Redacción
Una serie de proteínas en la sangre podrían advertir a las personas sobre el cáncer más de siete años antes de que se diagnostique, tal y como han identificado dos estudios de Oxford Population Health (Reino Unido).
En concreto, los científicos identificaron 618 proteínas relacionadas con 19 tipos diferentes de cáncer, incluidas 107 proteínas en un grupo de personas a las que se les extrajo sangre al menos siete años antes del diagnóstico. Así, el equipo ha descubierto que estas proteínas podrían estar implicadas en las primeras etapas del cáncer, donde podría prevenirse.
Creen que algunas de estas proteínas podrían usarse para detectar el cáncer mucho antes de lo que es posible actualmente. En el futuro, esto podría ayudar a tratar la enfermedad en una fase mucho más temprana o prevenirla por completo.
“Para salvar más vidas del cáncer, necesitamos comprender mejor lo que sucede en las primeras etapas de la enfermedad”
En estos estudios, el equipo utilizó una poderosa técnica llamada proteómica. La proteómica permite a los científicos analizar un gran conjunto de proteínas en muestras de tejido en un solo momento, para ver cómo interactúan entre sí y encontrar diferencias importantes en las proteínas entre diferentes muestras de tejido.
En el primer estudio, los científicos analizaron muestras de sangre del Biobanco del Reino Unido que fueron tomadas de más de 44.000 personas, incluidas más de 4.900 personas a las que posteriormente se les diagnosticó cáncer. Utilizando la proteómica, el equipo analizó un conjunto de 1.463 proteínas de una única muestra de sangre de cada persona. Compararon las proteínas de personas a las que se les diagnosticó cáncer y a las que no para buscar diferencias importantes entre ellas y descubrir cuáles estaban relacionadas con el riesgo de cáncer. Los científicos también identificaron 182 proteínas que se diferenciaban en la sangre tres años antes de que se diagnosticara el cáncer.
“Los datos de miles de personas con cáncer han revelado ideas realmente interesantes sobre cómo las proteínas en nuestra sangre pueden afectar nuestro riesgo de cáncer”
En el segundo estudio, los científicos analizaron datos genéticos de más de 300.000 casos de cáncer para profundizar en qué proteínas sanguíneas estaban involucradas en el desarrollo del cáncer y podrían ser objeto de nuevos tratamientos. Los científicos encontraron 40 proteínas en la sangre que influyen en el riesgo de que una persona padezca 9 tipos diferentes de cáncer. Si bien la alteración de estas proteínas puede aumentar o disminuir las posibilidades de que alguien desarrolle cáncer, los científicos también descubrieron que, en algunos casos, esto puede provocar efectos secundarios no deseados.
Sin embargo, el equipo subraya que necesitarán realizar más investigaciones para descubrir el papel exacto que desempeñan estas proteínas en el desarrollo del cáncer, cuáles de las proteínas son las más fiables para realizar pruebas, qué pruebas podrían desarrollarse para detectar las proteínas en el clínica y qué fármacos podrían atacar estas proteínas.
“Los genes con los que nacemos y las proteínas que se elaboran a partir de ellos influyen enormemente en cómo se inicia y crece el cáncer”
Sobre estos datos, Keren Papier, epidemióloga nutricional senior de Oxford Population Health y primera autora conjunta del primer estudio, comenta: “Para salvar más vidas del cáncer, necesitamos comprender mejor lo que sucede en las primeras etapas de la enfermedad. Los datos de miles de personas con cáncer han revelado ideas realmente interesantes sobre cómo las proteínas en nuestra sangre pueden afectar nuestro riesgo de cáncer. Ahora necesitamos estudiar estas proteínas en profundidad para ver cuáles podrían usarse de manera confiable para la prevención”.
Por su parte, Joshua Atkins, epidemiólogo genómico senior de Oxford Population Health y primer autor conjunto del primer estudio, añade: “Los genes con los que nacemos y las proteínas que se elaboran a partir de ellos influyen enormemente en cómo se inicia y crece el cáncer. Gracias a los miles de personas que donaron muestras de sangre al BioBank del Reino Unido, estamos construyendo una imagen mucho más completa de cómo los genes influyen en el desarrollo del cáncer a lo largo de muchos años.
Asimismo, Karl Smith-Byrne, epidemiólogo molecular senior de Oxford Population Health y autor principal del primer artículo y primer autor del segundo estudio, finaliza: “Hemos predicho cómo podría responder el cuerpo a medicamentos dirigidos a proteínas específicas, incluidos muchos efectos secundarios potenciales. Antes de que se realice cualquier ensayo clínico, tenemos algunos indicios iniciales de a qué proteínas podríamos evitar dirigirnos debido a efectos secundarios no deseados. Esta investigación nos acerca a la posibilidad de prevenir el cáncer con medicamentos dirigidos, algo que antes se pensaba imposible pero ahora es mucho más alcanzable”.