“Los nuevos fármacos asociados al tratamiento endovascular reducen significativamente la mortalidad por ictus”

Dra. Carmen Nieto, médico rehabilitadora del Hospital Casaverde Valladolid

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Anuario iSanidad 2023
Redacción
El ictus afecta aproximadamente a un 1,5% de la población general y su mortalidad oscila entre un 10 y 20%. Así, representa la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en varones. “Se están utilizando nuevos fármacos asociados al tratamiento endovascular que reducen significativamente dicha mortalidad”, destaca la Dra. Carmen Nieto, médico rehabilitadora del Hospital Casaverde Valladolid. Además, explica las fases de este trastorno, la importancia del tratamiento especializado y de evitar retrasos en el inicio de la rehabilitación, que disminuyen la recuperación de las funciones afectadas. En este sentido, reclama incrementar los recursos en hospitales de neurorrehabilitación y clínicas ambulatorias en nuestro país.

¿Cuál es la tasa de incidencia total del ictus y qué mortalidad se le atribuye?
El ictus es un trastorno de la circulación cerebral, de aparición brusca, ocasionado en la mayoría de los casos por una oclusión arterial cerebral (ictus isquémico) y, en menor porcentaje, por una rotura del vaso (ictus hemorrágico). Se estima que afecta aproximadamente a un 1,5% de la población general, aunque el aumento de la expectativa de vida ha elevado significativamente estas cifras (5-6% a partir de los 65 años y 10% a partir de los 80).

La mortalidad por ictus oscila entre un 10 y un 20%, representando la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en varones. Afortunadamente, se están utilizando nuevos fármacos asociados al tratamiento endovascular que reducen significativamente dicha mortalidad.

¿Cuáles son las fases de tratamiento del ictus y quién debe intervenir?
Aunque se ha hablado de una fase aguda hospitalaria, una fase subaguda durante el primer año tras el alta y una fase crónica a partir del primer año, podríamos hablar de tres fases desde que ocurre el accidente cerebral. En primer lugar, la fase prehospitalaria, con una rápida identificación de los síntomas y signos, activación del código ictus y una serie de medidas que garanticen una estabilización del paciente hasta su llegada al hospital (asegurar permeabilidad de vía aérea, canalización de vías venosas, realización de electrocardiograma, toma de constantes y pulsioximetría, mantenimiento de cifras de tensión arterial, temperatura y cifras de glucemia, etc.). El equipo de atención primaria y los profesionales de soporte vital avanzado juegan un papel muy importante en este periodo.

En segundo lugar, la fase aguda (unidad de ictus, UVI). En ella, se realiza la evaluación del ictus (analítica, TAC, TC perfusión, angioTC, etc.), la aplicación de técnicas de reperfusión (tratamiento fibrinolítico y/o tratamiento endovascular), así como el control y tratamiento de complicaciones y patologías acompañantes.

“Hay que insistir en la importancia de la prevención controlando todos los factores de riesgo que multiplican la posibilidad de aparición del ictus, así como en el seguimiento de la cronicidad para evitar reagudizaciones”

Por último, está la fase postaguda. Tras el alta del paciente en fase aguda es esencial realizar el tratamiento lo antes posible para intentar conseguir la máxima recuperación de todas las funciones afectadas (alteraciones motoras/sensitivas, alteraciones del lenguaje, deglución, neuropsicológicas). Es necesario bajar las estancias medias en los hospitales de agudos para iniciar cuanto antes de forma intensiva y temprana la rehabilitación en hospitales como Casaverde y centros ambulatorios.

Hay que insistir en la importancia de la prevención controlando todos los factores de riesgo que multiplican la posibilidad de aparición del ictus (control de la hipertensión, diabetes, dislipemia, tabaquismo, fibrilación auricular, etc), así como en el seguimiento de la cronicidad para evitar reagudizaciones. La actuación del equipo de atención primaria es esencial en ambos aspectos.

