Las unidades de insuficiencia cardiaca todavía tienen poca coordinación con la atención primaria

Así lo refleja la segunda fase de la encuesta iCuest en la que han participado cardiólogos y médicos internistas para ver cómo impacta en el manejo de los pacientes con insuficiencia cardiaca contar con unidades especializadas y si están acreditadas

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Redacción
Solo una de cada cuatro (24%) unidades de insuficiencia cardiaca acreditadas por medicina interna como Unidades de manejo integral de pacientes con insuficiencia cardiaca (Umipic) o SEC-Excelente, mantienen una comunicación fluida con el servicio de atención primaria. Un porcentaje que aún es más bajo en los hospitales sin unidades acreditadas, donde la comunicación con el primer nivel asistencial desciende a un 15%.

Así lo refleja la segunda fase de la encuesta iCuest, de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el Grupo de Trabajo de IC y Fibrilación Auricular de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), y la Alianza Boehringer Ingelheim y Lilly.

Solo el 24% de las unidades de insuficiencia cardiaca acreditadas por medicina interna o por la SEC tiene comunicación fluida con atención primaria. El porcentaje baja al 15% en el caso de las no acreditadas

La coordinación con la atención primaria ha resultado ser un área que requiere mejoras significativas “para garantizar un tratamiento coherente y continuo”, que podría “impactar positivamente y de manera considerable” la calidad de vida de los pacientes. Los expertos señalan que la colaboración interdisciplinaria y la integración de servicios son esenciales para establecer un estándar de cuidado que aborde eficazmente el síndrome de la insuficiencia cardiaca que puede ser tanto agudo como crónico.

iCuest resalta la importancia de homogeneizar la asistencia sanitaria para la insuficiencia cardíaca en España, especialmente en aquellos hospitales que carecen de unidades acreditadas. La encuesta señala que algunos servicios generales presentan infraestructuras adecuadas, pero sigue habiendo diferencias significativas en la atención de este síndrome complejo.

Los resultados de la Fase I de iCuest realizada a finales de 2021, que evaluaron unidades de insuficiencia cardiaca acreditadas, revelaron que el 87% disponía de hospital de día y un 92% contaba con enfermería especializada. La Fase II, realizada en 2022 en servicios de cardiología y medicina interna sin unidades de IC acreditadas, ha puesto de manifiesto diferencias en el manejo de esta patología en hospitales sin unidades de IC acreditadas, donde el 83% disponen de hospital de día y un 62% enfermería especializada, un porcentaje significativamente inferior.

Los hallazgos de la encuesta hacen posible “entender las áreas en las que necesitamos mejoras para optimizar el manejo de la insuficiencia cardiaca”

También se ha visto que los servicios de cardiología tienen más protocolos, mayor porcentaje de enfermería especializada y gestionan un mayor volumen de pacientes que los servicios de medicina interna. Para el Dr. Manuel Anguita, especialista en cardiología, los hallazgos de la segunda fase de la encuesta permite “entender las áreas en las que necesitamos mejoras para optimizar el manejo de la insuficiencia cardiaca, tanto en hospitales como unidades acreditadas como aquellos sin estas unidades”. Desde este conocimiento, es más fácil “diseñar las estrategias para garantizar una atención más uniforme y eficaz para los pacientes con insuficiencia cardiaca”.

En esta segunda fase de iCuest, se envió la encuesta online a 309 servicios de Cardiología y Medicina Interna, sin unidades IC acreditadas SEC-Excelente o Umipic, evaluando las características organizativas, modelos de gestión e integración entre servicios, recursos, protocolos de derivación y volumen y frecuencia de consultas. De todas las encuestas enviadas fueron contestadas 86, dividiéndose de manera equitativa entre ambas especialidades. Esto supuso el 37% de los envíos a cardiología y 20% sobre el total de medicina interna.

El biomarcador NT-proBNP es el más usado para diagnosticar y pronosticar esta enfermedad, según indica la encuesta

Esta encuesta destaca las diferencias en la infraestructura y el personal médico, además de mostrar cómo se evalúan y se sigue el progreso de los pacientes. El biomarcador NT-proBNP es el más usado para diagnosticar y pronosticar esta condición y la escala NYHA sigue siendo la principal herramienta para medir la limitación de la actividad física del paciente con IC, aunque también se usan otros métodos como el cuestionario de Kansas City, que ayuda a entender en detalle los síntomas del paciente y cómo afectan a su calidad de vida.

En cuanto al tratamiento de la insuficiencia cardíaca durante la hospitalización, hay un acuerdo general sobre el uso de métodos terapéuticos novedosos y mayoritariamente (88%) se lleva a cabo la titulación de todos los fármacos a la vez. Este enfoque común muestra una estrategia más intensiva en las fases iniciales de la IC, centrada en estabilizar rápidamente al paciente y prevenir una rápida progresión. Empezar con estos tratamientos modernos mientras el paciente está en el hospital resalta la importancia de actuar pronto y de manera efectiva, lo que puede influir positivamente en los resultados de salud a largo plazo.

“Mirando hacia el futuro, es crucial que continuemos promoviendo la innovación en las estrategias diagnósticas y terapéuticas para la insuficiencia cardíaca (IC). La adopción de tecnologías emergentes y el desarrollo de nuevos biomarcadores son esenciales para avanzar en nuestra comprensión y tratamiento de esta condición compleja. Esto incluye fortalecer las comunicaciones entre los diferentes profesionales de la salud, desarrollar protocolos de seguimiento compartidos y proporcionar educación continua para los pacientes y sus familias sobre el manejo de este síndrome”, indica el Dr. Álvaro G. Franco, internista.

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