Orlando Vergara, autor del libro “Del Ego al Eco: La gran migración hacia los ecosistemas” y fundador de la consultora Bluebarna Ecosystems.
Las personas, en esencia, no necesitan profesionales sanitarios, aseguradoras, ni farmacias u hospitales. Lo que realmente necesitan es salud y bienestar; esa es su necesidad básica. Y es en la búsqueda de satisfacer esa necesidad fundamental que los profesionales de la salud, hospitales y todos los actores son vitales. Asimismo, por ejemplo, en lo que respecta a la movilidad, las personas no necesitan coches, motos, trenes o aviones; su necesidad primaria es desplazarse de un punto A a un punto B. Y, para cumplir con esta necesidad, optarán por el medio que mejor se adapte a ellas.
Esas necesidades, que nacen de las áreas de la vida de las personas, son cada vez más refinadas y las personas anhelan encontrar soluciones integrales, coherentes, innovadoras y convenientes para estas. Estas soluciones no pueden provenir de una sola fuente; es imposible que un solo actor satisfaga completamente las necesidades en movilidad, educación, socialización o salud. ¡Se necesita crear ecosistemas!
Cuando se gestionan adecuadamente, los ecosistemas de salud son capaces de brindar un mayor valor para los pacientes y mayores beneficios para todos los actores involucrados
Un ejemplo de la importancia de los ecosistemas ha sido la colaboración observada a nivel internacional durante la crisis de Covid-19, que ha permitido que organizaciones independientes pero complementarias se unan bajo un propósito común: la vida. Cuando se gestionan adecuadamente, los ecosistemas de salud son capaces de brindar un mayor valor para los pacientes y, por supuesto, mayores beneficios para todos los actores involucrados, respecto a lo que podrían lograr trabajando de manera aislada.
Si bien es cierto que los sistemas de salud cumplen con todos los requisitos de los ecosistemas empresariales, rara vez son gestionados como tal, por muchos motivos, como la gobernanza de los ecosistemas, la resistencia al cambio o por los sistemas de recompensa de los sistemas sanitarios. Por ejemplo, este último punto, basado principalmente en el “pago por servicio“, promueve más la competencia que la colaboración, una situación que podría mejorar con un enfoque en “pago por resultados“, fomentando la cooperación, incluso entre competidores, para maximizar el bienestar del paciente.
Si queremos mejorar el triángulo de los sistemas sanitarios que comprende el acceso, la calidad asistencial y el control de costes, debemos migrar hacia una nueva manera de ver las cosas. Esa migración requiere dejar atrás el ego y el egoísmo, porque el ego crea sistemas y su ausencia crea ecosistemas.
El contexto actual es lo suficientemente maduro como para reconocer la fuerza de la colaboración sobre la competencia, la mentalidad de abundancia en lugar de la escasez
Requiere una profunda confianza en nuestros partners, una nueva manera de entender la colaboración, mantener una visión a largo plazo y, sobre todo, requiere mucha consciencia de nuestros puntos fuertes y débiles para ayudarnos a ser conscientes de cuándo liderar y cuándo ceder el liderato a los demás.
Pero aquí está la buena noticia: el momento perfecto ha llegado. El contexto actual es lo suficientemente maduro como para reconocer la fuerza de la colaboración sobre la competencia, la mentalidad de abundancia en lugar de la escasez, del llamado a la proactividad en lugar de seguir siendo reactivos y del empoderamiento de los equipos, dejando de lado las estructuras jerárquicas. Ahora somos conscientes de que los verdaderos cambios ocurren fuera de nuestras estructuras organizativas convencionales (e.g., IA), y es allí donde debemos buscar nuevas soluciones y opciones para crear valor para los pacientes y brindar momentos preciosos en sus vidas.
Todo esto constituye lo que he denominado el Ecosystems Leaders Mindset – Liderazgo con Mentalidad Ecosistémica (ELM), un cambio profundo que requiere una redefinición del éxito, dejando de lado lo que siempre nos han enseñado de “Ser el mejor en el mundo” para “Hacer lo mejor por el mundo”.
