Investigadores del Hospital 12 de Octubre descubren por qué un tipo de tumor cerebral maligno es más agresivo en hombres

Se ha realizado un estudio retrospectivo de pacientes con glioblastoma estratificado según el sexo y se analizó una cohorte de 73 tumores

Berta Segura y Ricardo Gargini 12 de Octubre

Paula Baena
Investigadores del Hospital 12 de Octubre (Madrid) han determinado el origen que provoca que el gliobastoma sea más agresivo y provoque menor supervivencia en hombres que en mujeres. La causa de esta diferencia reside en la necrosis o muerte de las células tumorales que da lugar a una reacción inflamatoria caracterizada por la infiltración de un tipo de célula del sistema inmunológico, llamada célula mieloide supresora (MDSC), que ayuda al crecimiento de las células malignas en lugar de intentar destruirlas. Estas estarían más presentes en hombres, ya que el tumor produce mucha más necrosis e inflamación.

Las diferencias en la incidencia y la agresividad de los diferentes tipos de cáncer entre hombres y mujeres son ampliamente reconocidas, aunque en la mayoría de los casos no se había llegado a comprender la causa como para establecer un tratamiento específico para cada sexo. La Dra. Berta Segura, postdoctoral del Grupo de Investigación de Neuro-Oncología del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre i+12, indica que el glioblastoma es el tumor cerebral maligno más frecuente y es un buen ejemplo de ello. En ese contexto, el objetivo de este estudio era investigar los procesos tumorales que explican estas diferencias en función del género”.

Dra. Segura: “Lo más sorprendente es que hay un grupo de hombres que no presentan estas características tumorales”

En el estudio, que se ha realizado a pacientes con glioblastoma y se ha estratificado según sexo, se ha analizado una cohorte de 73 tumores. Así, los investigadores apreciaron que, cuando el tumor genera necrosis, se liberan sustancias que activan el reclutamiento del sistema inmune. En el caso de los hombres se produce una mayor necrosis, lo que genera un microambiente más tóxico, provocando una respuesta más masiva y agresiva en términos de inflamación por parte de las células inmunitarias MDSC. Estas células se producen en la médula ósea y se caracterizan por la capacidad de suprimir la función de diferentes componentes del sistema inmunitario ayudando al crecimiento del tumor.

Por tanto, el origen de los glioblastomas más agresivos en hombres radica en la falta de capacidad por parte del tumor de generar vasos sanguíneos tumorales funcionales que suplan la llegada de oxígeno y nutrientes necesarios para las células, desembocando así la necrosis tumoral.  “Lo más sorprendente es que hay un grupo de hombres que no presentan estas características tumorales y en ellos este tumor cerebral tiene una agresividad mucho menor, llegando a ser muy similar a la que tienen las mujeres”, recalca Segura.

Necesidad de ensayos teniendo en cuenta el sesgo de sexo

Además, se analizó el efecto terapéutico del tratamiento bevacizumab en una cohorte retrospectiva de 36 tumores según las diferencias de sexo. Este medicamento inhibe la molécula Vegfa, que está implicada en el proceso de generación de vasos sanguíneos tumorales.

Al dividir a los pacientes según los grupos descritos en el estudio, hombres y mujeres, el resultado concluyó con que los hombres de mayor necrosis y peor supervivencia fueron los que mejores beneficios obtuvieron del mismo. Según los investigadores, el medicamento tiene un efecto positivo solo en la situación donde el tumor no genera buenos vasos y desencadena una inflamación tóxica.

El Dr. Ricardo Gargini, del mismo grupo de investigación del i+12 y otro de los autores del artículo científico, especifica que “esto significa que podemos establecer un conjunto de biomarcadores moleculares, basados en el nivel de necrosis e inflamación del tumor, que podrían utilizarse para predecir la respuesta a este tratamiento”.

La Dra. Segura, además, remarca que pretenden abrir un ensayo clínico “para que bevacizumab se administre, junto a la quimioterapia y la radioterapia, como tratamiento de primera línea en ese tipo de pacientes. Por otro lado, queremos demostrar la necesidad de estratificar los ensayos teniendo en cuenta el sesgo de sexo y, dentro de esa categoría, de otras características que hacen que los tratamientos tengan efectos diferentes”.

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