Juan León García
“Sin equidad no hay calidad”. Así de tajante se mostró este jueves la Dra. Inmaculada Mediavilla, presidenta de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), durante la jornada ‘Salud Renal para Todos. Promoviendo la igualdad en el acceso a la atención sanitaria’ celebrada en la sede de Sanidad con motivo del Día Mundial del Riñón y organizada por la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
El hecho de que un paciente renal en este sentido no acceda de la misma manera a los mismos tratamientos deriva en la “variabilidad en la práctica clínica” que existe actualmente en el Sistema Nacional de Salud (SNS) y cuestión frente a la que luchan los profesionales dedicados a la calidad asistencial, explicó la Dra. Mediavilla.
“Pensamos que todos los pacientes tienen derecho a ser tratados de la misma manera”, defendió. En este sentido, apuntó también a los determinantes sociales como aspecto que determina “la forma o el hecho de enfermar”. También, el desarrollo una vez se tiene la enfermedad y el acceso al sistema sanitario.
Dra. Inmaculada Mediavilla, presidenta de la SECA: “Pensamos que todos los pacientes tienen derecho a ser tratados de la misma manera”
Atención Primaria es el primer punto de entrada, y es donde en opinión de la Dra. Mediavilla más se aprecian estas inequidades entre autonomías. Más aún si se acota solo a enfermedad renal crónica (ERC), donde observó que “muy pocas” incluyen un servicio de atención a pacientes con ERC dentro de la cartera de servicios de atención primaria. Este respecto, avanzó que en la Comunidad de Madrid se incorporará esta medida para la que la SECA ya está elaborando las características de dicho servicio.
En paralelo, hace falta avanzar hacia una mayor capacitación de los centros de salud y de los médicos de familia para hablar de prevención, apuntó Manuel Arellano, vicepresidente de la Asociación Nacional de Lucha contra la Enfermedad Renal (Alcer). “Una cosa es que no tengas las técnicas y otra, que no las cuentes”, subrayó.
Hacerlo conllevaría que el paciente “sea protagonista de su enfermedad, tome decisiones y adecúe la técnica que existe a lo que más se adapte a su estilo de vida”, y no al revés. Por el momento, y según un reciente estudio de la asociación que midió la dispersión geográfica de las personas en pre-diálisis y los tratamientos de hemodiálisis, hasta el 50% de estas no recibían tratamiento en su domicilio, y de estas, un 50% requerían de un transporte sanitario para acudir a su hospital. “Es un fiel reflejo de que no todo el mundo tiene acceso a técnicas de TRS”, concluyó.
Manuel Arellano, vicepresidente de Alcer: “El paciente debe ser protagonista de su enfermedad, tomar decisiones y adecuar la técnica que existe a lo que más se adapte a su estilo de vida”
En línea con lo expresado por la presidenta de la SECA, la Dra. Nuria Prieto, subdirectora adjunta de Calidad Asistencial del Ministerio de Sanidad, reiteró que para disminuir la variabilidad asistencial “hay que trabajar en calidad”. Por parte de la administración central, ya desde 2006 existe un marco normativo con el primer plan de calidad asistencial del SNS, posteriormente renovado y actualizado en 2010, que sigue vigente.
Al mismo tiempo, señaló que hace falta seguir generando evidencia, algo en lo que trabajan con el Instituto Aragonés de Ciencia de la Salud en el proyecto ‘Guía Salud’. De hecho, una específica del riñón será revisada pronto, ya que cumplen ciclos de cinco años y la última fue en 2019.
La Dra. Prieto se detuvo además en analizar la importancia de los marcos estratégicos de atención primaria. El último, del periodo 2022-2023, será sustituido por otro plan de acción “más actual”. El último contempló unas transferencias por cantidades de más de 600 millones de euros a las comunidades autónomas, con el foco puesto en especial sobre la atención comunitaria. Asimismo, destacó la revisión que acometerá el ministerio en 2025 de la estrategia de abordaje a la cronicidad, de la que el secretario de Estado de Sanidad, el Dr. Javier Padilla, ya deslizó que conllevaría la inclusión de la ERC.
Personas refugiadas: una equidad aún más reducida
La mesa celebrada en el marco de esta jornada también contó con la participación de Mónica López, directora de Programas en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). “El colectivo al que representamos es quizá uno de los que más dificultad de acceso al sistema sanitario tiene”, visibilizó. Y es que las personas refugiadas y migrantes, dijo, no es que tengan dificultades en la equidad en el acceso al sistema sanitario, a la prevención o al diagnóstico precoz, es que directamente no pueden acceder a este si están en situación de irregularidad.
Es decir, el primer reto es “entrar en el centro de salud”. La Ley de Asilo recoge el derecho a la asistencia sanitaria, siempre y cuando la persona cuente con una documentación específica “que es muy difícil obtener”, advirtió, con plazos que pueden oscilar entre los nueve y los diez meses.
En definitiva, enumeró López, este colectivo afronta además de barreras administrativas, las idiomáticas, las transculturales o las económicas.