Dra. Giménez-Esparza: “Vamos a definir qué debe ser una UCI sostenible con todos los servicios de medicina intensiva de España”

Este domingo ha arrancado el Congreso Nacional de la Semicyuc y su presidenta tiene un objetivo claro para esta cita: sentar las bases que marcarán de forma homogénea en todo el territorio la sostenibilidad de las UCI

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Gema Maldonado
¿Puede una UCI, marcada por el gasto energético de sus múltiples dispositivos y equipos, por el uso constante de material fungible de un solo uso y productos químicos y otros materiales, ser sostenible? La presidenta de la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias, Carola Giménez-Esparza, reconoce que “no es sencillo, pero tampoco imposible”. Con esta premisa, la de convertir las UCI españolas en unidades sostenibles en lo medioambiental y en lo social, ha dado comienzo el LIX Congreso Nacional de la Semicyuc en Barcelona.

La cita anual de la sociedad científica va en esta ocasión más allá de los avances en materia de medicina intensiva, para abordar la responsabilidad de sus servicios con el planeta y con el bienestar emocional de pacientes, familiares y sanitarios. El encuentro definirá las UCI sostenibles, “buscando el consenso” y siguiendo el ejemplo de países que ya han empezado este cambio. En una entrevista con iSanidad, la Dra. Giménez-Esparza explica los retos de la UCI sostenible y el trabajo de la sociedad científica para darles respuesta.

¿Qué retos tienen los intensivistas y las unidades de cuidados intensivos en el futuro inmediato?
Siguiendo el lema de nuestro congreso nacional de este año, tres de los retos a los que nos enfrentamos actualmente los intensivistas españoles son: la tecnificación, la sostenibilidad y la humanización. Y todo ello al servicio del paciente crítico, de sus familiares y también de los profesionales que trabajamos en dichas unidades.

“Los intensivistas españoles nos enfrentamos a los retos de la tecnificación, la sostenibilidad y la humanización”

Estos retos implican proporcionar unos cuidados continuos con altos estándares de calidad y seguridad, que incorporen el desarrollo de nuevas tecnologías y la investigación, así como formación continuada. Pero, además, requiere una gestión eficiente de los recursos materiales y humanos disponibles que hagan las UCI más sostenibles, tanto desde un punto de vista medioambiental como social, y sin que ello comprometa la calidad de la atención.

También conlleva adaptarse y responder eficazmente a situaciones de emergencia y crisis, como pandemias o desastres naturales. Y todo ello con un enfoque centrado en el paciente, su familia y en su bienestar emocional, psicológico y social, además de su salud física.

El próximo congreso nacional de la sociedad lleva como lema Tecnología sostenible al servicio del paciente crítico. ¿Puede una UCI ser sostenible?
Sí. Es posible mantener la eficacia y la calidad de la atención en los cuidados optimizando bien los recursos que utilizamos (agua, luz, material desechable, residuos, medicamentos, etc). Para ello se necesita formación y políticas de salud que maximicen la atención médica y minimicen el impacto ambiental. En este sentido ya hay resultados de más de 10 años en países como Reino Unido que han conseguido una reducción importante en su huella de carbono aplicando medidas correctoras.

“Para conseguir una UCI sostenible proponemos un abordaje basado en las 4P: productos, personas, procesos y planeta”

El abordaje que nosotros proponemos para conseguir una UCI sostenible, y que discutiremos en nuestro congreso nacional, es el abordaje de las 4P: productos (optimizar el uso de materias primas; agua, plásticos, metales, materiales de un solo uso, etc), personas (equipos verdes multidisciplinares, unidad de gestión ambiental, equipos de vigilancia de eventos adversos, etc.), procesos ( conseguir más con menos, digitalización, replantear objetivos terapéuticos, medicamentos, etc.) y planeta (reducir consumos, reciclar residuos). Esto requiere un esfuerzo a largo plazo que debe integrarse tanto a nivel personal como institucional.

