Luis de Haro. Director general de iSanidad
España está cada vez más polarizada, la ideología se ha convertido en la guía principal para la toma de decisiones políticas. Sin embargo, cuando se trata de mejorar el sistema sanitario, los datos y la evidencia científica deberían ser la brújula que guíe hacia el destino. La sanidad de Madrid ofrece un caso ilustrativo de cómo la ideología puede distorsionar la realidad y desviar la atención de lo que realmente importa. Se trata de la calidad de la atención sanitaria y la eficiencia en la gestión de los recursos.
Cuando se trata de mejorar el sistema sanitario, los datos y la evidencia científica deberían ser la brújula que guíe hacia el destino
Los datos sobre la sanidad en Madrid son notables y tienen evidencia científica. Tres hospitales públicos de la Comunidad de Madrid han sido seleccionados entre los 100 mejores del mundo según el ranking The World’s Best Hospitals 2023. Además, la revista Newsweek coloca a 16 centros de Madrid entre los 100 mejores del mundo. La Paz encabeza la lista, seguida por el 12 de Octubre, el Gregorio Marañón, el Ramón y Cajal, la Fundación Jiménez Díaz y el Clínico San Carlos, entre otros. Estos hospitales no solo destacan en términos de atención clínica, sino también en eficiencia y gestión.
Pese a estos logros, persiste una narrativa que critica la “privatización de la sanidad pública“. Es crucial insistir en que la gestión privada de un servicio público no es privatización. Los datos económicos respaldan esta afirmación como demuestra la Fundación Jiménez Díaz, por ejemplo. Se trata de uno de los hospitales más rentables con una cápita de 1.310,91 euros frente a los 2.001 de los hospitales públicos.
La Fundación Jiménez Díaz es uno de los hospitales más rentables con una cápita de 1.310,91 euros frente a los 2.001 de los hospitales públicos
El caso del hospital de Alzira en la Comunidad Valenciana también es un ejemplo revelador. La reversión de su gestión para pasar a manos públicas se realizó por motivos ideológicos, no económicos. Así lo reconoció la propia Sindicatura de Comptes de la Comunitat Valenciana. Este tipo de decisiones, motivadas por una agenda ideológica, pueden llevar a ineficiencias y a una menor calidad en la atención sanitaria.
La gestión pública enfrenta numerosos desafíos, incluyendo ineficiencias y dificultades para abordar problemas críticos como las listas de espera, el gasto excesivo y la falta de incentivos para la carrera profesional. Estos problemas no se resuelven coreando consignas o manifestándose contra una gestión que, según los datos, ha demostrado ser eficaz.
Los problemas no se resuelven coreando consignas o manifestándose contra la gestión
Es paradójico ver a la ministra de Sanidad rompiendo la neutralidad de su cargo y respaldando una manifestación crítica con la sanidad de Madrid obviando los excelentes resultados ha obtenido. Amadrinar una reivindicación positiva no está mal, pero apoyar manifestaciones contra un sistema que produce resultados tan positivos parece más un acto de teatralidad política. Parece que es más importante la ideología que el bienestar de los ciudadanos. En lugar de criticar basándose en eslóganes ideológicos, sería mejor analizar qué está funcionando bien y cómo replicarlo en el resto de comunidades.