P.M.S./J.P.R.
El Real Decreto de Indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano cambió el rol de la enfermera en el Sistema Nacional de Salud. Desde su aprobación se han puesto en marcha nueve guías en diferentes materias. Una vez que los documentos están publicados, se encuentra pendiente su aplicación en el ámbito autonómico. “Hasta ahora se han elegido aquellos procesos que por su alta incidencia en el sistema sanitario requieren una respuesta prioritaria”, destaca José Luis Cobos, vicepresidente tercero del Consejo General de Enfermería, con motivo del Día Mundial de Enfermería que se celebra este 12 de mayo.
¿Cómo ha cambiado el rol de la enfermera en el Sistema Nacional de Salud desde el Real Decreto de Indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros?
Desde hace tiempo venimos demandando ser más finalistas en la atención a los pacientes. Me refiero a que una enfermera en algunos casos está decidiendo qué tipo de tratamiento se debe utilizar para determinados procesos. Hasta ahora no podía emitir una orden de dispensación para determinados medicamentos o productos sanitarios. Ese rol cambia con la introducción de la prescripción y con el hecho de que tengamos mayor seguridad jurídica. Es decir, hasta que no modificamos la ley del medicamento, la enfermera permanecía en un limbo. En definitiva, creemos que se agiliza el sistema sanitario. El paciente no tiene que ir a una consulta previa con la enfermera y luego al médico a que le den la receta o la enfermera no tiene que desplazarse para que firme el médico una receta, sino que puede hacer todo el proceso la enfermera.
“El rol de la enfermera cambia con la introducción de la prescripción y con el hecho de que tengamos mayor seguridad jurídica”
Existen en la actualidad nueve guías, ¿dónde tiene que poner el foco el Ministerio de Sanidad para la elaboración de la próxima?
Hasta ahora se han elegido aquellos procesos que por su alta incidencia en el sistema sanitario requieren una respuesta prioritaria. Hay que seguir profundizando en todos aquellos aspectos donde la enfermera tiene cabida para que su actuación contemple la prescripción de medicamentos y productos sanitarios. Estamos hablando de una gran cobertura de práctica profesional. En la actualidad trabajamos en nuevas guías referidas, por ejemplo, al dolor o a infecciones del tracto urinario. Seguramente aprobaremos en breve guías en los ámbitos de salud sexual y reproductiva, embarazo, parto y puerperio, procesos también con alta incidencia y un gran impacto. Se trata de que el sistema sanitario se beneficie para que ahorremos costes.
¿Cómo valora estas nueve guías? ¿Existen puntos de mejora?
Estas guías son un paraguas para todo el Estado. Todas las comunidades autónomas así como el ámbito privado tienen que hacer sus propios desarrollos. En el ámbito público, aquellos medicamentos que están financiados tienen que incorporar en los sistemas de prescripción electrónica a la enfermera para que pueda hacer esta indicación con su orden de dispensación a través de protocolos específicos. Eso es cierto que estamos ahora mismo en ese desarrollo. No todas las guías de ámbito estatal están desarrolladas desde el ámbito autonómico o el ámbito privado, y ahí se necesita mejorar un poco y ser más ágiles para que esos procesos lleguen pronto a la población.
¿Dónde cree que se encuentran las principales necesidades no cubiertas para que las enfermeras puedan desempeñar su función de manera adecuada?
Nos hemos focalizado en ámbitos hospitalarios y de atención primaria. Tenemos que abordar otros ámbitos que las propias enfermeras nos van proponiendo tanto en productos sanitarios como medicamentos. Estamos pendientes de guías de dolor, de infecciones del tracto urinario… Es decir, muchos procesos que en el día a día abarca la profesión enfermera y la práctica profesional.
“Seguramente aprobaremos en breve guías en los ámbitos de salud sexual y reproductiva, embarazo, parto y puerperio”
Las últimas guías aprobadas en 2024 han sido la deshabituación tabáquica y la de anestésicos locales, ¿qué papel puede jugar el enfermero en el abordaje del tabaquismo?
Las enfermeras realizan en la actualidad consultas monográficas para la deshabituación tabáquica. Cuando detectan el consumo habitual de tabaco, convencen al paciente de que hay que dejar de fumar. En esa cesación, se pueden utilizar medicamentos en algunos casos. En otros se sigue algún tipo de tratamiento no farmacológico. Con estas guías damos cobertura para que la enfermera pueda dar esa cobertura sin que haya que derivar al paciente nuevamente al médico para que finalice ese proceso.
¿Cómo pueden ayudar estas guías para mejorar la educación del paciente, la adherencia o la prevención de complicaciones?
Somos punteros en este aspecto a nivel internacional. Una enfermera en atención primaria no solamente aborda la enfermedad, sino que la previene, hace educación para la salud, tiene una función fundamental dentro del equipo multidisciplinar… Estas funciones las llevamos a cabo en coordinación con los médicos. No somos profesionales que trabajemos de forma independiente sin contar con el resto del equipo y podemos aportar mucho al sistema sanitario en aras de tener una población más sana. Por ejemplo, también en el ámbito escolar con los niños para evitar el consumo de sustancias nocivas o prevenir la obesidad. En definitiva, la enfermera tiene una labor fundamental y resulta clave que en aquellos casos en los que tenga que indicar un medicamento o un producto sanitario tenga esta cobertura legal a través del desarrollo de la prescripción enfermera.