Redacción
En España aproximadamente 4,38 millones de personas presentan algún tipo de discapacidad. Las personas con discapacidad tienen el doble de probabilidad de desarrollar problemas de salud bucodental. En este contexto, el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española, con la colaboración de Oral B y la Sociedad Española de Odontoestomatología para pacientes con necesidades especiales (Seoene), han organizado la campaña Salud Oral y Discapacidad para dar visibilidad a la importancia de mantener una buena salud bucodental. Los dentistas interesados en participar pueden inscribirse aquí hasta el 31 de marzo, y recibirán una guía profesional sobre salud oral y discapacidad y dípticos informativos. Además, tendrán la posibilidad de descargarse un diploma acreditativo.
Las discapacidades del desarrollo, como el síndrome de Down, el autismo o la parálisis cerebral, entre otras, suponen una dificultad a la hora de realizar actividades cotidianas, especialmente, las que se refieren al cuidado personal. De hecho, muchas personas necesitan ayuda para mantener una buena salud. Así, el 57% de las personas con discapacidad afirma que el cuidado bucodental “es una lucha” y el 50% recibe cuidados o asistencia personal. Pero tan solo el 5% cree que la sociedad comprende las dificultades que les supone mantener su salud oral en buenas condiciones. Por eso, conseguir que su estado bucodental sea óptimo requiere un enfoque especializado.
El 57% de las personas con discapacidad afirma que el cuidado bucodental “es una lucha” y el 50% recibe cuidados o asistencia personal
Tipos de discapacidad y frecuencia de patologías orales
Algunos tipos de discapacidad se asocian a una mayor frecuencia de determinadas patologías orales como caries, enfermedad periodontal, maloclusiones, defectos en el esmalte o retraso en la erupción de los dientes. “La prevención en las personas que padecen algún tipo de discapacidad es doblemente importante. Por una parte, porque el riesgo de sufrir patologías bucodentales es mayor que en la población general. Por otra parte, porque evita posibles tratamientos dentales, que, en caso de ser necesarios, suelen ser más complejos”, explica el Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas.
Los cuidadores de las personas con discapacidad deben preocuparse de que se cepillen los dientes, al menos, dos veces al día, con pasta dentífrica fluorada. Los cepillos eléctricos facilitan mucho esta labor en pacientes con discapacidad. En el caso de que el cepillado sea imposible, se puede utilizar una gasa envuelta alrededor del dedo índice, empapada en una solución antiséptica diluida prescrita por el dentista. Con la cabeza ligeramente inclinada para evitar aspiraciones, se pasa la compresa suavemente por los dientes y las encías. Además, se debe tratar de que sigan una dieta sana y equilibrada y encargarse de que acudan a las revisiones periódicas con el dentista para detectar a tiempo cualquier problema y recibir el tratamiento oportuno.
La prevención en las personas con discapacidad es fundamental por su mayor riesgo de sufrir patologías bucodentales y para evitar tratamientos dentales que pueden ser más complejos
En el caso de los dentistas que vayan a tratar personas con discapacidad, se recomienda aprender destrezas y técnicas para cubrir las necesidades de estos pacientes, lo que facilitará el tratamiento. Es necesario determinar las capacidades mentales del paciente y escucharle tanto a él como a su cuidador. Además, se debe involucrar a todo el equipo de la clínica para que el paciente se sienta cómodo. También hay que observar si el paciente tiene movimientos incontrolados o problemas para sentarse en el sillón que puedan dificultar la atención odontológica.
“Cuando recibimos un paciente con discapacidad, los dentistas debemos elaborar un plan de tratamiento teniendo en cuenta la posibilidad de cooperación del paciente, su higiene bucodental, sus tratamientos crónicos, malformaciones, etc. para ofrecerle una atención lo más personalizada posible”, concluye el Dr. Castro.