Estudios recientes demuestran que la tasa de resistencia antifúngica en España ha aumentado durante los últimos años

Este es uno de los temas que se han abordado diversos especialistas durante la X Jornada sobre Vigilancia en Salud Pública

antifúngica

Redacción
Ana Alastruey, investigadora del Centro Nacional de Microbiología, Instituto Carlos III,  afirma que “en España, la tasa de resistencia antifúngica en Aspergillus fumigatus se encontraba en torno al 1%, sin embargo, los últimos estudios demuestran que ahora ronda un 6,6% de los pacientes que pueden tener esa infección con cepas resistentes”.

Además, cada vez, las infecciones fúngicas son más comunes. Se estima que en la actualidad, mata a más de 3,5 millones de personas y afecta a mil millones. En ocasiones se trata de infecciones superficiales, pero otras veces de infecciones más graves, invasivas.

La tasa de resistencia antifúngica en Aspergillus fumigatus ha aumentado hasta un 6,6% 

La resistencia fúngica ha aumentado en gran medida durante los últimos años. Por este motivo, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ya incluye varios hongos a la lista de amenazas de resistencia antimicrobiana. Incorporando candida auris, que es la primera causa de infección invasiva en varias unidades. También aparece en este listado, candida resistente y en el índice de vigilar, se encuentra, aspergillus fumigatus resistente.

Este es uno de los principales retos a los que se enfrenta la vigilancia en la salud pública hoy en día y que han protagonizado la X Jornada sobre Vigilancia en Salud Pública organizada por el Grupo de Trabajo Sobre Vigilancia en Salud Pública de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

La salud humana va a depender en gran parte de la gestión que se haga del medio ambiente y de los animales

El Instituto de Salud Carlos III se ha encargado de organizar esta sesión titulada ‘La vigilancia de la Salud Pública ante el cambio global’, en la que se ha reflexionado sobre el proceso de globalización, el cambio climático y los rápidos avances tecnológicos, y los efectos de todo ello en la salud de las personas. Y en la que se ha explicado que la salud humana va a depender en gran parte de la gestión que se haga del medio ambiente y de los animales.

Así, en la primera mesa, los expertos han abordado la relación entre el cambio climático y las enfermedades, analizando el impacto en las enfermedades transmisibles, la resistencia a los antifúngicos y las desigualdades en salud provocadas por el calentamiento global.

Entre los efectos del calentamiento global, está el riesgo global de enfermedades por transmisión hídrica

Se ha prestado especial atención a la criptosporidiosis, una enfermedad intestinal causada por el parásito Cryptosporidium, cuya incidencia puede haber aumentado por la crisis climática. Los últimos brotes se han relacionado con aguas de uso recreativo, especialmente durante los meses de verano. Entre los efectos del calentamiento global, está el riesgo global de enfermedades por transmisión hídrica, incluyendo la criptosporidiosis.

Por estos motivos, los expertos recomiendan intensificar la vigilancia de esta enfermedad en nuestro país, además de establecer protocolos de vigilancia ambiental y promover estudios de investigación que combinen datos epidemiológicos, microbiológicos y meteorológicos.

Cuánto más elevadas son las temperaturas mínimas, más alta es la prevalencia del virus West Nile en la primavera y el verano siguiente

El virus West Nile y su incidencia en España ha sido otro de los asuntos que se han tratado durante la jornada. Los expertos han estudiado los efectos de la temperatura y la precipitación sobre los vectores, señalando que cuánto más elevadas son las temperaturas mínimas, más alta es la prevalencia del virus West Nile en la primavera y el verano siguiente.

Se ha hecho también una reflexión sobre cómo la distribución de estos procesos globales no es homogénea y los efectos de los cambios globales y del cambio climático agudizan todavía más las desigualdades y hacen que la población a riesgo sea todavía más vulnerable. Ante esta problemática, los expertos apuestan por una gobernanza global y soluciones One Health para poder afrontarla.

Surgen también nuevos retos o riesgos como el exceso de información o la información falsa, que provoca confusión, genera desconfianza y socava la respuesta de la Salud Pública

La segunda mesa ha girado en torno a cómo incorporar en vigilancia en la salud pública las oportunidades y retos que plantean las crecientes capacidades en diagnóstico microbiológico, los lagos de datos (data lake) o la inteligencia artificial.

Además, han reflexionado sobre el papel de la vigilancia en la salud pública en la lucha contra la desinformación y la infodemia. Y es que, la web 2.0 y las redes sociales han generado un usuario activo, que interactúa y es protagonista en el proceso de comunicación. A la vez, se ha producido un cambio en el rol del paciente, que ya no es un sujeto pasivo, convirtiéndose en un paciente “experto, activado y empoderado”.

En este nuevo escenario surgen también nuevos retos o riesgos como el exceso de información o la información falsa, que provoca confusión, genera desconfianza y socava la respuesta de la Salud Pública. Por ello se ha hecho un llamamiento a la comunidad científica para revisar cómo se relaciona con la sociedad para que sus mensajes lleguen de manera clara, cercana y rigurosa, así como a trabajar en la transparencia, democratizar el conocimiento y participar en la divulgación. Para luchar contra el exceso de información y la infodemia, los expertos han animado a apostar por la comunicación científica en salud pública mediante equipos interdisciplinares formados por periodistas, científicos, sociólogos, antropólogos e individuos de la sociedad civil.

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