Gema Maldonado
Cansancio, pesadez de brazos y piernas o sensación de que falta el aire al agacharse a atar los cordones del zapato son síntomas de la insuficiencia cardiaca que no terminan de ser del todo específicos. Muchas veces los pacientes los pasan por alto, otras veces los médicos pueden restarles importancia. “A veces los profesionales sanitarios tendemos a minimizar los síntomas”, reconocía este martes la Dra. Marta Farrero Torres, cardióloga en el Hospital Clínic de Barcelona, en un encuentro con periodistas en La Casa del Corazón, la sede de la Sociedad Española de Cardiología.
Concepción Cruzado: “Cuando un paciente llega a la unidad a veces lleva meses yendo al médico y nadie ha detectado la insuficiencia cardiaca”
“Cuando un paciente llega a la unidad a veces lleva meses yendo al médico y nadie ha detectado la insuficiencia cardiaca”, lamentó Concepción Cruzado Álvarez, enfermera en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga) y vicepresidenta de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología. Llegar tarde a un diagnóstico de insuficiencia cardiaca supone mayor deterioro del paciente y peor calidad de vida.
Una vez que el paciente tiene el diagnóstico, es mucha la información que recibe y es posible que salga de la consulta de cardiología con un tratamiento que consta de varias pastillas diarias, que no siempre toman como debieran. En torno al 50% de los pacientes no toman correctamente el tratamiento. Unas veces “porque son complicados, pueden tomar de media diez fármacos al día”, apunta la vicepresidenta de la Asociación de Enfermería Cardiológica, otras, por la situación socioeconómica que vive el paciente y, también, “porque tienden a banalizar la enfermedad cuando los síntomas no son tan graves”, añade la enfermera.
El 50% de los pacientes no toman su tratamiento, entre otras cosas, “porque tienden a banalizar la enfermedad cuando los síntomas no son tan graves”
“A veces los pacientes somos un tanto indolentes, no nos preocupa tanto la insuficiencia cardiaca como un cáncer“, admitió Soledad, paciente de insuficiencia cardiaca. En su caso, la afección es consecuencia del tratamiento frente al cáncer que recibió hace cuatro años.
Pero los datos indican la gravedad de la insuficiencia cardiaca, una patología con un pronóstico de supervivencia a cinco años del 50%. “Con un cáncer de mama y una insuficiencia cardiaca, hay más posibilidades de morir por insuficiencia cardiaca a los cinco años”, ha afirmado el Dr. Alejandro Recio Mayoral, cardiólogo del Hospital Universitario Virgen Macarena y presidente de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Dr. Recio Mayoral: “Con un cáncer de mama y una insuficiencia cardiaca, hay más posibilidades de morir por insuficiencia cardiaca a los cinco años”
Se estima que en España hay 770.000 personas afectadas, la mayoría de ellas son mujeres que, además, presentan peor calidad de vida que los varones con esta misma patología. Entre un 5% y un 7% de la población mayor de 55 años tiene insuficiencia cardiaca, una cifra que se eleva hasta el 16% en mayores de 75 años. Sin embargo, los médicos aseguran que cada vez más detectan este problema de salud en personas de menor edad. La obesidad o la hipertensión son algunas de las causas que están adelantando esta patología. “Tener hipertensión a los 30 años te asegura tener insuficiencia cardiaca a los 50”, ha advertido el Dr. Recio Mayoral.
En países como España la hipertensión arterial y los problemas coronarios causan el 75% de las insuficiencias cardiacas. La enfermedad de las válvulas, los tratamientos quimioterápicos frente al cáncer, el alcohol y las causas genéticas están detrás de un porcentaje mejor de insuficiencias. “Si todo el mundo tuviera tensión controlada, se evitaría la mayoría de las insuficiencias cardiacas”, ha afirmado el Dr. Manuel Anguita, jefe de Sección de Cardiología Clínica en el Hospital Reina Sofía de Córdoba.
Dr. Anguita: “Si todo el mundo tuviera tensión controlada, se evitaría la mayoría de las insuficiencias cardiacas”
Los especialistas de la SEC y de la Fundación Española del Corazón quieren que llegue a todos los médicos, a los pacientes y a la sociedad la realidad de la insuficiencia cardiaca, una enfermedad “muy frecuente, muy invalidante y mortal”. Y lo hacen a través de una campaña de concienciación bajo el lema “No dejes que se apague”, con la que quieren informar sobre cómo identificar los síntomas de la insuficiencia cardíaca y sobre la importancia de un diagnóstico y tratamiento precoz.
Y es en este punto, el del tratamiento, donde los cardiólogos se muestran optimistas, y hablan de “una revolución” en los últimos años, debido a dos factores clave: los nuevos fármacos disponibles y las unidades de insuficiencia cardiaca en los hospitales.
“Estas unidades han cambiado la forma de tratar a los pacientes de insuficiencia cardiaca. En ellas, la falta de adherencia cae muchísimo, se enseña la gravedad de la enfermedad y el beneficio del tratamiento”, ha explicado el cardiólogo del Hospital Virgen Macarena. A estas unidades, se añaden los nuevos grupos farmacológicos que atacan esta patología a través de nuevas vías, hasta el punto de ver en algunos casos “cómo revierte la enfermedad”.
Las unidades de insuficiencia cardiaca “han cambiado” la forma de tratar a estos pacientes y, junto a los nuevos fármacos, han sido una “revolución”
Los resultados ya los ven los propios médicos y las asociaciones de pacientes. “Aquellos que han pasado por unidades de rehabilitación e insuficiencia cardiaca tienen una calidad de vida que no tienen quienes no han pasado por ellas”, ha apuntado Maite San Saturnino, presidenta de la Plataforma de Pacientes de la Fundación Española del Corazón.
Por eso, ha insistido en la necesidad de que estas unidades estén en el mayor número de hospitales posibles. La realidad, lamentaba el Dr. Recio Mayoral, es que no todos los pacientes pueden acceder a estas unidades y a los últimos tratamientos disponibles, como en otras patologías, la inequidad territorial está presente también en la insuficiencia cardiaca.