Redacción
Entidades supranacionales han advertido del problema que supone la escasez de personal sanitario. La Organización Mundial de la Salud ya ha alertado que para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030 harán falta 18 millones de profesionales sanitarios más. Otro informe advierte que en el espacio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Ecónómicos las carencias ascienden ya a 2,5 millones de profesionales. Se van a superar los cuatro millones a partir de 2030. según los mismos datos. En este contexto, la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) ha presentado el documento de consenso Análisis y propuestas para lograr una gestión óptima de los profesionales sanitarios garantizando la seguridad de los pacientes, en colaboración con BD.
“La seguridad del paciente es uno de los ejes del compromiso de los directivos de la salud con los profesionales sanitarios, el sistema sanitario y los pacientes y es que no solo mejora la calidad de la atención sanitaria, sino que también aporta calidad y eficiencia. Sobre todo, en un momento en que la falta de profesionales tendrá un impacto adicional en la seguridad del paciente”, ha destacado el presidente de Sedisa, José Soto, durante la presentación del documento.
José Soto: “La seguridad del paciente es uno de los ejes del compromiso de los directivos de la salud con los profesionales sanitarios”
Las administraciones públicas han puesto el foco en la seguridad del paciente. “Es una prioridad para los profesionales y las instituciones sanitarias. En este sentido, existe un comité institucional de seguridad del paciente, en el que participamos todas las Comunidades Autónomas, compartiendo experiencias y actuaciones con el fin de mejorar la seguridad de nuestros pacientes”, señala Alberto Pardo Hernández, subdirector General de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente de la Dirección General de Humanización, Atención y Seguridad del Paciente de la Consejería de Sanidad de Madrid.
El informe identifica 11 áreas de mejora para garantizar la seguridad del paciente y la calidad asistencial: reingeniería de procesos de forma sistemática y continua con la implicación de los profesionales que los despliegan; redefinir roles desarrollando todas las competencias posibles de cada profesional; desarrollo e implementación de la historia clínica electrónica interoperable, incorporando historia social y un canal para añadir datos y consideraciones de pacientes (Prems) mejoraría los resultados en salud; incorporar a los órganos de decisión a todos los agentes (empresas tecnológicas/ farmacéuticas, universidades, ayuntamientos, colegios profesionales, añadiéndolos a la gestión de áreas integradas de salud, además de compartir y consensuar procesos; desarrollo e implementación de herramientas tecnológicas para mejorar la seguridad; promover el uso de la tecnología para mejorar la seguridad; iniciativas para mejorar la conciliación vida laboral / personal; implantar modelos de gestión por competencias (clima, estilo laboral, competencias de profesionales, y definición de competencias de todos los profesionales (médicos, enfermería); formación, información y sensibilización del paciente; participación de los pacientes en todas las dimensiones de la seguridad y creación de un canal de comunicación eficiente entre paciente y profesional, y desarrollo de incentivos para motivar la cultura de seguridad.
La OMS ha alertado que para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030 harán falta 18 millones de profesionales sanitarios más
El documento pone el foco en la importancia de la colaboración público-privada. “Si no volvemos a entender la sanidad en su conjunto como en la pandemia, difícilemente se podrán llevar iniciativas y sinergias que tienen impacto en la calidad asitencial. La tecnología es una palanca para que el profesional tenga más tiempo para el paciente”, explicó Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española.
En esta misma línea se expresó Fiona Garín, VP EMEA de Marketing Estratégico en BD. “Los desafíos son tan grandes que hace falta que todos los agentes del sistema remen en la misma dirección. La colaboración no fue un problema durante la pandemia y por eso se consiguieron resultados positivos”, añadió.