La tecnología, una necesidad para avanzar en AP

Dra. Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)

Anuario iSanidad 2023
Dra. Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)
La atención primaria de salud es fundamental en cualquier sistema de atención sanitaria, ya que es la primera línea de contacto entre los pacientes y el sistema de salud. En los últimos años, la tecnología ha desempeñado un papel cada vez más importante en la atención primaria (AP), pero no siempre ha sido fácil su aplicación útil. La realidad vivida tiene sus luces y sus sombras.

Cuando pensamos en tecnología siempre pensamos en los entornos hospitalarios de alta demanda tecnológica para el desempeño de su actividad, pero la AP, con su situación actual, debería ser un referente para la aplicación tecnológica, entendida como una herramienta de ayuda a la resolución de las necesidades de pacientes y profesionales, a facilitar la relación con los pacientes, a mediar en nuevas formas de coordinación a través de consultas compartidas entre niveles asistenciales y a facilitar el desempeño de roles mejorando la eficiencia, la accesibilidad y capacidad de resolución.

Pero la relación entre la AP y la tecnología es un tema complejo y en constante evolución, y que no siempre ha respondido a las necesidades reales de pacientes, profesionales y sistema sanitario.

La inversión en tecnología muchas veces responde a la necesidad de realizar un “gasto” de un presupuesto que debe ser inmediatamente consumido o devuelto. En este contexto, ¿cuál es la realidad de la AP? Nos encontramos con centros de salud envejecidos y con escasa inversión, con limitaciones presupuestarias con escaso aporte en AP (muy lejos del 25% del presupuesto sanitario que recomienda la Organización Mundial de la Salud), los presupuestos son competitivos entre niveles y, en general, la especialización y conocimiento de la ingeniería del ámbito de la AP es escasa.

“Las necesidades de profesionales y pacientes van por delante y no se resuelven. Es necesario transformar el sistema sanitario”

¿Y qué hay de la tecnología en el primer nivel asistencial? Siguen existiendo limitaciones en el acceso a tecnología diagnóstica y terapéutica (¡todavía nos peleamos por el ecógrafo!), limitación de acceso a pruebas de la cartera de servicios (la necesidad del paciente es la que debiera marcar la necesidad de la prueba) y todavía existen historias clínicas diferentes entre AP/hospital en muchas comunidades (y hablamos de la historia digital de salud del ciudadano). Las necesidades de profesionales y pacientes van por delante y no se resuelven. Es necesario transformar el sistema sanitario.

En estas condiciones, con los desarrolladores de tecnología e ingenieros mayoritariamente desconocedores de la AP y con la implementación precipitada y sin estrategia clara ni consensuada con profesionales y pacientes, es difícil pensar en términos de utilidad real. La AP y la tecnología pueden y deben ser una pareja bien avenida cuando se utilizan de manera cuidadosa y estratégica para mejorar la atención sanitaria del primer nivel. La clave está en encontrar un equilibrio entre el uso de la tecnología y la atención personalizada y centrada en el paciente.

La medicina de familia precisa de la tecnología para superar sus males endémicos, consecuencia de muchos años de déficit de inversión y consideración, pero debe ser de la mano de la evaluación estratégica y de los profesionales

La relación entre la AP y la tecnología puede ser beneficiosa en muchos aspectos como, por ejemplo, la mejora de la precisión del diagnóstico, en el registro médico electrónico, la telemedicina, en la educación y empoderamiento del paciente, así como en la gestión de citas y recordatorios. Sin embargo, también existen desafíos que debemos tener en cuenta en la relación entre la AP y la tecnología, como son las barreras de acceso, dado que no todos los pacientes tienen acceso a la tecnología necesaria para beneficiarse de las innovaciones en la AP, la privacidad y seguridad, la sobrecarga de información o la despersonalización. La dependencia excesiva de la tecnología puede llevar a una pérdida de la valiosa relación médico-paciente y la atención centrada en el paciente.

Es preciso usar la tecnología de manera cuidadosa y estratégica para mejorar la atención sanitaria en general, y la AP en particular. Esta acción estratégica debe partir de las necesidades y expectativas de profesionales (médicos de familia, enfermería, y todo profesional de AP) y de pacientes/ciudadanos.

La clave está en encontrar un equilibrio entre el uso de la tecnología y la atención personalizada y centrada en el paciente

La AP y la tecnología están convergiendo de manera positiva y complementaria para mejorar la accesibilidad, eficiencia y calidad de la atención médica. Pero es crucial abordar los desafíos y consideraciones éticas para asegurar que esta asociación sea beneficiosa para todos los pacientes y todos profesionales de la salud (sanitarios y no sanitarios).

En definitiva, la medicina de familia precisa de la tecnología para superar sus males endémicos, consecuencia de muchos años de déficit de inversión y consideración, pero debe ser de la mano de la evaluación estratégica y de los profesionales. Deseamos que el próximo año sea un año de “paso a la acción” y, de forma juiciosa y paralela al replanteamiento del modelo y del sistema sanitario, se implementen las demandadas acciones que, con la tecnología a su servicio, nos permitan revitalizar la medicina de familia y la atención primaria, para una mejor atención a nuestros pacientes y a la comunidad a la que brindamos nuestra atención.

Creemos firmemente que la atención primaria y la tecnología deben y pueden ser una pareja bien avenida pero, para ello, se requiere su uso de manera juiciosa y estratégica para mejorar la atención sanitaria.

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