Anuario iSanidad 2023
Ana Zubeldia, VP Head de Oncología de Daiichi Sankyo España
La investigación en cáncer es una prioridad ineludible. Sabemos que el cáncer es una de las principales causas de mortalidad del mundo y que su incidencia seguirá aumentando hasta superar los 28 millones de casos en 2040, un 54,9% más que en 2020. También que la supervivencia se ha duplicado en los últimos 40 años, en buena parte gracias a los avances en la investigación que han puesto al alcance de clínicos y pacientes terapias innovadoras con las que tratar la enfermedad. De hecho, los nuevos medicamentos son responsables de un 70% del aumento de la supervivencia en cáncer.
Solo en Europa, pese a que la incidencia del cáncer aumentó casi un 50% entre 1995 y 2018, la mortalidad apenas lo ha hecho en un 20%. Los avances en el diagnóstico, los programas preventivos y de detección precoz, pero sobre todo los nuevos tratamientos han aumentado las tasas de supervivencia a cinco años para los tipos de cáncer más comunes, como el de mama, próstata, colorrectal y pulmón. También ha habido grandes avances en la supervivencia de pacientes con cáncer metastásico.
Los nuevos medicamentos son responsables de un 70% del aumento de la supervivencia en cáncer
La realidad muestra que estamos consiguiendo grandes avances. Que vivimos un momento único en la investigación en cáncer. Pero sigue habiendo necesidades médicas no cubiertas: pacientes con tipos de cáncer para los que no existe tratamiento o que tienen opciones terapéuticas limitadas. Además, no podemos conformarnos. Hay margen de mejora para lograr innovaciones que sigan prolongando la supervivencia, aumentando la calidad de vida y mejorando los resultados más allá de los estándares de atención actuales.
Cuanto más moderno es el arsenal terapéutico para tratar un tipo de cáncer, se registran menos muertes prematuras. Por eso, saber que, en la actualidad, hay 1.600 tratamientos y vacunas contra el cáncer en fase de desarrollo clínico es alentador. La oncología lidera año tras año el ranking mundial de ensayos clínicos, al representar el 40% del total de investigaciones en marcha. Muchas de ellas sobre terapias dirigidas, como los anticuerpos conjugados, las terapias génicas, las terapias celu lares o CAR-T, que hacen que desde la industria farmacéutica podamos seguir marcando la diferencia a través de la innovación.
La apuesta por la investigación, junto con unas correctas medidas de prevención, podrían situarnos en un futuro libre de cáncer
No podemos olvidarnos del potencial de la inteligencia artificial y el big data, que ya están impactando positivamente en la investigación oncológica. La capacidad de analizar grandes cantidades de datos genómicos en tiempo real nos permite identificar patrones, descubrir nuevas dianas terapéuticas y personalizar los tratamientos con una precisión nunca antes vista.
Pero nuestra misión va más allá de las moléculas y los datos. Se trata de personas. Por eso nuestra atención está cada vez más centrada en el paciente, el catalizador que ha hecho que haya una mayor colaboración global, que la ciencia no tenga fronteras y colaborar con investigadores de todo el mundo, otras compañías, compartir datos, conocimientos y recursos sea el camino natural para acelerar el desarrollo de la innovación que tanto se necesita.
Sin duda estamos en el camino. La apuesta por la investigación, junto con unas correctas medidas de prevención, podrían situarnos en un futuro libre de cáncer. El de la investigación oncológica es un camino lleno de promesas y desafíos, pero como industria farmacéutica lo afrontamos con audacia, empatía y un compromiso inquebrantable con la mejora continua porque sabemos que cada paso que damos, cada avance que logramos, nos acerca un poco más a un mundo donde el cáncer no es una sentencia de muerte, sino un desafío que podemos superar juntos.
Porque el compromiso continuo con la investigación, respaldado por avances en la prevención y detección temprana, nos coloca en una posición privilegiada para transformar el panorama del cáncer.