¿Qué aporta al paciente el tratamiento en un centro especializado como el de Casaverde en Valladolid?
El objetivo del tratamiento en el Hospital Casaverde es conseguir la máxima recuperación en el menor tiempo posible. Cuando un paciente ingresa en el Hospital Casaverde se va a encontrar lo siguiente. Un equipo de profesionales va a hacer un diagnóstico y diseñar un tratamiento específico para cada una de las áreas afectadas (rehabilitación, fisioterapia, neurología, neuropsicología, terapia ocupacional y logopeda). Además, contará con la aplicación de las técnicas encaminadas a conseguir la máxima recuperación posible, utilizando terapia convencional y las nuevas tecnologías. Dichas técnicas van adaptándose a la consecución de los objetivos intermedios planificados en las evaluaciones iniciales.

Además, se realiza un control y seguimiento de otras enfermedades acompañantes (diabetes, hipertensión, cardiopatías, etc.), identificación precoz de complicaciones y tratamiento de estas. Todo ello, en unas instalaciones modernas y un clima agradable tanto para el paciente como para la familia, con información y comunicación periódica sobre la evolución de la enfermedad.

“Un retraso en el inicio de la rehabilitación tras la hospitalización disminuye la recuperación de las funciones afectadas y aumenta las secuelas”

¿Qué novedades hay en el tratamiento de ictus en los últimos años y cómo inciden en la calidad de vida del paciente?
El abordaje terapéutico del ictus en la última década ha supuesto un cambio de paradigma, desde la aplicación de nuevos fármacos en el medio hospitalario que suponen una mejora significativa en la supervivencia y en minimizar las secuelas, pasando por la realización de rehabilitación precoz e intensiva tras la hospitalización y la utilización de la robótica y nuevas tecnologías que conllevan una mejora en los resultados.

¿Por qué es tan problemático el retraso en el inicio del tratamiento rehabilitador? ¿Es una realidad?
Un retraso en el inicio de la rehabilitación tras la hospitalización disminuye la recuperación de las funciones afectadas, aumentando las secuelas que inciden negativamente en el grado de independencia del paciente para las actividades de la vida diaria. También aumenta la presencia de espasticidad, rigideces articulares, retraso en la deambulación, disminución de fuerza, atrofias musculares, entre otras.

Desgraciadamente, en España es una realidad el retraso en el inicio del tratamiento rehabilitador tras el alta hospitalaria en fase aguda, ya que la enorme demanda de tratamiento para todo tipo de patologías genera una excesiva demora en el acceso a estos servicios para los pacientes tras el ictus. Es necesario incrementar los recursos en hospitales de neurorrehabilitación y clínicas ambulatorias.

“En España es una realidad el retraso en el inicio del tratamiento rehabilitador tras el alta hospitalaria en fase aguda”

¿Un buen tratamiento puede mejorar la calidad de vida del paciente?
Un buen tratamiento, precoz, intensivo, dinámico (adaptado a la evolución de la enfermedad), multidisciplinar, mejora la recuperación de las funciones afectadas, lo que sin duda mejora la calidad de vida del paciente.

¿Cuáles son los tratamientos específicos disponibles en el Hospital Casaverde de Valladolid?
Además de las técnicas convencionales en rehabilitación, en el Hospital Casaverde se realizan tratamientos que mejoran significativamente los resultados y aceleran el proceso de recuperación. La aplicación de tratamientos de hidroterapia (piscina climatizada con grúa de acceso), estimulación magnética transcraneal intermitente para modular la actividad cerebral de manera selectiva, la utilización de la estimulación eléctrica funcional (Fesia Walk) para estimular al músculo paralizado, la impresora 3D en la fabricación de férulas y ortesis adaptadas a cada enfermo, la estimulación de las actividades cognitivas mediante un software (Neuronup), la utilización de Vitalstim para el tratamiento de las disfagias orofaríngeas y el simulador de conducción.

Dentro del campo de la robótica, disponemos de equipos de última generación tales como el LEXO (principalmente para mejorar la marcha, además de otras funciones), el Pablo (para rehabilitación de brazo, pie y marcha), el Diego (rehabilitación de los brazos), el Amadeo (rehabilitación de la mano) y el Omego Plus (rehabilitación de piernas y tobillos). Finalmente, en nuestras instalaciones contamos con un apartamento para aquellos pacientes que ya han recuperado muchas funciones y verificar que se ha conseguido un grado de independencia que le permite incorporarse a su vida cotidiana.

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