Anuario iSanidad 2023
Dr. Agustín Albillos, presidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD)
La especialidad de aparato digestivo se encuentra frente a un panorama tan prometedor como desafiante en este comienzo del siglo XXI. En este artículo, pretendo esbozar de manera concisa, sin aspirar a la exhaustividad, los cambios y desafíos primordiales a los que enfrenta nuestra especialidad. Gran parte de estos desafíos son atribuibles al desarrollo tecnológico y a los cambios en la incidencia y patrones de las enfermedades hepáticas y digestivas. Sin embargo, este futuro prometedor podría verse comprometido por dos aspectos independientes pero interrelacionados: la fragmentación en la práctica clínica de la gastroenterología y un programa formativo obsoleto.
La gastroenterología ha experimentado avances significativos gracias a diversas innovaciones técnicas, especialmente en áreas como la endoscopia y la manometría, ampliando nuestras capacidades tanto diagnósticas como terapéuticas. El desarrollo de accesorios y técnicas endoscópicas ha transformado el abordaje de múltiples enfermedades, desplazando su tratamiento de la cirugía hacia métodos endoscópicos mínimamente invasivos, como son el manejo endoscópico de la obesidad o la miotomía endoscópica peroral. Además, procedimientos como el drenaje de la vesícula biliar guiado por ultrasonografía endoscópica y la gestión de colecciones pancreáticas se perfeccionan y se emplean con mayor frecuencia.
Junto a ello, el progreso de la inteligencia artificial y el análisis masivo de datos permiten integrar la información de un mismo individuo procedente de diferentes fuentes posibilitando la medicina de precisión. En pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal esta tecnología permitirá personalizar el tratamiento integrando las firmas genéticas y de microbiota con el fenotipo de cada individuo.
Estamos presenciando un aumento en la incidencia y prevalencia de muchas enfermedades que afectan al aparato digestivo, lo que ya está modificando la práctica de la especialidad
Algo similar podrá aplicarse a los trastornos funcionales del tracto digestivo en los que la integración de la información derivada de la manometría, del análisis de la microbiota y de los hallazgos endoscópicos posibilitarán una gestión objetiva y basada en la evidencia del abordaje de estas enfermedades. Además, los métodos de aprendizaje profundo se han convertido en una innovación crucial en el análisis de imágenes médicas, por lo que, al integrarse progresivamente en la endoscopia, mejorará la identificación de pólipos y displasias, impulsará la estandarización en el diagnóstico y tratamiento de lesiones y reducirá los costes generales de la atención médica.
Por otra parte, estamos presenciando un aumento en la incidencia y prevalencia de muchas enfermedades que afectan al aparato digestivo, lo que ya está modificando la práctica de la especialidad. El incremento de la obesidad representa un gran desafío para los gastroenterólogos, quienes deberán adaptar su enfoque para detectar de manera temprana la fibrosis hepática asociada con la disfunción metabólica. Para lograr pérdidas de peso efectivas y sostenidas, será crucial utilizar en combinación tratamientos farmacológicos y endoscópicos. Esta acción debe ser abordada desde una perspectiva multidisciplinar, donde el gastroenterólogo desempeñe un papel fundamental como endoscopista y hepatólogo. Los cambios en el estilo de vida y el aumento en la incidencia de obesidad están propiciando un aumento en los cánceres del tubo digestivo, hígado y páncreas.
En la actualidad, una parte significativa de la labor del gastroenterólogo se enfoca en el diagnóstico temprano de estos tumores, especialmente en poblaciones de riesgo, así como en el tratamiento endoscópico en etapas iniciales, una tendencia que se espera que crezca en los próximos años. Por último, es importante enfatizar que los cambios ambientales están contribuyendo al incremento de trastornos inmunitarios. La enfermedad inflamatoria intestinal y la esofagitis eosinofílica son ejemplos notables.
Los métodos de aprendizaje profundo se han convertido en una innovación crucial en el análisis de imágenes médicas
Por último, la rápida expansión del conocimiento y la tecnología en la especialidad, así como la complejidad en el manejo de los trastornos gastrointestinales, han dado lugar a la subespecialización en gastroenterología y hepatología. Esto ha permitido optimizar el manejo de las enfermedades, pero puede perjudicar al paciente al perder el enfoque global e integral que requiere su atención. Además, en España, las deficiencias en el plan formativo actual de la especialidad de aparato digestivo pueden con- tribuir a esta fragmentación.
En relación con ello, el plan formativo actual de la especialidad de aparato digestivo en España dista mucho, tanto en contenido como en duración, de estar a la altura de los desafíos y cambios presentes y futuros a los que se enfrenta nuestra especialidad. La última modificación a nuestro programa formativo fue en 2009 y sus contenidos actuales carecen de una perspectiva de futuro. Además, su duración no es acorde con los tiempos, ya que los cuatro años actuales apenas permiten adaptarse al aumento en contenidos y cambios en las tendencias en aparato digestivo.
La sección de Gastroenterología y Hepatología de la European Union of Medical Specialists (UEMS) recomienda que los programas formativos de aparato digestivo duren al menos cinco años, de los cuales uno pueda dedicarse a formación subespecializada o a investigación. Abordar este cambio debe ser un compromiso de las sociedades científicas dedicadas a las enfermedades del aparato digestivo y la Comisión Nacional de la Especialidad trabajando con las autoridades sanitarias.