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¿Tienen datos de emisiones o de residuos generados por las UCI españolas en un periodo concreto de tiempo?
No hay estudios concretos en España, pero podemos hacer nuestros los que se han hecho en países de nuestro entorno, como los Países Bajos. Un estudio ya publicado de la Erasmus University Medical Center de Róterdam con 2.839 pacientes indica una media por paciente de 17 kg. de materiales fungibles, 300 litros de agua y una huella de carbono de 12 kg., entre otros datos. Este mismo estudio identificaba los guantes no esterilizados, las batas de aislamiento, los protectores de cama, las mascarillas y las jeringuillas como los elementos que generaban más residuos.

“Un estudio publicado en Países Bajos indica que las UCI generan por paciente una media de 17 kg. de residuos de material fungible, 300 litros de agua y huella de carbono de 12 kg”

¿Hay ya planes para reducir emisiones y residuos en las UCI?, ¿cómo se puede compatibilizar esta realidad con la sostenibilidad?
Algunas UCI ya tienen lo que han llamado Equipos Verdes, multidisciplinares y que lideran las iniciativas de sostenibilidad en sus departamentos. Además, cada vez son más los centros que se acogen al movimiento Sanidad por el clima, que lidera el Ministerio de Sanidad y que pretende reducir la huella de carbono para conseguir la neutralidad de emisiones en 2050. Sin embargo, los planes que se ponen en marcha concretamente en Medicina Intensiva son los que se están adoptando de forma independiente.

Lo que buscamos es llegar a consensos que permitan trazar líneas de sostenibilidad homogéneas, con protocolos que puedan beneficiar a todos los sanitarios que trabajan en los servicios de Medicina Intensiva, y por supuesto a los pacientes y a sus familiares. El congreso de Barcelona debe servir para arrancar. Ponemos la sostenibilidad en la mesa no como un gesto, sino como un valor estratégico.

“Buscamos consensos que permitan trazar líneas de sostenibilidad homogéneas, con protocolos que puedan beneficiar a todos los sanitarios que trabajan en medicina intensiva”

¿Qué van a hacer para conseguir esas UCI sostenibles?
El Congreso Nacional de la Semicyuc de Barcelona va a sentar las bases que definan qué debe ser una UCI sostenible en nuestro país. Lo vamos a hacer de forma consensuada, implicando a todos los servicios de España para que las medidas que se adopten surjan de un debate amplio, en el que todos tengan su voz, independientemente del tamaño del hospital o del número de camas con las que se cuente. Así, vamos a presentar el primer documento de propuestas por la sostenibilidad medioambiental y ya estamos recogiendo ideas en el Muro Verde, una propuesta al que todos los grupos de trabajo y socios a título personal están aportando su visión.

Las medidas que consideramos pueden ser un buen arranque pasan por reducir nuestro impacto ambiental manteniendo los niveles de alta calidad de cuidados y tratamientos. Controlar la huella de carbono en un Servicio de Medicina Intensiva no es sencillo, pero tampoco imposible. Apostar por material reciclado o que minimicen el empaquetado de los productos es un paso sencillo, pero también adecuar la temperatura de las UCI, que el equipamiento sea eficiente energéticamente, que el consumo de agua se haga con conciencia ecológica o buscar alternativas siempre que se pueda a los fungibles de un solo uso.

Por supuesto, esto solo tendría éxito si se hace coordinados con el resto de servicios, especialmente los generales. Y no nos podemos olvidar de la digitalización, aligerar procesos y pruebas diagnósticas, evitar medicamentos, monitorización y accesos vasculares con poco valor en el proceso de curación, etc.

“Vamos a presentar el primer documento de propuestas por la sostenibilidad medioambiental”

Esta sostenibilidad no se limita al uso optimizado de recursos energéticos y materiales, sino también a los procesos completos de la asistencia. Apostar por la detección precoz y por programas que atiendan el síndrome Post-UCI nos va a permitir avanzar aún más en nuestros objetivos de sostenibilidad.

Ustedes hablan de unidades de críticos sostenibles también en lo social y utilizan el concepto de UCI amable, ¿qué características tiene esa idea de UCI?
La UCI amable se refiere a una Unidad de Cuidados Intensivos que prioriza no solo la atención médica especializada y de alta capacidad tecnológica, sino también el bienestar emocional, psicológico y espiritual y el confort del paciente, familiares y profesionales sanitarios.

