2023: un año expansivo para la medicina nuclear española

Dr. Diego Becerra García, presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (Semnim)

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Anuario iSanidad 2023
Dr. Diego Becerra García, presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (Semnim)
La medicina nuclear es una especialidad joven, aunque su andadura se puede situar en España sobre el 1950, y que progresivamente fue aumentando su presencia en el ámbito hospitalario. Sus aplicaciones y su rendimiento diagnóstico se incrementaban poco a poco, pero en los últimos años, el rápido desarrollo en el ámbito de los detectores con su evolución a tecnología digital, la irrupción de la inteligencia artificial aplicada a la adquisición y procesado de las imágenes y el desarrollo de nuevos radiofármacos ha supuesto un avance exponencial de la medicina nuclear como especialidad, tanto en sus aplicaciones en el diagnóstico por la imagen como en el de la terapia con radioligandos.

Sin embargo, la infradotación general de los servicios, la antigüedad del equipamiento, en muchos casos obsoleto por falta de estrategias de planificación de la adquisición y renovación, y la lentitud en la disponibilidad en España de los nuevos radiofármacos de uso habitual en Europa, habían limitado significativamente la traslación de este progreso a nuestro ámbito asistencial, a diferencia de los países de nuestro entorno socioeconómico.

En solo un año y gracias a los fondos de la UE, la medicina nuclear española ha alcanzado un nivel de alta competitividad tecnológica

En este contexto, tras la pandemia, la Unión Europea apuesta por un plan de recuperación y de cambio a través de un fondo para financiación finalista, los fondos Next Generation EU, para hacer frente a los retos más importantes que afronta Europa. En España, estos fondos europeos se han canalizado a través del Plan de Inversión en Equipos de Alta Tecnología Sanitaria en el Sistema Nacional de Salud (Plan InvEAT) del Ministerio de Sanidad y han sido gestionados por las Comunidades Autónomas, que han debido financiar los costes de instalación de los equipos. El análisis de la situación de partida ponía de manifiesto una gran deficiencia de equipos de medicina nuclear (por ejemplo, una dotación de un 30% inferior a la media de la OCDE de equipos PET) y un alto nivel de obsolescencia.

Finalizado este año, se ha producido, entre renovaciones de aquellos equipos de más de 12 años y ampliación del parque, la incorporación de 47 tomógrafos PET, la mayoría de ellos digitales de altas prestaciones y 86 tomógrafos SPECT, de ellos 73 con altas prestaciones.

De esta manera, en solo un año y gracias a los fondos de la UE, la medicina nuclear española ha alcanzado un nivel de alta competitividad tecnológica, pues los equipos incorporados están dotados de las herramientas más avanzadas en adquisición y procesado de imágenes, incluyendo la última generación de herramientas basadas en inteligencia artificial.

La medicina nuclear es una especialidad joven, aunque su andadura se puede situar en España sobre el 1950

En este contexto expansivo en el equipamiento, se está produciendo en los últimos años un gran avance en el desarrollo de nuevos radiofármacos, especialmente en el ámbito de la imagen PET y de la terapia, que están consolidándose en muchos casos en las primeras líneas de las guías de práctica clínica, tanto en diagnóstico como en el ámbito de la terapia con radioligandos (TRL), con la aparición de nuevos fármacos ligados a radionúclidos emisores de radiación alfa y/o beta.

Este avance está promoviendo el rápido desarrollo de la Teragnosis (es decir, el uso de un mismo ligando para diagnóstico y terapia, cambiando sólo el radionúclido y, por tanto, el tipo de radiación que emite, para que sea diagnóstico o terapéutico). Esta actividad no es nueva en la medicina nuclear, pues ya se viene aplicando con el 131I en el cáncer de tiroides y en el hipertiroidismo desde 1951, pero que en la actualidad permite el abordaje de un grupo cada vez mayor de tumores que suponen la incorporación de la medicina nuclear al arsenal diagnóstico y terapéutico de la medicina personalizada de precisión.

La disponibilidad de un equipamiento de alta rentabilidad diagnóstica y actualizado y de un arsenal de radiofármacos diagnósticos y terapéuticos, así como las políticas europeas del uso de la medicina nuclear en el contexto del Plan Europeo Contra El Cáncer, como el plan Samira refrendado a nivel nacional en el Senado, es un escenario muy prometedor para la medicina nuclear, pero para que sea efectivo, deberá acompañarse del reforzamiento de personal en los servicios, cuya actividad será ahora de mayor complejidad y con mayor presión asistencial, de una acceso más rápido a los nuevos radiofármacos en España y de explorar nuevos modelos de suministro y de preparación de radiofármacos en las unidades. También requerirá ampliar la oferta de formación de especialistas y una mayor presencia de esta disciplina en las Facultades de Medicina. Sin estas premisas, el rendimiento de toda la inversión se vería mermada. Pero eso será tarea para 2024….

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