Luis de Haro. Director general de iSanidad
Florence Nightingale, la icónica “dama de la lámpara”, dejó un imponente legado en la historia de la enfermería. Su visión pionera y su incansable dedicación sentaron las bases de la enfermería moderna, marcando un hito que aún perdura. Con su lámpara de aceite en mano, recorría los hospitales por la noche, no solo para cuidar a los enfermos, sino también para asegurarse de que las condiciones sanitarias fueran impecables. Así se fue reduciendo la propagación de enfermedades y permitiendo que muchos pacientes se recuperaran.
Este año, como cada 12 de mayo desde 1965, el mundo celebra el Día Internacional de la Enfermería, en honor a Florence Nightingale. Sin embargo, en medio de este reconocimiento, nos enfrentamos a una realidad preocupante: la escasez de enfermeras. Las cifras son alarmantes, hacen falta más de 95.000 enfermeras en todo el mundo. Esta carencia no solo afecta la calidad de la atención sanitaria, sino que también refleja las limitaciones financieras y la infravaloración social que a menudo enfrenta esta profesión.
La visión pionera de Florence Nightingale y su incansable dedicación sentaron las bases de la enfermería moderna, marcando un hito que aún perdura en nuestros días
La presidenta del Consejo Internacional de Enfermería, Pamela Cipriano, ha señalado la importancia de centrar el Día Internacional de la Enfermería en el poder económico de los cuidados. El objetivo es cambiar percepciones y demostrar cómo una inversión estratégica en enfermería puede generar considerables beneficios económicos y sociales.
Las enfermeras españolas son altamente demandadas en los países más desarrollados, gracias a su formación y prestigio internacional. Sin embargo, la búsqueda de mejores oportunidades laborales ha llevado a la migración de más de 8.000 enfermeras en el año 2023, exacerbando aún más la escasez. Esta situación se ve agravada por la constante denuncia de la falta de médicos, a pesar de que en el MIR sobran plazas de formación en atención primaria. Es evidente que se necesita una redistribución eficaz de los recursos en el sector de la salud. En este sentido, otorgar a la enfermera una mayor responsabilidad en aspectos estratégicos para los que están preparadas podría ser una solución efectiva.
Una inversión estratégica en enfermería puede generar considerables beneficios económicos y sociales
Si las enfermeras pueden hacer cosas como valoración del paciente, administración de medicamentos, cuidado directo del paciente, educación, ayuda a la prevención, promoción de la salud, investigación… ¿no puede darse una política que les otorgue otras tareas? Para fortalecer el sistema es importante exigir una mayor inversión en formación. Parece que es bueno permitir que descubramos que hay muchas “damas de la lámpara” en el sistema.