Para ello es imprescindible una comunicación abierta y empática entre el personal sanitario, el paciente y sus familiares y seres queridos. Además, es necesaria la implementación de prácticas que busquen reducir el estrés y la ansiedad asociados con la hospitalización en cuidados intensivos. Para ello debemos favorecer un entorno tranquilo con boxes cerrados, silenciosos, con luz, y temperaturas adecuadas, favorecer el descanso nocturno, implicar a las familias en el cuidado de los pacientes y prevenir y tratar el dolor, la ansiedad y el delirium con medidas fundamentalmente no farmacológicas.

“La UCI amable prioriza no solo la atención médica especializada, sino también el bienestar emocional, psicológico y espiritual de pacientes, familiares y sanitarios”

Las características que debería cumplir una UCI amable podríamos resumirlas en las siguientes: atención centrada en el paciente y en la familia, bienestar y apoyo del profesional, entorno físico y emocional óptimo, diseños de UCI innovadores, colaboración y cuidados interdisciplinares, cuidados protocolizados de pacientes y familiares al final de la vida, aplicación de medidas de calidad y mejora y prevención del síndrome postcuidados intensivos de pacientes y familiares.

¿Qué opinión le merece la idea de Sanidad de reducir las guardias a 17 horas?, ¿puede redundar en esa sostenibilidad social que ustedes buscan?
Todo lo que suponga una mejora en las condiciones laborales de los profesionales que trabajamos en los Servicios de Medicina Intensiva, sin que ello suponga un menoscabo en la organización, formación e investigación, ni en la atención de los pacientes y que favorezca la conciliación familiar y el bienestar psíquico y emocional de los profesionales, redundará en una mejor calidad en los cuidados y ayudará a conseguir una UCI más sostenibles desde el punto de vista social.

“La guardia de 17 horas es una idea que aún tiene que madurar, sin duda tenemos que buscar fórmulas que sustituyan el modelo de 24 horas sin merma económica”

Es una idea recientemente lanzada por la ministra de Sanidad que aún ha de madurarse y que tiene que ser desarrollada por los agentes sociales. Sin duda, tenemos que buscar fórmulas que sustituyan al actual modelo de guardia de 24 horas sin merma económica. Además, en este nuevo modelo debe de contemplarse la particularidad de las UCI con pacientes cada vez más complejos y que deben atenderse por igual los siete días de la semana.

Esto debe reconocerse buscando fórmulas que permitan la atención continuada de calidad con la conciliación familiar; y cuidar a nuestros profesionales que están sujetos a una trabajo altamente tecnificado y estresante por las responsabilidades que se asumen en el día a día.

¿Cómo beneficiará al profesional sanitario de estas unidades, y a los pacientes y familiares, tener una UCI sostenible?
Como comentábamos, una UCI sostenible es aquella que mantiene altos estándares de atención centrados en el paciente y en la familia (y también en los profesionales) y que aborda de forma integral todas sus necesidades. No solo físicas, sino también psicológicas y emocionales, al tiempo que minimiza su impacto ambiental. Evidentemente, todo esto repercutirá en la salud física y mental de pacientes, familiares y profesionales, mejorará sus relaciones personales y familiares y mejorará el rendimiento profesional.

“El 50% de los residuos de la UCI podría ser reciclable con una adecuada separación y tratamiento”

Una UCI sostenible ayuda a cuidar el planeta, lo cual es obligación de todos. El 50% de los residuos de la UCI podría ser reciclable con una adecuada separación y tratamiento. Las depuradoras de aguas residuales no están diseñadas para eliminar los productos farmacéuticos. Una UCI sostenible es cíclica, permitiendo su autorregulación y que los problemas se resuelvan lo más cerca posible de su origen. El seguimiento de las recomendaciones de “no hacer” publicadas por Semicyuc disminuye las cargas sobre el paciente, el gasto y cuida nuestro medio ambiente.

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