Seis objetivos concretos para 2024… A partir de los estudios del Proyecto Venturi durante el año 2023

Antonio Burgueño Jerez. Director de Proyecto Venturi

Anuario iSanidad 2023
Antonio Burgueño Jerez. Director de Proyecto Venturi
Queda atrás un año tremendamente complicado, entre otras cuestiones por la concurrencia, casi a la par, de las elecciones generales y de las elecciones autonómicas en un buen número de comunidades autónomas. Elecciones es sinónimo de parón en la toma de decisiones organizativas estructurales y de un largo proceso de cambios. No sólo en las comunidades autónomas donde el gobierno ha variado su signo político, sino también aquellas que, aun teniendo el mismo signo cambian a los equipos de dirección. Afortunadamente, siendo esto muy importante, la realidad es que los hospitales y servicios sanitarios del ámbito público no dejan de funcionar.

Durante este año, desde el Proyecto Venturi hemos seguido trabajando en nuestra misión de ir desglosando los datos disponibles, con el ánimo de ir arrojando luz objetiva sobre la realidad la sanidad en España y, con ello, encontrar vías de optimización y eficiencia para poder atender a cada paciente en tiempo y forma. Es decir, hacer a cada paciente lo que hay que hacerle, sólo lo que hay que hacerle, en el momento oportuno, y de la forma adecuada (nuestra máxima y declaración de intenciones a la vez).

En esa línea, además de seguir analizando las listas de espera, que nos preocupa tremendamente por suponer la cuantificación de la incapacidad del sistema de dar esa respuesta a tiempo a las necesidades asistenciales de la población a la que atiende, hemos querido dar un paso más y entrar a analizar la actividad y los recursos en los diferentes procesos asistenciales. Es decir, en la capacidad real del sistema sanitario para dar respuesta a las demandas asistenciales. Concretamente hemos abordado la atención primaria, las consultas de especialidades, la actividad quirúrgica y las urgencias extrahospitalarias.

Hemos abordado la atención primaria, las consultas de especialidades, la actividad quirúrgica y las urgencias extrahospitalarias

Este conocimiento es, sin duda, esencial para hacer una valoración del problema real que supone la demanda no satisfecha, y la “foto” de la realidad que tenemos por delante. Son muchas las conclusiones que hemos podido ir obteniendo en este proceso de análisis de lo que ha sucedido. Y las mismas nos permiten sugerir seis objetivos clave y destacados que los actores del sistema sanitario deberían marcarse:

En atención primaria, seguir apostando por la teleconsulta como elemento fundamental para regular la intensidad de recursos necesarios para resolver la alta presión asistencial a la que está sometida la mal llamada atención primaria. La teleconsulta permite resolver más actividades con los mismos recursos, como se ha venido experimentado durante los últimos años.

También en atención primaria, realizar en cada zona, un profundo análisis de los profesionales y recursos disponibles en función de la demanda, como base objetiva para determinar si se debe mantener el mismo número de profesionales que se incrementaron como impacto de la pandemia en el año 2022, reorganizarlos o disminuirlos.

Así como en consultas de especialidades: incrementar la proporción de resolución actividad de primeras consultas en el ámbito público (ya sea prestación directa o de terceros), debiendo llegar, al menos, a superar el 40% del total de las que se realicen si se quiere reducir la demanda de actividad sin respuesta (lista de espera) altamente creciente (se sitúa alrededor del 35% de media actualmente).

En cirugía, incrementar el rendimiento quirúrgico del ámbito público (incluye los quirófanos adscritos al ser- vicio público) una media del 10%, para lograr frenar el crecimiento de la lista de espera, mediante análisis de optimización y eficiencia preferiblemente. No proponemos incrementar los recursos pues el futuro financiero incierto podría invalidar el objetivo propuesto. Y es fundamental empezar por optimizar recursos antes que incrementar los mismos.

En urgencias extrahospitalarias: Asegurar una decisión óptima en los call center, punto de canalización de la asistencia de emergencias óptima y cada vez más resolutivos ante la demanda, mediante aplicación de las herramientas de inteligencia artificial y machine learning y las estructuras organizativas adecuadas para minimizar el riesgo de infra asistencia o sobre asistencia.

Y por último, abordar la equidad en los tiempos de asistencia: dada la imposibilidad de prestar la asistencia con una espera razonable (que es una garantía de calidad), asegurar la igualdad de acceso a la asistencia en términos de tiempos de espera, tanto entre comunidades autónomas como dentro de las mismas. Ni es aceptable que haya diferencias entre la espera de una especialidad y otra, ni que la haya entre un territorio y otro, siempre considerando niveles de gravedad y urgencia similares. Podrían ser muchos más los objetivos, pero si se lograra avanzar notablemente en estos seis a lo largo y ancho de la geografía española, el titular del año que viene debería ser “La sanidad española, camino de la excelencia”. Ya veremos…

No puede haber excelencia sin garantía de respuesta de asistencia en el momento adecuado, ni igualdad ante el acceso, ni, por supuesto, sin la calidad asistencial cuando el paciente está siendo atendido. Pero esto último es un problema comparativamente menor en España, dada la calidad de casi todos los profesionales que hacen posible la sanidad.

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