabaco, el juego o las tecnologías se multiplican… baja la edad en la que debutan los trastornos mentales. Se sufre cada vez más y a edades más tempranas.
“Vivimos en una sociedad que cambia muy deprisa y nos encontramos con nuevos trastornos, nuevos tipos de adicciones, que se convierten en nuevos retos a los que nos tenemos que enfrentar”
Vivimos en una sociedad que cambia muy deprisa y nos encontramos con nuevos trastornos, nuevos tipos de adicciones, que se convierten en nuevos retos a los que nos tenemos que enfrentar. Por eso, desde la responsabilidad que recae en nosotros, los gestores políticos, debemos estar muy atentos y actuar. Diseñar medidas preventivas, trabajar la detección, la atención, los tratamientos, trabajar el estigma social… En resumidas cuentas, cuidar de la sociedad a la que servimos.
Este Govern Balear así lo ha entendido. La primera dirección de Salud Mental es una apuesta clara y firme en este sentido. Es hora de hablar bien alto de ello, de cuidar y proteger la salud mental de los ciudadanos, de los profesionales sanitarios de Baleares. Es momento también de luchar contra el estigma social, de proponer soluciones realistas y eficaces para abordar de manera efectiva esta problemática. Las personas de estas islas necesitan nuestra atención. Desde la Conselleria de Salud de las Islas Baleares tenemos clara la necesidad de políticas firmes y apuestas reales. No son palabras vacías. En Baleares hemos duplicado para este 2024 el presupuesto destinado a Salud Mental, incrementamos el número de profesionales, llevamos la atención mental a los centros de salud e iremos cada año más y más allá mejorando y creando nuevos programas específicos.
“Es hora de hablar bien alto de ello, de cuidar y proteger la salud mental de los ciudadanos, de los profesionales sanitarios de Baleares”
El Plan estratégico de Bienestar Emocional y Recuperación en Salud Mental de la nueva dirección general traza un camino claro en el que se prioriza la prevención, la detección pre- coz, el abordaje y la reinserción comunitarias. Implicar a diversos sectores, desde la educación hasta los servicios sociales es esencial para construir un futuro en el que la salud mental sea una prioridad. Y, por supuesto, no nos olvidamos de los sanitarios. Dedicarse a esta profesión es una vocación; lo sé bien. Pero muchas veces, en esa vorágine de cuidar la salud de los demás, nos olvidamos de nosotros mismos. También somos vulnerables, también sufrimos, también podemos llegar al agotamiento físico y emocional. Y, por eso, una de las líneas de trabajo de esta dirección general es el cuidado de la atención mental de los profesionales sanitarios. Los necesitamos. Debemos cuidar su salud mental.
Por ellos, por la calidad de la atención al paciente y por la salud de toda la sociedad balear. La salud mental es una necesidad urgente. Para Baleares ya es una prioridad. Por favor, continuemos avanzando, sigamos hablando de Salud Mental en voz alta. Escuchemos. Como responsables de salud, tenemos mucho trabajo por delante, porque como todos hemos aprendido en los últimos tiempos, no hay salud sin salud mental. Y nosotros tenemos la responsabilidad de ofrecer un cuidado, una oportunidad, y una vida mentalmente.
