Juan León García
Si usted viajase en un año 1500 veces entre Madrid y Nueva York generaría casi las mismas emisiones de CO2 que producen las vacunas devueltas en 2022 en España, entre 2,3 y 3,4 millones de vacunas potencialmente devueltas y destruidas al año. Es decir, hasta 478 toneladas de este gas de efecto invernadero. Pero si también se optase por reemplazar los blísteres de plástico que actualmente se utilizan, se llegarían a eliminar de 257 a 547 toneladas de dióxido de carbono y de 34 a 92 toneladas de plástico.
Estos son solo dos datos de las cinco medidas propuestas este miércoles durante la jornada ‘Las vacunas y su huella ambiental: soluciones prácticas para un presente sostenible’, organizada por la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac) en colaboración con el Observatorio de Contratación Pública y con el patrocinio de Sanofi.
Durante el acto, celebrado en la sala Valle-Inclán del Círculo de Bellas Artes de Madrid, se han ofrecido los datos recogidos en el informe ‘La contratación pública como palanca para la sostenibilidad’. Los autores proponen cinco medidas que contribuirían a reducir la huella climática de las vacunas en torno a 1.500 toneladas emitidas de CO2; 92 toneladas de plástico y unos 10 millones de agujas desechadas por año.
El documento persigue contribuir a reducir el impacto medioambiental que tiene un sector, el sanitario, que engloba el 4% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero en España, ha recordado José Antonio Forcada, presidente de Anenvac.
El sector sanitario engloba en torno al 4% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero en España
Al respecto, ha incidido en que las campañas de vacunación son “una de las principales herramientas de prevención” que tienen los sistemas sanitarios y del rol de las vacunas en “reducir la mortalidad de diferentes enfermedades”. Sin embargo, ha añadido, “apreciar y defender el carácter de las vacunas modernas no está reñido con el debate de las medidas que es necesario tomar para reducir el impacto que las campañas de vacunación tienen”.
Sin ir más lejos, desde la asociación promueven la adopción de prácticas clínicas “ecoeficientes”, por ejemplo, en una gestión más racional de los residuos sanitarios. O también en una transición en el Sistema Nacional de Salud con la implementación de tecnologías sanitarias más sostenibles. “Por eso creemos que el punto de vista de las enfermeras es valioso en este sentido”, tanto por su contacto directo con el ciudadano como por su labor para concienciarlo acerca de la importancia de las vacunas y del cuidado del planeta.
El papel del sector privado es vital para actuar sobre estos factores “para reducir la huella”, según Foracada, al mismo tiempo que la parte pública puede contribuir a este fin “promoviendo la contratación con criterios verdes”. En la misma línea se ha expresado José María Gimeno Feliu, director del Observatorio de Contratación Pública, que ha alentado a pensar en un “modelo leal de colaboración público-privada” que piense en la “satisfacción del ciudadano”.
“Ojalá con este informe se ayude a avanzar hacia ese objetivo de mejor gestión pública, más eficiente, responsable y al servicio de la sociedad a la que nos debemos”, ha confiado.
Contratación pública para potenciar el cambio
Gimeno se ha detenido en una herramienta clave de las administraciones: la contratación pública, un “eje del cambio” que supone hasta el 20% del Producto Interior Bruto (PIB) español. El principal fin de estos procedimientos se alinean con objetivos públicos. Por lo tanto, en el plano de las vacunas las administraciones deben elegir y exigir en sus pliegos las ofertas alineadas en la proporcionalidad y la conveniencia por el interés general.
De ahí que haya subrayado la necesidad de cambiar la mentalidad de ver las vacunas “como mero producto, como gasto”. “Es una inversión: hablamos de inversión en carreteras, pero las vacunas se siguen viendo como un gasto”, ha puesto en relieve durante su intervención en un acto que ha estado moderado por la periodista de EFE Verde, Caty Arévalo.
Cinco medidas para un modelo sostenible de vacunas
Lina Chakir, Associate Partner Healthcare system de Corporate Value Associates (CVA), se ha encargado de desgranar las principales líneas del informe. Así, ha comentado los cinco puntos sobre los que se podría actuar y sus correspondientes medidas, en opinión de los autores.
Estos son la problemática de los blísteres de plástico en la presentación de las vacunas; la sobreestimación y diferencia entre concurso y consumo; que entre el 10% y el 15% de las devoluciones sean gratuitas, como criterio estándar en las licitaciones de vacunas; incluir una serie de requisitos para integrar varios tamaños de aguja y agujas de seguridad adicionales; e integrar unos criterios de valoración de los envases más sostenibles.