Anuario iSanidad 2023
Dr. Ignacio Bernabéu Morón, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)
La obesidad es la pandemia ignorada del siglo XXI. Es una enfermedad de origen multifactorial de carácter crónico y recidivante y caracterizada por un exceso de tejido adiposo. Su diagnóstico suele establecerse por la presencia de un índice de masa corporal superior a 30 kg/m2.
Su prevalencia se ha duplicado en los últimos 20 años, casi el 23% de los adultos españoles tienen obesidad y un porcentaje similar tienen sobrepeso. Se estima que en 2030 y 2035 la obesidad afectará al 30% y al 37% de los adultos respectivamente. La obesidad se asocia a múltiples complicaciones como resistencia a la insulina, diabetes mellitus tipo 2, hipercolesterolemia, enfermedad hepática grasa metabólica, hipertensión arterial, enfermedad cardio y cerebrovascular, insuficiencia cardiaca, respiratoria, apnea del sueño, infertilidad, artrosis, etc. Genera comorbilidades psicológicas y conductuales. Además se asocia al desarrollo de distintos tipos de cáncer: mamá, útero, colon, renal, biliar, páncreas, recto, esófago y ovario entre otros.
Se estima que en 2030 y 2035 la obesidad afectará al 30% y al 37% de los adultos respectivamente
La obesidad es una de las enfermedades crónicas que generan mayor coste económico en los países occidentales, entre el 2% y el 7% del total del coste sanitario, fundamentalmente por sus complicaciones metabólicas y cardiovasculares. La obesidad tiene muy serias repercusiones en la salud y en la economía y sin embargo muchas veces ha sido ignorada desde el punto de vista asistencial. La obesidad se ve… pero pocas veces se diagnostica, ¿cuántas mediciones de peso, talla, cálculo de IMC y perímetro de cintura se realizan en cualquiera de los niveles asistenciales? Y si se diagnostica ¿se trata de forma adecuada? ¿Cuántas veces se indican las mismas recomendaciones genéricas de dieta y ejercicio sin ningún tipo de personalización y sin seguimiento médico posterior?
El tratamiento de la obesidad es complejo y con frecuencia de resultados decepcionantes. Es necesario un abordaje respetuoso y comprensivo con el paciente, realizar una historia clínica completa incluyendo aspectos emocionales, estrés, horarios, hábitos de alimentación y ejercicio, experiencias previas en el intento de pérdida de peso, identificación de barreras, motivación, etc. Y por supuesto deben valorarse posibles patologías que pueden contribuir a la ganancia de peso y la presencia de complicaciones y comorbilidades provocadas por peso excesivo.
La obesidad se ve… pero pocas veces se diagnostica
Debe promoverse una asistencia especializada mediante el desarrollo de unidades de obesidad que dirigidas por especialistas en endocrinología y nutrición y con el concurso de médicos de familia, enfermería, nutricionistas, dietistas, psicólogos, cirujanos y expertos en la prescripción de ejercicio físico, puedan proporcionar una asistencia integral, multidisciplinar y multinivel a los pacientes con obesidad y sus complicaciones.
En la actualidad, sólo en centros de referencia existen unidades destinadas al tratamiento quirúrgico de personas con obesidad grave, siendo el acceso a las mismas muy limitado y la lista de espera muy prolongada. Las unidades de obesidad deben estar asociadas o integrar a las unidades de cirugía bariátrica con tiempos de espera razonables y auditados. Además de la asistencia, estas unidades deben fomentar la investigación básica, clínica y traslacional en obesidad. El cambio de hábitos, la dieta y el aumento de la actividad física siempre aportan importantes beneficios pero con frecuencia son difíciles de mantener o no son suficientes y la enfermedad no mejora o incluso progresa. El desarrollo de nuevos fármacos promete facilitar el tratamiento de la obesidad, promoviendo la pérdida de un 15- 20% del peso corporal con posibles mejoras adicionales en el riesgo de complicaciones vasculares.
El desarrollo de nuevos fármacos promete facilitar el tratamiento de la obesidad, promoviendo la pérdida de un 15- 20% del peso corporal
En la actualidad estos tratamientos, crónicos por naturaleza, no están financiados en ningún caso por la sanidad pública y el acceso a los mismos depende de la capacidad económica del paciente. Este hecho representa una discriminación frente a otras enfermedades crónicas. ¿La obesidad no es tan importante como la hepatitis C, el tabaquismo o la cardiopatía isquémica? La obesidad es una enfermedad crónica y debe ser tratada como tal. No obstante, su control o curación no solo depende de un fármaco o una intervención quirúrgica, precisa además un cambio del estilo de vida basado en la alimentación, el ejercicio y la salud psicosocial adaptado a las recomendaciones, pero también a las condiciones vitales y sociolaborales del individuo en cada momento de la vida.
El médico especialista en endocrinología y nutrición tiene un papel central en el diagnóstico y en el tratamiento de la enfermedad, liderando equipos y manejando los casos más complejos, pero todos los profesionales y estamentos sanitarios deben estar implicados y coordinados en el manejo de esta enfermedad, aplicando siempre las bases del conocimiento científico y la humanidad necesaria en el desempeño del trabajo con personas. Esperemos que se imponga el sentido común, que se valore el coste económico y social de la obesidad y que se apueste decididamente por el desarrollo de unidades de obesidad y por un acceso equitativo a todos los medios terapéuticos para su tratamiento, según las características de cada persona tal y como ya sucede en países de nuestro entorno.